Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

jueves, 22 de febrero de 2018

van der Veer y Valsiner


Liev Vygotski y Pierre Janet: Sobre el origen del  concepto de sociogénesis
René van der Veer y Jaan Valsiner
Developmental Review 8, 52-65 (1988)

Traducción: Efraín Aguilar

La obra de Liev Vygotski goza de una creciente popularidad en la psicología del desarrollo contemporánea. Una edición completamente revisada de su Pensamiento y habla fue publicada recientemente (Vygotsky, 1986), una edición de seis volúmenes en lengua inglesa de sus Obras Escogidas está en preparación, y numerosos autores han tratado aplicar y extender sus ideas (por ej., Lock, 1980; Valsiner, 1984; Van der Veer, 1986; Wertsch, 1985). Sin embargo, hasta ahora solo una parte limitada de las obras de Vygotski se puede conseguir en inglés y tal vez tome otros 10 años antes de que la mayoría de los psicólogos puedan apreciar por completo su obra.
La combinación de creciente popularidad y acceso limitado a las fuentes originales  crea varios peligros. Uno posible es que nos falte una perspectiva sobre el desarrollo de  Vygotski como científico. Como todos los investigadores el psicólogo soviético pasó por varias fases en su carrera científica (ver Van der Veer, 1985) y los conceptos en apariencia  inconsistentes en sus escritos pueden ser comprendidos en este contexto. Al citar varios  fragmentos traducidos de su obra perdemos el rastro de este aspecto del desarrollo. Otro peligro posible es que los escritos de Vygotski sean tomados fuera del contexto de su tiempo. Estuvo activo en la psicología junto con Koffka, Freud, Biihler, Stern, Janet, Piaget, James, Baldwin y muchos otros. Es más, continuamente cooperaba con sus colegas Luria y Leóntiev. Como la obra de algunos de los autores mencionados ahora solo es conocida por expertos interesados en la historia, tendemos a subestimar el grado en que  Vygotski fue influido por sus contemporáneos. Todos los autores mencionados formaron parte de su medio intelectual y el significativo progreso que logró se hizo realidad al  resistir, criticar, distorsionar, aceptar parcialmente y copiar su obra. Olvidar este medio  social-intelectual es equivalente a no entender para nada el significado de la obra de Vygotski. Pudo muy bien ser “un genio adelantado cincuenta años a su tiempo” como algunos han escrito, pero tal evaluación solo puede venir después de un estudio histórico  serio. En este artículo presentamos una pequeña parte del fondo de la empresa teórica de  Vygotski. Estamos convencidos de que un estudio del origen de las ideas de Vygotski contribuye a comprender sus escritos. También es, por supuesto, un esfuerzo que está muy en línea con el espíritu del abordaje histórico-genético de Vygotski.

