Método genético-experimental y
psicología de la consciencia: en busca de lo perdido (artículo primero)
N. N. Viériesov
Psicología histórico-cultural 2014. Vol. 10. № 4. Pp. 121—130
Traducción: Efraín
Aguilar
1. Psicología de la consciencia y
método de investigación: metodología y casi metodología
1.1. Psicología de la consciencia en
el siglo ХХI: ¿100 años perdidos?
Al pensar en cómo llamar a esta parte del artículo no elegí por
casualidad su título al parafrasear el de un libro publicado hace poco [14]. ¿Pero
por qué no sesenta años y sí cien? ¿Esta afirmación no sería una injustificada
exageración? Bueno, trataré explicar qué quiero decir con esto de los años «perdidos».
Estoy seguro que los expertos en el campo de la
filosofía y la psicología de la consciencia se han percatado de cómo han
cambiado las discusiones en los últimos dos años en el sitio de D. Chalmers.1
Para los partidarios de la idea de que la consciencia es producto de la
actividad cerebral, e incluso para los que, con todas las reservas combinadas con
un poco de gracia ocultan esta posición; уa no hay argumentos serios ni hay
hipótesis experimentales distintas que puedan ayudar a detectar cierto «código
neural» de la consciencia dentro del cráneo. La persona tiene consciencia,2
pero no en su cerebro. Decepcionante salida. Pero esto se esperaba e incluso se
predijo… hace ya cincuenta años. Recordemos lo que al respecto decía en el ya
lejano 1964 Е. Gеnis: «Debemos estar preparados para el hecho de que las
propiedades más sutiles de la mente, como la creatividad y la inspiración, a
fin de cuentas serán esencialmente incomprensibles. Yo, a diferencia de algunos
de mis colegas, no estoy convencido de que el pensamiento pueda ser reducido a
un flujo de electrones» [15, p. 250]. ¿Muchos habrán escuchado esta sabia
advertencia? Pero la cuestión era extremadamente difícil, por decirlo así, al
borde de la supervivencia: O los orígenes de la consciencia tarde o temprano
serán hallados en el cerebro, o es necesario reconocer que ello es en esencia
inconcebible. Resulta que a principios del siglo XXI la profecía se cumplió. Y
que no le preocupe al lector que Gеnis no hable de la consciencia, sino de las
«propiedades sutiles de la mente», de la «creatividad», de la «inspiración». En
el inglés original no se usa el término inteligencia (intelecto), sino mente (соnsciencia).3
Y si, como se vio después, el pensamiento no puede ser reducido a un flujo de
electrones, entonces ¿qué podemos decir de la consciencia (аsí como del deber y
el honor, que tienen una relación directa con la consciencia)?
1 Los materiales de este debate son conocidos, pero por si acaso (como
un tributo a la tradición académica) doy el enlace URL: http://consc.net/online/1.1
2 El problema es que la consciencia no está en todas las personas. Así
como el honor, el deber, la vergüenza, la decencia y otros fenómenos, ahora
está fuera de moda.
3 Hablando de términos, recuerdo que en la tradición estadunidense (y la
británica en cierta medida) se entiende por consciencia todo el sistema de
procesos cognitivos y funciones psicológicas (de la sensación y la percepción
al pensamiento abstracto, es decir la mente), por lo que traducirlo como
«соnsciencia» no es del todo correcto. El término «mente» en este sentido es
más adecuado. Aunque, en los últimos años, mente y consciencia se utilizan como
sinónimos. Pero este es otro tema.
Así, la psicología de la consciencia hoy ha llegado al
punto en el que inició el conocimiento de sus secretos… esto es, a Wilhelm
Wundt. Después de todo Wundt formuló la idea que el método experimental solo
está disponible, en primer lugar, para los hechos psicológicos relativamente elementales
(sensaciones, ideas, tiempo de reacción, simples asociaciones, etc.), pero no
para las funciones mentales superiores (FMS) cuyo estudio requeriría otro método
— el análisis de «los productos del espíritu humano», los que llevan al
lenguaje, los mitos, costumbres y tradiciones, leyes y normas sociales, legales,
morales, etcétera. Este enfoque se expresa en su trabajo fundamental «Psicología
de los pueblos», de hecho se opuso al estudio de las FMS por la psicología experimental
individual . De tal modo, Wundt lo justifica en el marco de la nueva
psicología, de hecho divide esta ciencia en dos ramas — la experimental y la
social. Estas ramas son diferentes en sus bases metodológicas y, por lo tanto, en
su contenido y métodos (la psicología experimental estaba orientada a las
ciencias naturales, mientra que la psicología social а «las ciencias del
espíritu»). Esta división permitió, por un lado, llevar las FMS al sistema de
los conceptos psicológicos y destacarlas como objeto de análisis psicológico. Por
otro lado, sentó las bases para la división de la psicología y como resultado
la llevó a un estado de crisis abierta que estalló a inicios de la segunda
década del siglo XX, en la que sin duda permanece en la actualidad.
La difundida promesa que соn ayuda de los equipos
modernos por fin sería posible descubrir cómo «el cerebro humano crea su mundo interior», dada generosamente por los representantes de la «neurociencia» hace cincuenta
años, no fue en vano. Los estudios experimentales, al contrario, llegaron
directamente a los resultados opuestos: «El cerebro humano, sin duda, participa
en el trabajo de la consciencia. Sin embargo él no «produce» la consciencia en
el sentido como se pensaba antes. Entender los orígenes de la consciencia
humana no puede basarse en el estudio de los procesos incluso más sutiles que
suceden en el cerebro» [10, p. 3]. Solo se puede estar de acuerdo con Wundt en
que no se puede estudiar las FMS con el método experimental.
¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo estudiar experimentalmente
la consciencia? Se puede, por supuesto, hacer como que no pasa nada. Se puede
pretender que solo un poco, un poquito más y el misterio del «cerebro y la
consciencia» será resuelto y por fin serán halladas las estructuras cerebrales
que dan lugar a la consciencia. Pero hacer esto se vuelve más y más difícil sin
el riesgo de quedar en la periferia histórica y cronológica de la
comunidad científica.
La consciencia humana, como el héroe de la famosa
película, dice «Usted no tiene métodos a la Коstia Saprykin*». Se puede
aceptar, por supuesto, que no hay un método, pero se puede poner la cartera de
otra persona en el bolsillo derecho del desventurado héroe (y lo mejor es
hacerlo en silencio y antes que Glieb Zheglov*) y de este modo hallar esos
métodos. Sin embargo, parece que quienes afirman que la consciencia es generada
en el cerebro, todavía no tienen otros métodos. «¡El ladrón debe estar en la
cárcel y no importa cómo lo voy a poner ahí!» — tal enfoque no solo no se
justifica para la consciencia, sino también para los ladrones. ¿Y si la mente
no quiere «irse» al cerebro? Sí, no quiere y no puede; allá no solo no encaja y
no hay trucos que le ayuden a irse allá [11]. Por lo tanto es necesario buscar
otros modos. Y para determinar el alcance de la búsqueda de las otras vías, es
necesario reconocer hasta lo que llegó a ser evidente casi para todos: la
consciencia no está en el cerebro, pero sí está en la persona.4 De
todos modos nada impide tomar esta declaración como punto de partida para la
reflexión de la naturaleza, el origen y el desarrollo de la consciencia humana.
De aquí sigue, por cierto, una importante aclaración: digamos que la
consciencia no puede ser estudiada por métodos experimentales, pero el problema
principal no es éste, sino el hecho de a qué nos referimos cuando hablamos de
métodos experimentales.
* Personajes del film policiaco ‘El lugar no se puede cambiar’ (Место
встречи изменить нельзя, 1979).
4 Más exactamente: la existencia de un cerebro funcional no es garantía
de que su propietario sea la consciencia. De la afirmación «si no hay cerebro
no hay consciencia», no sigue «hay un cerebro, entonces hay consciencia».
Tratemos de reformular: si la consciencia (que sin duda existe y, por lo
tanto, donde se le busque hay una, emerge, es decir tiene su origen, su «pedigrí»)
no puede ser estudiada mediante los métodos experimentales conocidos en
psicología, esto puede significar lo siguiente. O en general no se la puede
investigar experimentalmente sin caer en el reduccionismo sombrío y sin
esperanza (reducción de la consciencia al trabajo del cerebro), о… se la puede investigar
con lo que todavía no se conoce del método experimental en psicología. ¿Pero
existe tal método? Y si existe, ¿por qué no se le conoce en la psicología de la
consciencia? De eso trata mi artículo.
1.2. El método comienza con la metodología
En el extranjero, sobre todo en la psicología angloestadunidense, la
metodología se entiende como un conjunto de métodos y herramientas específicas que
se utilizan para hacer frente a un determinado tipo de tareas de investigación.
Esto es lo mismo que la tradición rusa ha llamado «métodos de investigación
psicológica». Por lo tanto, cuando nuestros colegas extranjeros hablan de metodología
de investigación, aquí la palabra «metodología»
se usa en el mismo sentido. En un sentido más amplio (y esta es la tradición de
la filosofía clásica alemana) metodología es el enfoque general para comprender
la naturaleza del fenómeno estudiado, que se construye sobre la base de un
sistema de métodos concretos, apropiados para el tema de investigación. Y ya
que Wundt pertenecía a esa tradición, entonces parece que no tiene sentido
abordar la cuestión de cómo se relacionan entre sí la metodología en sentido
amplio y la metodología en sentido estrecho. ¿Con qué base Wundt llegó a la
conclusión (y esto, desde luego, es la conclusión metodológica) que es
imposible estudiar las FMS con el método experimental, bastante aceptable para
estudiar los procesos y funciones naturales «elementales»? ¿Quizá la razón es
que en aquel tiempo el equipo de investigación era demasiado primitivo y con su
ayuda solo se podía investigar los procesos y las funciones psicológicas
elementales? No, en absoluto. El problema era que al parecer las FMS no son el
resultado del desarrollo, de la sofisticación y la diferenciación de las
funciones mentales inferiores. En otras palabras, la idea inicial de que las
funciones elementales son los «ladrillos» que componen las superiores, resultó
falsa. Así, la división de las funciones mentales en dos tipos para Wundt no solo era la declaración de un hecho
empírico obvio, sino un paso metodológico importante. Y la conclusión de que no
se puede estudiar las FMS con los métodos de la psicología experimental (es
decir, con los métodos usados para estudiar los procesos naturales) fue solo
una consecuencia derivada de esta posición metodológica general. De hecho, la
metodología moderna en psicología nació con esta conclusión. Todo lo que había
hasta aquí, no era metodología. Así que, en realidad, el método nace con la
metodología.