EL CONCEPTO DE SOCIOGÉNESIS EN VYGOTSKI

Hacia el final de los años 1920 los contornos de la teoría cultural-histórica de Vygotski  gradualmente se aclararon. Vygotski comenzó a escribir y reescribir diferentes versiones de su teoría. Esto culminó en la Historia del desarrollo de las funciones mentales superiores (1931). La existencia de al menos tres versiones de este libro ha sido ahora documentada (Puzyrej, 1986). Recientemente ha sido publicado un primer esquema general de la teoría (Vygotsky, 1986). Un segundo manuscrito, más elaborado, aún está en los archivos de la familia Vygodski. Por último, una tercera versión detallada ha sido publicada varias veces. En Vygotski (1960) hallamos los primeros cinco capítulos del manuscrito y en Vygotski (1983a) ha sido publicado todo el libro.
La publicación de las primeras versiones de la teoría es particularmente útil cuando nuestro objetivo es comprender cómo evolucionó y se desarrolló. Por lo tanto al explicar la idea de Vygotski de la sociogénesis, uno de los conceptos clave de su teoría, se hará un amplio uso de la referencia Vygotski (1986).
El reclamo principal de Vygotski en este manuscrito es que todos nuestros procesos psicológicos superiores tienen origen social. Para comprender este reclamo podemos imaginar un grupo de media docena o más de personas. En cualquiera de estos grupos se desarrollará una división de tareas. Algunas personas son mejores en tareas prácticas, otras podrán delegar sus funciones a los miembros del grupo que hacer mejor esas tareas, y otras pueden preferir tomar los papeles de liderazgo. El grupo es un sistema donde diferentes miembros funcionan como sus partes. Tal grupo en conjunto mostrará un grado de comportamiento inteligente en comparación con otros grupos. También esto es cierto para grupos pequeños, como diadas. En la vida cotidiana vemos a menudo pares de amigos y parejas que han dividido las tareas y que funcionan juntos a un nivel más o menos suficiente. Un caso especial es el desarrollo de diadas en donde la asimetría de la división de las tareas es más bien extrema. Idealmente las parejas de adultos de las diadas tratarán de transferir sus habilidades y destrezas a los niños y estos, a su vez, tratarán activamente adquirir  estas habilidades. El punto crucial para un abordaje vygotskiano parece ser que el niño interioriza las habilidades, significados y destrezas que son originalmente compartidas por la diada y que se desarrollaron en el proceso de interacción. El niño puede, por ejemplo, interiorizar las preguntas hechas por su cuidador y comenzar a hacérselas a sí mismo (Wertsch, 1980). El diálogo externo se ha desarrollado en diálogo interno, o –para ponerlo en una vena paradójica pero totalmente vygotskiana- el grupo más pequeño posible es, en cierto modo, no la diada sino el niño individual.
En la última versión de su Historia del desarrollo de las funciones mentales superiores, Vygotski fue bastante explícito sobre el proceso de interiorización y lo formuló como sigue:

Podemos formular la ley genética general del desarrollo cultural del siguiente modo: toda función del desarrollo cultural del niño sale al escenario dos veces, en dos aspectos, primero en el social, después en el psicológico, primero entre las personas como una categoría inter psicológica, después dentro del niño como una categoría intra psicológica. Todas las funciones psicológicas superiores son relaciones sociales interiorizadas, [y constituyen] la base de la estructura social de la personalidad. Su composición, estructura genética, modo de funcionamiento -en una palabra toda su naturaleza es social; incluso al llegar a ser procesos psicológicos, su naturaleza permanece quasi-social. También el ser humano que está solo retiene las funciones de interacción (Vygotsky, 1983a, pp. 145, 146).

Vygotski ejemplificó esta idea general para los gestos y palabras. El gesto de señalar del niño es en su opinión originalmente un intento de alcanzar un objeto (ver Bruner, 1983, para una crítica). Es la interpretación del adulto -al tratar los intentos fallidos del niño como si fueran gestos de señalar- la que viene primero. El significado del gesto de señalar está socialmente establecido y solo después el niño se dará cuenta de este significado y comenzará a usarlo de modo deliberado. Como lo ha dicho Bruner (1983), el dominio de esos procedimientos convencionales es hecho mucho más fácil creando ciertas situaciones estándar recurrentes de interacciones sociales.
De acuerdo con Vygotski, esta pauta de funcionamiento de social a individual es clara también para el desarrollo del habla. Los adultos interpretarán las expresiones del niño como palabras con cierto significado (cf. Kaye & Charney, 1980). Después que este significado ha sido establecido socialmente y captado por el niño, éste puede comenzar a usar estos significados sociales para su propio propósito. Para Vygotski era crucial la idea que el niño comienza a aplicar los significados socialmente adquiridos para su propia conducta y eventualmente los interioriza. Así, el cuadro peculiar surge del niño que se influye a sí mismo por significados sociales. Hablar y escribir para sí mismo es equivalente a influirse a sí mismo con significados que originalmente fueron destinados para influir en los demás. Como dice Vygotski (1986, p. 54): “La lectura de las propias notas -escribirse a sí mismo- significa comportarse consigo mismo como hacia otro”.
El tema de la estimulación social del sí mismo fue conectado por Vygotski al tema de la diferencia entre conducta animal y humana. Al discutir el abordaje E-R de Pávlov él concedió su valor a la conducta animal y a los procesos psicológicos inferiores humanos. El desarrollo crucial en la historia humana fue, sin embargo, que los seres humanos comenzaron a crear estímulos (medios) para sí mismos. Así, no fueron más esclavos de la estimulación externa, sino que activamente podían estimular y dirigir su propio comportamiento. El ser humano, decía Vygotski, es una casa dúplex (Vygotsky, 1986, p. 54).
Las palabras fueron consideradas por Vygotski como el medio social más poderoso. El origen de la voluntad, por ejemplo, está íntimamente relacionado con el dominio del habla por el niño. A medida que los niños dominan el habla, aprenderán a usarla para la planeación y el control de sus propias acciones. El hecho que las palabras (como opuestas a otros signos/significados sociales) sean particularmente efectivas al respecto es de nuevo  atribuible a su origen social. Vygotski se adhirió al punto de vista que las palabras originalmente (tanto filogenética como ontogenéticamente) son comandos. El poder de la palabra para la regulación de nuestra conducta halla su origen en el poder de las palabras para ordenar a otros (Vygotsky, 1986, p. 53).
Ahora estamos en posición de resumir el concepto de sociogenesis de Vygotski. Todos los procesos psicológicos superiores (pensamiento, volición) descansan en la aplicación de los significados sociales para el sí mismo. Estos significados son dominados en una relación social entre dos personas (Vygotsky, 1986, p. 53) y después serán  interiorizados por el niño individual. Primero serán usados para influir en otros y después para influir en sí mismo. Las palabras son de lejos los medios sociales más poderosos. “La sociogénesis es la clave para un comportamiento superior” (Vygotsky, 1986, p. 57).
El concepto de sociogénesis ha resultado muy poderoso en la moderna psicología del desarrollo. La investigación hecha por Bruner (197.5, 1983), Wood (1980), Brazelton y Tronick (1980), Kaye (1982), Wertsch (1979, 1985) y muchos otros ha estado inspirada en el enfoque de Vygotski y testifica su fecundidad. Sin embargo, estos autores pueden haber minimizado una faceta muy importante del pensamiento de Vygotski: su deuda con sus contemporáneos. En la siguiente sección mostraremos que los contornos del concepto de sociogénesis y muchas de las argumentaciones de Vygotski ya estaban presentes en los escritos de Pierre Janet.

LA PSICOLOGÍA SOCIAL DE JANET

Pierre Janet (1859-1947) es uno de aquellos psicólogos clásicos cuya obra no parece ser bien conocida por los actuales psicólogos del desarrollo. Solo unos pocos estudios han sido publicados (Ellenberger, 1970; Prevost, 1973; Schwartz, 1955; Sjowall, 1967) y estos se han enfocado sobre todo hacia sus escritos clínicos. Tal abordaje no hace justicia, sin embargo, a la originalidad y amplitud del conocimiento de Janet. Él desarrolló, por ejemplo, un abordaje constructivista de la memoria humana (Janet, 1928a), propuso una  teoría histórica y del desarrollo de la inteligencia humana (Janet, 1935, 1936), y dio un relato provocativo del origen de la personalidad (Janet, 1929). Es más, en sus escritos que a primera vista parecen dedicados exclusivamente a fenómenos clínicos (Janet, 1926, 1928b) también son abundantes los temas de relevancia más general.
En otra parte (Valsiner & Van der Veer, manuscrito en preparación) se dará un relato detallado de la obra de Janet. En este artículo nos concentraremos en algunos temas relativos al origen social de los procesos psicológicos basados sobre todo en Janet (1928a, 1928b, 1929). Así estaremos capacitados para ver cómo Vygotski usó varias ideas janetianas al escribir las diferentes versiones de su teoría cultural-histórica.
Lo primero a saber es que Janet, como Vygotski, claramente resistió un abordaje  reduccionista, conductista de las conductas humanas. El conductismo, en su opinión, tenía que ver solo con los actos elementales. Creía que  

la psicología del comportamiento se debería transformar en una psicología de la conducta. No debería estudiar los comportamientos de animales elementales, sino las conductas de los seres  humanos superiores (citado por Prtvost, 1973, p. 28).