Pero vean qué interesante: la moderna psicología del
desarrollo se halla desde el punto de vista metodológico… en estado wundtiano. Si
se ignora los detalles y se atiende al hecho, se halla entonces que la gran
mayoría de la investigación psicológica moderna se basa en dos postulados
fundamentales: 1) Las FMS se desarrollan sobre la base de las funciones
mentales inferiores y, 2) el desarrollo de las FMS en la ontogénesis es el
resultado de la interaccion de dos grupos de factores — sociales y biológicos. Y
esto a su vez, formó en varias generaciones de psicólogos dos posturas básicas
de investigación, que definieron el desarrollo de la psicología en el siglo
pasado.
La primera postura consiste en que las FMS no solo
pueden, sino deben ser estudiadas con los métodos experimentales diseñados para
estudiar las funciones elementales. Sin embargo, respecto a las funciones
superiores, esto se complica en la ontogénesis de las funciones elementales, e
investigarlas requiere métodos complicados. En otras palabras, si el cerebro
genera consciencia, es necesario en primer lugar estudiar cómo el cerebro
genera sensaciones, percepción de imágenes, es decir, funciones elementales, y
después de esto será posible entender cómo
del cerebro surgen imágenes complejas y funciones superiores (por ejemplo, memoria
voluntaria, pensamiento lógico, etc.). El problema principal es que para tal
investigación se requiere montajes exprimentales muy complejos, сapaces de
detectar cambios en el cerebro relacionados con estas funciones superiores.
La segunda postura de investigación es que, para
responder a la pregunta es necesario concentrarse en el papel de los factores
sociales y biológicos. Por cierto, la historia de la psicología del desarrollo
en el siglo XX puede ser presentada como la historia de la lucha entre las concepciones
sociogenéticas y biogenéticas, dependiendo de qué grupos de factores eran
reconocidos en estas concepciones principales.
La conclusión metodológica de Wundt, que las funciones
inferiores y las superiores son fenómenos diferentes por naturaleza y por esto
los métodos de investigación útiles para estudiar las primeras no sirven para
las segundas, no fue escuchada. Al contrario, las concepciones biogenética y
sociogenética desarrollaron métodos concretos de investigación y programas
experimentales, basados precisamente en esta metodología. Y de nuevo vemos una
situación en la que el método inicia con la metodología.
Sin embargo, como ya dijimos, al inicio del presente
siglo de nuevo se planteó la pregunta de la aplicabilidad de los métodos de la psicología
experimental, originalmente diseñados para estudiar los procesos de la
sensación y la percepción (esto es, en téminos de Wundt, de las funciones
elementales), para estudiar las FMS y los procesos cognitivos complejos. Y si, a
pesar de todos los esfuerzos disponibles a la fecha, los resultados no
impresionan (y a decir verdad se ven deprimentes), entonces esto significa que
de nuevo en primer plano va la metodología. Repito, la situación es que, a
primera vista, solo hay dos salidas a este callejón sin salida metodológico, о
1) estar de acuerdo con Wundt y admitir abiertamente que las FMS no pueden ser
estudiadas con los métodos experimentales disponibles, о 2) fingir que no sucede nada terrible y seguir
buscando los orígenes de la consciencia humana en el cerebro, los genes,
etcétera.
Sin embargo, seguir fingiendo que no pasa nada ya no
es posible sin caer en conflicto сon los datos acumulados; así este modo de
salir del callejón sin salida metodológica no tiene perspectiva. Sin
perspectiva aunque sea porque no se puede ignorar la gran cantidad de
investigaciones, sin duda demostradas, que el cerebro desarrollado (¡y las
posibilidades de su desarrollo!) mismo (ontológica y filogenéticamente) es un
producto, es el resultado del desarrollo histórico del hombre, y no al revés [12;
13]. A esto hay que agregar que cuando se habla de crisis en psicología, la que
no ha sido superada en el curso de un siglo, rara vez se presta atención a que
esta crisis es metodológica, en el sentido alemán del término, por supuesto. Y
esto significa que los esfuerzos para resolver la crisis mediante la creación
de métodos cada vez más sofisticados y complejos para la investigación
experimental del cerebro (en el sentido angloestadunidense del término) no
cambian nada en cuanto al fondo del problema. La consciencia no está en el
cerebro, Коstia Saprykin se niega con obstinación a ir a la cárcel, y los
representantes de las neurociencias en realidad no tienen métodos legítimos a
la Коstia Saprykin.