Por otro lado era también bastante crítico de la psicología subjetiva (Janet, 1946, p. 81). Al definir la psicología como la ciencia de las conductas, Janet no quiso excluir a la consciencia como un tema de investigación. En su opinión (al menos como lo reflejaba en sus escritos posteriores a 1920) la consciencia es una conducta particular, que se desarrolló lentamente en la historia de la especie humana y que se superpuso a las conductas elementales (Janet, 1946, p. 85). Janet era bastante crítico de los intentos por explicar la conducta humanar con referencia a las cadenas de estímulo-respuesta o leyes de la  asociación. No negaba que estos fenómenos juegan un papel en la conducta humana pero enfatizaba que la mente humana tiene un complejo carácter jerárquico y solo gradualmente evoluciona en la filo y en la ontogénesis. El enfoque genético de Janet es claramente discernible en todos sus escritos posteriores. Consideraba el error de la psicología  tradicional presentar

las conductas psicológicas como hechos definitivos, como estados adquiridos que existieron de una vez por todas, que siempre existieron y que siempre existirán (Janet, 1928a, p. 502).

Al razonar desde este punto de vista Janet intenta esbozar todos los diferentes niveles de conducta humana comenzando desde los reflejos simples y los actos perceptivos hasta el pensamiento, la memoria y la personalidad.
Así, vemos que Janet compartió con Vygotski una actitud crítica hacia el conductismo (que tendía a enfocarse en procesos elementales e ignorar la consciencia) y un abordaje totalmente genético. Estos temas también son evidentes en su Evolución psicológica de la personalidad (1929). Uno de los temas principales de este libro es que uno no nace una personalidad (cf. Levitin, 1982), sino que la personalidad es un constructo humano o invención. Con estas bases Janet resistió cualquier intento de explicar la personalidad por cualquier referencia exclusiva a hallazgos biológicos o asociativos. Su principal idea es que la personalidad se desarrolla a medida que nos atribuimos exactamente los mismos rasgos y actitudes que primero atribuimos a la personalidad de los demás y que otros nos atribuyen. Janet (1929, p. 268):

De acuerdo con la ley que discutí con ustedes todo individuo repite en sí mismo las conductas sociales. El niño crea su individualidad porque uno siempre lo nombra de la misma manera y porque la conducta de uno hacia él tiene cierta unidad.

Hacia el final de su libro Janet repite esta idea de  modo más general declarando que

todas las leyes psicológicas sociales tienen dos aspectos: uno exterior concerniente a otras personas, uno interior concerniente a nosotros mismos. Casi siempre la segunda forma es posterior a la primera (Janet. 1929, p. 521).

En su De la ansiedad al éxtasis (1928b, p. 606) escribe, “el ser vivo se aplica a sí mismo, a las acciones de su propio cuerpo las conductas sociales que aplica a los demás”. Así vemos con claridad la idea que los procesos psicológicos individuales evolucionan como resultado del funcionamiento social previo. Esta idea es bastante frecuente en todos los escritos de  Janet que hemos estudiado. En su opinión la memoria, por ejemplo, se desarrolló a partir de la necesidad del individuo de relatar lo que sucedió a otros que no estaban presentes. Si los demás no están presentes el individuo debe relatar la historia a sí mismo. Este es el origen de la memoria hablando filo y ontogenéticamente. Una y otra vez Janet argumentaba que la  memoria (memorización) “es una conducta social... aunque la persona esté sola, sigue siendo una conducta social” (1928a, p. 214). El pensamiento interno, también, tiene su historia social. Es

una forma de hablar consigo mismo, una vía para informarse a uno mismo. Todas las conductas sociales realizadas vis-a-vis con otros tienen sus repercusiones privadas. Todas las cosas que hacemos vis-a-vis, las hacemos vis-a-vis con nosotros mismos; nos tratamos a nosotros mismos como a otro (Janet, 1928a. p. 22).

Hablando en general, lo que Janet estaba discutiendo era que todas las conductas superiores, típicamente humanas tienen origen social. Existen primero entre la gente, como actos sociales, y solo después como actos intra individuales, privados. Estos actos privados, sin embargo, retienen su carácter social.
La idea que las palabras eran originalmente comandos también está presente en los escritos de Janet. En realidad, es parte de una larga discusión sobre el origen de los actos  sociales. Janet consideraba el acto de mandar uno de los más importantes actos sociales. Tiene un carácter peculiar: en las acciones normales realizamos todas las partes del acto (iniciación, continuación, terminación) nosotros mismos. Al emplear hallazgos clínicos, Janet decía que el inicio de cualquier acción siempre es lo más difícil. Se caracteriza generalmente por gestos especiales, movimientos y gritos que delatan el esfuerzo necesario. Janet especulaba que la orden se desarrolló a partir de estos gritos iniciales. El ladrido de los perros al perseguir a su presa es la señal para otros perros de seguirlos. Cuando los seres humanos dan órdenes se restringen a sí mismos al grito inicial y no realizan el resto de la acción. Mientras el perro va corriendo, el verdadero jefe da la señal- el grito de inicio- pero no continúa: sus subordinados se harán cargo de continuar y completar el acto. Esto es típico para la orden y, más generalmente, para todos los actos sociales: ellos son actos subdivididos entre varios individuos en los cuales cada uno de esos  individuos ejecuta solo parte del acto (Janet, 1929, pp. 182-189). El lenguaje humano se desarrolló de estas órdenes primordiales, afirmaba Janet, y todavía tiene un carácter de comando. Por eso Janet consideraba el lenguaje como una importante segunda fuente de estimulación. Las conductas elementales pueden ser explicadas por referencia a estímulos externos de los alrededores, pero a un nivel más avanzado el lenguaje interfiere. El lenguaje es una segunda fuente de estimulación y una mucho más importante. Janet decía (1929, p. 419):

Nuestras acciones están determinadas por esas dos grandes fuentes: los estímulos que vienen del mundo exterior y los estímulos que vienen de la sociedad.

Después de esta breve descripción de varias ideas de Janet, vamos a resumir los temas principales. Janet se oponía a los intentos de explicar la conducta humana reduciéndola al fenómeno estímulo-respuesta y no quería excluir la consciencia de la agenda de temas que deberían ser estudiados por una ciencia objetiva de la psicología. Su concepto de sociogénesis se basaba en los siguientes temas: todos los procesos psicológicos superiores  (pensamiento, volición, memoria) evolucionan a través de la aplicación de conductas sociales a sí mismo. Estas conductas se desarrollan en las relaciones sociales entre la gente y después serán interiorizadas por el niño individual. Las palabras son por mucho los estímulos sociales más poderosos por su origen de comandos.