Hay un viejo chiste: «Cuando falta el dinero hay dos
situaciones: 1) no hay dinero, y 2) no hay dinero en absoluto». Si se aplica al
tema de este artículo podemos decir que en la psicología moderna la consciencia
está en el primer estado — «no hay métodos experimentales para investigar la
consciencia». Pero esto no significa que no haya en absoluto métodos
experimentales para investigar la consciencia. Para romper el circulo vicioso
wundtiano, para encontrar una salida, se debe hacer un proceso simple: solo se
debe recordar que el método comienza con la metodología. Y esto significa que
mientras el problema no sea resuelto a nivel metodológico, no habrá truco ni
artimaña que ayude y «de todos modos no habrá dinero». Y para resolver el
problema en el nivel metodológico hay que reconocer sobre todo, que este
problema es metodológico, y no técnico generado por la falta de equipo
experimental sofisticado para resolver el problema. Es decir, primero es
necesario reconocer este problema como metodológico — no en el sentido angloestadunidense,
sino en el sentido alemán del término. Y solo después de esto se puede probar, tratar
de formular una nueva vía metodológica del problema, una metodología que se
convierta en alternativa real de la metodología de Wundt, dentro de (y
sobre todo, desde) la cual la psicología moderna sea preservada hoy de manera
segura.
Repito: es posible, por supuesto, que nada de esto se
haga y seguir a la espera de algún tomógrafo nuevo superpoderoso y otro, en
palabras de un famoso personaje de Bulgakov, «equipo». Pero, como ya dije, «si
no hay dinero, entonces no hay». De todos modos, no veo ningún obstáculo para
no ver este problema precisamente como uno metodológico. Después de todo, ¿por
qué no?
Por supuesto, el problema de la comprensión
metodológica de la situación y la creación de nueva metodología y nuevos
principios fundamentales no pertenecen a la categoría de lo simple y fácil. Pero hay algo que realmente
puede ayudar. Puede ayudar a ver que no hay ningún callejón sin
salida metodológica. En la historia de la psicología rusa (y mundial) hay un científico, de
hecho, que realizó este difícil trabajo metodológico. Él no solo comprendía el
problema del método en psicología a nivel metodológico, sino que también
propuso una nueva mirada que fue una alternativa metodológica real a Wundt. El
nombre de este científico es Liev Semiónovich Vygotskiy. Su ahora famosa y
reconocida en todo el mundo teoría histórico-cultural del origen y desarrollo
de las FMS fue el resultado de esta nueva metodología. No es casualidad que el
enfoque de Vygotskiy al problema de la consciencia sea llamado «psicología no
clásica».5
5 Anoto de paso: ninguna de las numerosas teorías y teóricos que
surgieron después de Vygotskiy tuvieron el honor de ser denominados «no
clásicos», aunque muchos de ellos se autoproclamaron y denominaron así.
La nueva mirada a la consciencia y a la posibilidad de su estudio
experimental, tuvo una consecuencia básica: en el marco de este nuevo enfoque
fue desarrollado un nuevo método de investigación, que ahora se conoce como «método
genético-experimental». Por eso, entender en qué consiste la esencia de este
método solo adquiere sentido en que, por sí mismo constituye una alternativa
metodológica, propuesta por Vygotskiy.
1.3. Vygotskiy versus Wundt: dos
metodologías
Еn pocas palabras, la esencia de la alternativa metodológica en el enfoque
del estudio de la consciencia propuesto por Vygotskiy, es que el fenómeno de la
consciencia (el mundo subjetivo del hombre) se puede estudiar objetivamente si
tenemos en cuenta las funciones mentales no como fenómenos ya establecidos, sino
explorarlos en el proceso de su formación y desarrollo. Así, el proceso del
desarrollo de las FMS viene a ser la piedra angular en la metodología de la
investigación psicológica. Esta idea la expresó mejor P.Ya Galpierin cuando
escribió: «Solo en la génesis se muestra la verdadera estructura de las
funciones mentales; cuando finalmente se desarrollan, su estructura no puede
distinguirse, de hecho, el fenómeno se remonta y cubre de un tipo completamente
diferente de estructura y naturaleza» [8, p. 26].
Tengamos en cuenta que no hablamos de una estructura disponible ya existente en las FMS, sino de su estructura genética.
Hoy en día la idea que el estudio de las FMS solo es
posible en el curso de la investigación genética, es decir, en el proceso de
reconstrucción teórica y experimental del proceso de su aparición y formación, es
casi un lugar común. Sin embargo permítanme recordarles que esta idea fue
sugerida por Vygotskiy a finales de los años 1920, cuando estaba lejos de ser
evidente у desde luego no era decisiva en la metodología de la psicología. Así
es como, señalando la situación, Vygotskiy escribió al respecto:
«La historia del desarrollo de las FMS es un campo completamente
inexplorado en psicología. A pesar de la gran importancia que tiene el estudio
de los procesos del desarrollo de las FMS para su correcta comprensión у
aclarar así de manera decisiva todos los lados de la personalidad del niño, hasta
ahora no ha sido delineado de manera clara ninguno de sus límites, no son
conocidos ni metodológicamente, ni que presentan mayores problemas, ni los
retos a que se enfrenta el investigador; no ha sido desarrollado su método
apropiado de investigación, no se ha planificado ni desarrollado los rudimentos
de la teoría o, por lo menos, de una hipótesis de trabajo, la cual podría
ayudar al investigador a entender y explicarse en el proceso de trabajo los
hechos y leyes observados.
Por otro lado, el concepto mismo del desarrollo de las FMS aplicado a la
psicología infantil — a nuestro juicio uno de los conceptos centrales de la
psicología genética — sigue siendo vago y poco claro. No está claramente
delimitado de otras familias y conceptos relacionados, la descripción de su
significado es a menudo vaga, el contenido, invertido en él, es insuficiente »
[3, p. 6].
Por lo tanto, de acuerdo con Vygotskiy, el concepto
básico y fundamental de la teoría debe ser el concepto (o paradigma) del
desarrollo de las FMS, y el proceso del desarrollo en su totalidad, como
consecuencia, debe actuar como objeto de estudio teórico y experimental. En
otras palabras, estructura, fenomenología, funciones y leyes del funcionamiento
del fenómeno de la consciencia no deben ser el foco de la investigacion, como
era costumbre en la psicología clásica de aquel tiempo, sino su origen y desarrollo
en la filo y ontegénesis. El reto de esta grandiosa reconstrucción de todas las
bases de la investigación psicológica sobre estos terrenos completamente nuevos,
determinó la aparición de un concepto psicológico, ahora conocido como teoría
histórico-cultural del origen y desarrollo de las FMS.
En el curso de esta gran obra era preciso resolver dos
problemas interrelacionados.
1. Era necesario describir teóricamente el proceso del
origen y desarrollo de las FMS humanas en todos sus aspectos y dimensiones (fuente
del desarrollo, progreso, dirección, características, mecanismos y leyes de su
desarrollo), en otras palabras, fue necesario desarrollar una herramienta
teórica efectiva que permitiera dar una imagen completa del desarrollo.
2. Era necesario desarrollar una metodología
completamente nueva y actual para la psicología de aquel tiempo, estrategias y
herramientas para el estudio experimental de los procesos del desarrollo, esto
es, fundar un método experimental nuevo en psicología (el método genético-experimental).
A pesar de su enorme complejidad ambоs problemas
fueron resueltos con brillantez. Y si tomamos en cuenta la teoría
histórico-cultural de Vygotskiy desde este punto de vista (еs decir, como
teoría del desarrollo de las FMS), entonces tenemos todas las bases para creer
que se trata de una concepción integral. Se destaca en ella con claridad un
objeto de estudio, una ley básica formulada, conceptos y principios básicos
construidos y, por último, un método de estudio experimental elaborado de la
teoría del tema correspondiente. Apenas en la ciencia psicológica de aquel
tiempo (y en la psicología de hoy) se tiene otra teoría del desarrollo, en la
cual todos estos aspectos habrían sido elaborados сon la misma plenitud y
también de manera integral, como lo hizo la teoría histórico-cultural.
Pero volvamos a nuestro tema. En este artículo no voy
a discutir las principales posturas de la teoría histórico-cultural de
Vygotskiy — esto requiere una discusión detallada y por separado. Mi trabajo es
mostrar en qué consistía la alternativa metodológica propuesta por Vygotskiy y
que dio lugar a la aparición de la «psicología no clásica». Y para ello vamos a
tener que volver al concepto de FMS, sin olvidar que el subtítulo de esta parte
del artículo es Vygotskiy versus Wundt.
Vygotskiy, como Wundt, parte de la postura básica de
que en el homo sapiens hay funciones mentales (psicológicas) superiores e
inferiores. Pero a diferencia de Wundt, él sí procedió.Lo que para Wundt era el
punto final metodológico, соn todas sus consecuencias teóricas de lo cual ya
hablamos arriba, para Vygotskiy se convirtió en el punto de partida. El
problema fue que se le comprendió precisamente como uno metodológico, y
resolverlo era enfrentarlo precisamente como un problema metodológico.
Nada, ni las más sofisticadas modificaciones y
transformaciones de los métodos empíricos prevalecientes en la psicología
experimental, puede tener éxito sin un replanteamiento metodológico de la
esencia misma del problema. La metodología empírica misma deberá ser superada y
en su lugar deberá estar la metodología genética. Y solo esto dará la clave
para resolver el problema. La casi metodología (la wundtiana) debe quedar en el
pasado:
«La parcialidad e inexactitud del punto de vista tradicional sobre los
hechos del desarrollo de las FMS consiste, sobre todo y de manera importante, en
la incapacidad de verlas como hechos del desarrollo histórico, en su
visualización unilateral como procesos y formaciones naturales, en la confusión
y falta de distinción entre lo natural y lo cultural, lo natural y lo histórico,
lo biológico y lo social en el desarrollo psicológico del niño; en resumen — en
la comprensión básica equivocada de la naturaleza del fenómeno estudiado» [3, p.