JANET Y VYGOTSKI: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS

Las similitudes entre los puntos de vista de Vygotski y los conceptos de Janet son obvias. El lector habrá notado que hay una fuerte similitud no solo para los principios y conceptos básicos, sino hasta la redacción de varias de las ideas. Es más, nuestra revisión de los elementos comunes entre la teoría cultural-histórica y las ideas de Janet está lejos de ser exhaustiva. Se puede argüir, por ejemplo, que la investigación de Leóntiev sobre la memoria y su enfoque de la actividad general (Leont’ev, 1932) son muy similares a las ideas propuestas por Janet.
Al conocer el fondo histórico estas similitudes no son del todo difíciles de explicar: Vygotski, Leóntiev y Luria estaban al tanto de los escritos de Janet y los usaban para construir el enfoque cultural-histórico. Vygotski varias veces reconoció de modo explícito su deuda intelectual con Janet, dándole el crédito por el desarrollo del concepto de sociogénesis (Vygotsky, 1983a, pp. 141-143; 1983b, p. 197; 1984a, pp. 222-22.5), en particular, con respecto a la ley general por la que aplicamos a nosotros mismos las actitudes que primero aplicamos a demás. Ahora está documentado (Vygotsky, 1984a; p. 430; 1984b, p. 364) que Vygotski estaba familiarizado con el estudio de Janet (1929) sobre el desarrollo de la personalidad y con uno de sus más importantes libros clínicos (Janet, 1928b).
Mientras demostramos que Vygotski se hizo eco de varias declaraciones de  Janet, leyó sus trabajos y explícitamente reconoció su importancia, estos hechos son, sin duda, prueba insuficiente para afirmar que Janet influyó en Vygotski. Uno debe preguntar si, 1) Vygotski no influyó en Janet, y si 2) posiblemente otros originadores de la teoría sociogenética pudieron haber influido en Vygotski. Nosotros decimos que tanto (1) como (2) son poco probables, por decir lo menos. Nuestros argumentos son como sigue.
Es improbable que Janet fuera influido por Vygotski pues en aquel tiempo éste había publicado muy pocos artículos en otras lenguas diferentes al ruso, un idioma que Janet no podía leer. Los pocos artículos que Vygotski publicó en inglés fueron sobre temas irrelevantes (por ej., esquizofrenia) y, además, en el  momento que Janet no podía leer o hablar esa lengua. En efecto, sus primeras conversaciones con Baldwin parecen haber sido en latín (Ellenberger, 1970, p. 352). Por último, Janet nunca citó a Vygotski.
Los otros dos principales defensores de un punto de vista sociogenético fueron  Royce y Baldwin (ver abajo). No se hace mención de Royce en las obras escogidas de Vygotski. Se hace referencia a Baldwin, pero nunca explícitamente en relación con las ideas presentadas en nuestro artículo. Janet, por otro lado, siempre es referido cuando  Vygotski toca el tema de la sociogénesis. No hay otros candidatos, además de Baldwin y Royce, como probables creadores del concepto de sociogénesis tal como fue usado y desarrollado por Janet y Vygotski. Nuestra conclusión es, por lo tanto, que Vygotski usó las ideas janetianas al construir su versión de la teoría sociogenética.
Esto por cierto no significa que sus teorías sean idénticas. Con base en nuestra lectura y estudio de la obra de Vygotski y en parte sustancial en los escritos de Janet  sugerimos tentativamente las siguientes diferencias entre los conceptos de la sociogénesis de Vygotski y Janet.
Vygotski explícitamente combinó la idea que las palabras son originalmente comandos con la idea que nos tratamos a nosotros mismos como lo hacemos con los demás para explicar el poder del habla en la regulación de la conducta. Ambas ideas parecen estar menos conectadas en los escritos de Janet y también tienen origen diferente (ver abajo). Ligado con este tema está el hecho que Vygotski fue mucho más explícito acerca del concepto de interiorización. Este concepto está, como hemos visto, presente en las obras de Janet, pero su tratamiento es más bien general y a menudo se refiere al dominio filogenético. A diferencia de Vygotski, él nunca estudió niños para trazar el proceso de la interiorización. Por último, fue Vygotski quien trajo los conceptos de signos, significados y herramientas a la teoría de la sociogénesis. Mientras Janet hablaba de aplicar las acciones o conductas sociales a nosotros mismos, Vygotski tendía a hablar de signos, significados y herramientas sociales. Aunque ambos autores discutieron la importancia del uso de la herramienta para la inteligencia humana –estaban muy familiarizados con los experimentos sobre el uso de herramientas por animales hechos por Kohler y Yerkes –fue Vygotski el que comenzó a hablar acerca de las palabras (signos) como un tipo de herramientas sociales para regular la propia conducta. Sin duda, el énfasis marxista en el trabajo y el uso de herramientas en la ontogenia humana jugó un papel importante aquí (Van der Veer, 1985). Si estas conclusiones provisionales prueban ser válidas, entonces hemos esbozado aquí algunas sutiles transformaciones a las que tienden a someterse los hechos, conceptos y teorías científicos.

LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA DEL DESARROLLO Y LA CONEXIÓN JANET-VYGOTSKI

Pocos autores contemporáneos se han percatado del eslabón Janet-Vygotski o subrayado la necesidad de estudiarlo. Leóntiev (en Vygotsky, 1982a, p. 25) da crédito a Janet por sus intentos de combinar un enfoque genético y uno de la actividad y por la idea que el niño interioriza las formas sociales de la conducta. Radzijovski (en Vygotsky, 1982b, pp. 482, 483) afirma que la influencia de Janet no ha sido estudiada en grado suficiente y sugiere que la investigación de Leóntiev sobre la memoria estaba muy influida por Janet. Matiushkin (en Vygotsky, 1983a, p. 357) agrega que Janet vio la memoria, la volición y el pensamiento como derivados de los actos sociales. De los autores contemporáneos occidentales solo Kozulin (1984) y Valsiner (1987) parecen haberse percatado de los elementos comunes entre las teorías de Janet y Vygotski y han urgido a otros estudiarlos. Para nuestro conocimiento, sin embargo, el presente artículo es el primero en ocuparse de la inter dependencia intelectual de Janet y Vygotski.
Esta situación es, como se ha dicho en la introducción, más desafortunada y tiende a distorsionar nuestra comprensión y apreciación de Janet y Vygotski. También corremos el riesgo de perder la pista de cómo se desarrollan los conceptos científicos. Vygotski de modo creativo usó los conceptos de Janet al tratar desarrollar su teoría cultural-histórica.  Enfatizó diferentes aspectos, agregó nuevas ideas de otras fuentes, combinó diferentes ideas janetianas, etc. Los presentes autores subscriben el punto de vista que todas las ideas científicamente interesantes tiene una larga historia de sutiles transformaciones y que el estudio de éstas es mucho más interesante que cualquier reclamo de prioridad inútil.
Si es cierto que los conceptos científicos tienen una larga y complicada historia, entonces no debería uno esperar que la historia termine aquí. Sería poco probable hallar que Janet es el único origen del concepto de sociogénesis. Y, en efecto, no lo fue. El mismo Janet atribuía este concepto a los filósofos/psicólogos estadunidenses Royce y Baldwin. En otra parte (Valsiner & Van der Veer, en prensa) hemos descrito las raíces gringas del concepto de  sociogénesis y analizado cómo Janet asimiló las ideas de Royce y Baldwin.
Así vemos qué tan complicada puede ser la historia de las ideas científicas. Al parecer, lo que se necesita para conceptualizar estas transformaciones sutiles de un autor a otro es entender el tema de la inter dependencia intelectual.