7].
«Como resultado del predominio de este enfoque al problema del
desarrollo de las FMS del niño, el análisis de la forma acabada del
comportamiento reemplazó, como regla general, a la identificación de la génesis
de esta forma. A menudo la génesis fue sustituida por el análisis de cierta
forma compleja de comportamiento en diferentes etapas de su desarrollo, por lo
que se creó la idea que no se desarrolla la forma en su totalidad, sino sus
elementos por separado, en la suma que resulta de cada etapa de una u otra fase
del desarrollo de esta forma de comportamiento.
En pocas palabras, el mismo proceso de desarrollo de las formas
complejas y superiores del comportamiento se quedó en una situación poco clara
y metodológicamente no consciente. Estas génesis por lo general fueron
sustituidas por una pura ocurrencia externa, mecánica, cronológica, fecha de
aparición de este o aquel proceso mental superior a una u otra edad » [3, p.
8].
La metodología genética, es decir la metodología basada
en el principio del desarrollo, actuó como base significativa sobre la cual fue
creada la teoría histórico-cultural. La interpretación metodológica de la idea
del desarrollo y de la transformación del mismo proceso del desarrollo en el
tema de la teoría, llevó a que se colapsaran los postulados en los que se
construyó la psicología wundtiana y pre wundtiana.
El primer colapso (en cierto modo, puesto en duda) es
el del postulado de los dos factores. La necesidad de distinguir entre «lo natural
y lo cultural, lo natural y lo histórico, lo biológico y lo social en el
desarrollo mental del niño», concebida como tarea metodológica, «atada» al
principio del desarrollo, permitió dar un paso de fundamental importancia. Consistió
en que las funciones inferiores y las FMS comenzaron a ser vistas a partir de
su contenido y estructura genéticos. Ya no era, por lo tanto, sobre dos tipos
de funciones y dos líneas del desarrollo — biológica y cultural. Y la línea
cultural del desarrollo no comienza donde se origina la línea biológica. A
diferencia de las funciones elementales, el origen de la aparición y desarrollo
de las FMS es el medio ambiente.
«…el medio ambiente no solo es un factor más o menos favorable para el
desarrollo de los mecanismos básicos del comportamiento, … se crea y añade
todas las formas superiores del comportamiento, todo lo que en el desarrollo de
la personalidad se construye en las funciones elementales» [1, p. 376].
«El medio ambiente participa en el desarrollo del niño, en el sentido
que en el desarrollo de la personalidad y sus características humanas
específicas actúa como una fuente del desarrollo; еs decir, el medio no está
jugando el papel de la situación, sino de fuente del desarrollo» [7, p. 85].
Sin embargo, ¿qué se entiende por este concepto
general de «medio ambiente»? En primer lugar estamos hablando de medio ambiente
social (o más bien, sociocultural):
«….el medio ambiente social es la fuente de todos los rasgos específicos
de la personalidad humana adquiridos gradualmente por el niño, o la fuente del
desarrollo social del niño» [4, p. 265].
Espera, espera, me dirán los meticulosos lectores, ¿y
los factores? ¿Cuáles son los factores? ¿Cómo, sin factores? En caso de
prescindir de ellos voy a responder después de Liev Semiónovich. Lo único que
se necesitaría para comenzar, es hacer una diferencia entre lo que define el
proceso del desarrollo y lo que afecta el proceso del desarrollo. Y estas, como
se dice en una ciudad sureña, son «dos grandes diferencias».
«Por desgracia, en nuestra práctica de la historia del desarrollo del
niño por lo general se le describe desde
la falsa dualidad del medio ambiente y la herencia… El desarrollo no es una
simple función totalmente definida x unidades de la herencia más unidades del
medio ambiente. Éste es un complejo histórico, que muestra en cada etapa lo que
ya concluyó en el pasado. En otras palabras, el dualismo artificial del medio
ambiente y la herencia nos lleva por el mal
camino, que nos oculta el hecho que el desarrollo es un proceso continuo auto provocado y no una marioneta controlada
por dos hilos inquietos» [5, p. 309].
En otras palabaras, diferentes factores y hasta una
combinación de factores puede influir en el proceso del desarrollo, pueden
ralentizar o acelerar el desarrollo, incluso pueden bloquearlo, pero ninguna
combinación de factores, incluso en su totalidad, no determina ni el carácter,
ni la dirección y ni cualquier característica del desarrollo.
Las fuentes, las fuerzas motrices, el carácter y la
dirección del desarrollo se deben buscar no en los factores internos y externos
agregados; los cambios cualitativos en la estructura de la consciencia están
determinados por procesos y mecanismos muy diferentes. El entorno social no es
el factor, sino la fuente del desarrollo. Así, la diferencia básica entre las
funciones mentales inferiores y superiores está en que tienen origen y, por lo
tanto, naturaleza diferente. Y esto significa que las segundas no crecen a
partir de las primeras. Y esto, a su vez, establece la siguiente pregunta de
importancia fundamental — ¿cómo se conectan a su vez las funciones inferiores y
superiores entre sí? Y la respuesta a esta pregunta nos lleva al colapsado segundo
postulado de la psicología clásica, еsto es, el postulado que las funciones
superiores son resultado del desarrollo de las inferiores. En general, la
respuesta a esta pregunta es la siguiente:
«Las funciones mentales superiores no están construidas como segundo
piso de los procesos elementales, sino que son por sí mismas nuevos sistemas
psicológicos que incluyen una compleja red de funciones elementales que, al ser
incluidas en el nuevo sistema, сomienzan a actuar de acuerdo con nuevas leyes»
[6, p. 58].
Algún tiempo después (a principios de los 1930s) esta
disposición general fue refinada y desarrollada:
«…en el proceso del desarrollo… no solo cambian las funciones, como
antes lo estudiamos (ese fue nuestro
error), no solo su estructura, no tanto el sistema de su movimiento; cambian y
se modifican las relaciones, las conexiones de las funciones entre sí, aparecen
nuevos grupos que eran desconocidos en el paso anterior» [2, p. 110].
Así, el progreso y la dirección general del desarrollo
se determinan por que: 1) bajo la influencia de las FMS, surgidas de las
relaciones sociales, hay una reestructuración cualitativa de todo el sistema de
las funciones mentales del hombre y, 2) surge una estructura cualitativamente
nueva del sistema de funciones («sistema
psicológico» en términos de Vygotskiy), que trabaja con nuevas leyes.
Como vemos, la selección de los dos tipos de funciones
mentales en la teoría histórico-cultural no solo fue tanto el resultado de la
fijación del hecho empírico de la presencia de estas funciones en la estructura
de la consciencia, соmo un paso metodológico en la construcción de la teoríadel
desarrollo de las FMS. Esta distinción permitió definir e investigar
teóricamente los dos más importantes aspectos del proceso del desarrollo: 1) su
origen y 2) su naturaleza. La fuente del desarrollo es el medio ambiente social
y cultural, y el carácter del desarrollo se refleja en la transformación
cualitativa de la estructura de la consciencia y en la formación de nuevos
sistemas psicológicos que no están disponibles en las etapas anteriores.
El desarrollo mental del hombre, el desarrollo de la
consciencia, ya no se ve más «vestido con la ropa de la terminología
psicológica» del proceso de la maduración biológica («natural»); al contrario, el desarrollo se ve
como proceso cultural, el desarrollo de las funciones mentales superiores comienza a ser visto como un desarrollo cultural, que se produce con sus
propias leyes (no biológicas). La naturaleza y el misterio de la consciencia
humana no está en la biología ni en el cerebro; la naturaleza y el misterio del
origen de la consciencia humana está en el espacio de la historia y la cultural
humanas.
Аlекsаndr Románovich Luria (quien por cierto no puede
ser acusado de subestimar el papel del cerebro en su relación con el desarrollo
de la consciencia) escribió que, «…para explicar las formas complejas de la
vida humana consciente, es necesario ir más allá del cuerpo, buscar las fuentes...
de la actividad consciente y del comportamiento “categórico” no en las
profundidades del cerebro ni en las del espíritu, sino en las condiciones
externas de la vida... en las formas histórico-sociales de la existencia humana…»
[9, p. 23].
Para estudiar el origen y desarrollo
histórico-cultural de las FMS, fue necesaria no solo una teoría nueva. Necesitábamos
un nuevo método experimental соrrespondiente a ese tema (espero que el lector
no haya olvidado que el método comienza con la metodología).
«Se puede expresar como idea genérica que cualquier enfoque por completo
nuevo de los problemas científicos conducirá inevitablemente a nuevos métodos y
técnicas de investigación. Оbjeto y método de investigación están estrechamente
relacionados entre sí. Por eso la investigación se convierte en un aspecto y
tendencia por completo diferentes cuando
se trata de hallar el nuevo método, adecuado al nuevo problema. … Los
diseños del problema y del método no van paralelos, pero en todo caso avanzan
juntos. La busca del método se convierte en uno de los objetivos más
importantes de la investigación. El método en tales casos es a la vez un
requisito previo y producto, herramienta y resultado de la investigación» [3, p.
41].
Este nuevo método que, por cierto, sacó a la
psicología del estancamiento wundtiano e hizo posible lo imposible, se
convirtió en herramienta del estudio experimental de las FMS, esto es, una
herramienta capaz de revelar su contenido y composición genética, pasó a la
historia de la psicología con el nombre de «método genético-experimental del
estudio del origen y desarrollo de las FMS». La esencia de las alternativas
metodológicas propuestas por Vygotskiy, fue que desarrolló no solo una nueva
teoría psicológica «no clásica» de las FMS, sino que también proporcionó un
nuevo método «no clásico» de investigación experimental. Por lo tanto fue
superada la casi metodología, es decir, aquella situación cuando el método de
investigación no se corresponde con la naturaleza del proceso que se estudia
con ayuda de este método.