INTERDEPENDENCIA INTELECTUAL

Hay un paralelo interesante entre la sociogénesis del pensamiento del niño y el tema de la influencia intelectual en el discurso científico. Los niños no son copias pasivas de la conducta del adulto o recipientes pasivos de herramientas culturales ya hechas. Ellos tratan darle sentido a su ambiente, prueban hipótesis, integran los resultados de las pruebas en su  “cuerpo de conocimientos”, y dominan activamente las herramientas culturales (algunas veces dándoles nuevo uso). Lo mismo es cierto, de un modo más deliberado y sistemático, para los científicos maduros. Es obvio que el pensamiento teórico de un buen científico no puede ser reducido a la suma de influencias experimentadas por esa persona. Primero, esto equivaldría a negar el papel activo de los científicos individuales que transforman las ideas de varias maneras sutiles. A fin de cuentas tal punto de vista implica, como dice Voneche (1982, p. 81), que las ideas científicas son vistas como los agentes reales, inmutables de la historia humana que usan las mentes humanas para viajar de una generación a la siguiente. Segundo, los científicos activamente seleccionan sus fuentes de influencia. En la base de este proceso de selección están las consideraciones teóricas y los resultados de las investigaciones empíricas. Nadie menos que Piaget (1982, p. 83) enfatizaba este punto al hablar acerca de la inter dependencia intelectual entre Janet (su maestro) y Baldwin. De acuerdo con él Janet comenzó a leer a Baldwin “porque necesitaba a alguien como Baldwin para confirmar su propia idea de los estadios extraída de la patología”.
Si estas observaciones tienen algún valor, entonces ser influido por alguien rara vez significará tener réplicas exactas de las ideas de esta persona. Los investigadores deberían ser vistos como activos co-constructores del desarrollo gradual de ideas. Este punto de vista no es nuevo, por supuesto, y está de acuerdo  con la noción aceptada que las ideas científicas evolucionan y se desarrollan durante una larga y complicada historia (Fleck, 1979).
La propia teoría de Piaget sobre el equilibrio de las estructuras cognitivas puede ser aplicable al proceso de transmisión de las ideas científicas de un científico a otro. El  concepto de asimilación puede ser usado para constatar las sutiles transformaciones que las ideas científicas experimentan cuando los investigadores tratan poner las ideas de los demás en sus propias teorías. Comprender las ideas científicas de otro puede ser concebido como incorporarlas en una estructura de conocimiento preexistente y por lo tanto cambiarlas en cierto modo. El concepto de acomodación, por otro lado, puede ser usado para describir cómo las estructuras preexistentes de los científicos cambian como resultado de asimilar ideas. Entonces, en casos de inter dependencia intelectual, los procesos de asimilación y acomodación deberían ser detectables. Por supuesto, se puede cuestionar si el aparato conceptual de Piaget puede manejar todos los problemas relevantes de la inter dependencia intelectual. Después de todo no explica, por ejemplo, por qué un investigador específico escoge ideas específicas como dignas de un mayor desarrollo. Este tema está quizás relacionado con el de las diferencias individuales en el desarrollo infantil que no era central para Piaget. Pero los conceptos de asimilación y acomodación nos dan cierto criterio para argumentar un caso de inter dependencia intelectual.
Es importante notar que en cada caso específico no puede uno más que argumentar un caso de inter dependencia intelectual. Las pruebas lógicas de influencia científica son difícilmente alcanzables. En teoría siempre será posible que los investigadores de modo  independiente lleguen a los mismos resultados o que ambos en un supuesto caso de influencia científica hayan sido influidos por otros investigadores.

CONCLUSIONES

Las presentes observaciones sobre los procesos de comunicación científica tienen relevancia inmediata para nuestra conceptualización de la inter dependencia intelectual de Janet y Vygotski. Al concentrarnos en los temas de asimilación/acomodación y selección activa de fuentes potenciales de influencia podemos argumentar lo siguiente. Vygotski probablemente buscaba activamente ideas que estuvieran en línea con su enfoque general  (por ej., el estudio objetivo de la conducta humana sin excluir la consciencia) y que pudieran apuntalar la idea marxista de la naturaleza social del ser humano. Ya en un artículo publicado en 1925 (Vygotsky, 1982a, p. 96) podemos verlo formular la idea que la consciencia humana tiene origen social. En aquella época, sin embargo, Vygotski todavía pensaba a lo largo de líneas reflejológicas. Pensaba que la consciencia evolucionaba a través de la incorporación de los reflejos sociales. Nuestros propios reflejos (y en especial las palabras) pueden funcionar como estímulo para nuevos reflejos y la consciencia solo es el reflejo de los reflejos. En años posteriores descartó esta idea. Los libros escritos por Janet (1928a, 1928b, 1929) constituyeron así un intento de bienvenida a la explicación del origen social del ser humano en términos no reflejológicos. Vygotski pronto asimiló las ideas de Janet las cuales resultaron en las transformaciones descritas arriba. La incorporación de las ideas janetianas en la teoría de Vygotski también implicó el que este último tenía que acomodarse. Como lo menciona Vygotski (1986, p. 54), tenía qué cambiar su punto de vista de, entre otras cosas, el papel del habla en la volición y otros procesos psicológicos.
Así podemos ver cómo Janet y Vygotski fueron co-constructores del abordaje  sociogenético. El objetivo de este artículo no ha sido mostrar cómo Vygotski “tomó” algunas ideas de Janet, “probando” por lo tanto que el genio de Vygotski fue menos de lo que se ha dicho. Tal abordaje sería equivalente a tratar de aprobar o desaprobar reclamos de prioridad. Más bien, ambos autores deberían ser vistos como científicos creativos que de modo activo contribuyeron y enriquecieron el cuerpo de conocimientos de la psicología.

REFERENCIAS

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