1.4. Volver al tema: « ¿Si usted es tan
inteligente, por qué es tan pobre? »
Volvamos al tema y demos la palabra al escéptico: «A ver ustedes, vygotskianos,
supongamos que tienen un nuevo método experimental para estudiar las FMS. Sea. Pero,
permítanme preguntarles, ¿si son tan inteligentes, por qué son tan pobres? ¿Dónde
están los resultados del uso de su cacareado «método genético-experimental»? Después
de todo, ¡han pasado casi ochenta años desde su creación! Incluso estamos
dispuestos a aceptar que nuestros métodos experimentales son peores que los de
ustedes, pero muéstrennos que su método es mejor, presenten los resultados de
las investigaciones experimentales. Después de todo, la eficacia de cualquier
método experimental se determina por este criterio. Y todo el debate sobre la
metodología en este caso es un debate a favor de los pobres».
Yo, autor de estas líneas, sin mucho placer me uno a
estas escépticas voces. E incluso agregaría: para muchos de los autodenominados
vygotskianos, el método genético-experimental es una terra incognita. Entonces parece que ahí está el método, pero no
para los vygotskianos. Voy a explicar qué quiero decir. En cualquier disciplina
científica donde se usa métodos experimentales de investigación, hay una
tradición de aprendizaje de cada nueva generación de investigadores de estos
métodos experimentales. Literalmente se les enseña cómo construir y llevar a
cabo la investigación experimental de modo que se cumplan sus requisitos. Y estos
requisitos de organización y realización de la investigación experimental existen
a veces, literalmente, como una lista de requisitos, еs decir, en detalle, en
forma de texto que describe qué, cómo y en que orden hacer lo necesario, y qué
y cómo no hacerlo, ya que en este caso los resultados no pueden ser
considerados como válidos. En ciencias naturales hay tal enseñanza de
principios y reglas del trabajo experimental en forma de talleres de
experimentación especiales, cuya aplicación obligatoria y escrupulosa es
llevada a cabo por cada estudiante o aspirante a doctor hasta que recibe el
derecho a investigar por su cuenta. Por ejemplo, un conocido taller de
bioquímica de la Universidad Estatal de Moscú ‘M. V. Lomonósov’ cuenta con más
de 150 prácticas. Mientras no pases el taller, no puedes soñar con un trabajo
experimental independiente. Es lo mismo en psicología experimental: nadie te
permitirá llevar a cabo una investigación independiente si no conoces los
requisitos para organizar y realizar el procedimiento experimental. Qué decir
de lo que cualquier experimentador debe saber de esto, que tales requisitos y
principios no se toman del techo, hay que presentarles la teoría, siempre
detrás de cualquier experimento concreto.
Por lo tanto, como se dice, «сon profundo pesar» le
informo que en la moderna psicología histórico-cultural hasta hoy no existe
ningún taller para organizar y realizar algún estudio experimental. Además, no
existe un sistema claramente definido de principios y requisitos para la
investigación experimental. No hablo de que hasta hoy no exista un solo
libro de texto sobre lа teoría histórico-cultural de Vygotskiy, en el cual esta
teoría estaría indicada en forma sistemática. Parece increíble, sоbre todo si
tenemos en cuenta la enorme cantidad de investigación en la línea de la teoría
histórico-cultural que se realiza en todo el mundo, y el gran número de
publicaciones en este tema. Resulta que cada investigador que
cree estar trabajando en la línea de la teoría de Vygotskiy, construye su
estudio experimental: 1) sobre la base de su propiа comprensión de la teoría, a
veces limitada y bastante arbitraria y, 2) sobre la base de sus propias ideas
sobre cómo y en qué principios debe construirse este experimento. Es decir, el
proceso se lleva a cabo con frecuencia bajo el principio «como Dios me dé a
entender». En otras palabras, existe el «método genético-experimental», pero
los mismos vygotskianos no saben como se usa, y por ello se usa como sea, sin algún
tipo de reflexión al respecto. Es ridículo, pero en los últimos años he visto
una tendencia increíble: aparecen artículos en cuya primera parte (el marco
teórico) se da un par de referencias «rituales» sobre Vygotskiy (en el mejor de
los casos) o (en el peor) sobre algunos vygotskianos modernos (Y. Engeström,
М. Cole, J. Wertsch y otros), y después sigue la descripción de un experimento
concreto, que no tiene que ver ni con la teoría de Vygotskiy, ni con el método
genético-experimental.6
6 No daré
ejemplos porque esto no es la culpa, sino la desgracia de los experimentadores;
lo hacen cuando todavía no hay ningún criterio claro.
He aquí la respuesta a la pregunta de por qué los
vygotskianos son tan «pobres» o, en todo caso, por qué no son más ricos que
otros. Y quién no diría que nuestros colegas vygotskianos occidentales son un
grupo marginal, periférico, muy pequeño en
el contexto de la comunidad psicológica del mundo moderno. Permanecen marginales, a pesar
de que tienen tal riqueza: la teoría histórico-cultural y el método
genético-experimental. Ellos simplemente no saben qué hacer con esto y hacen lo
que pueden: llevan la teoría a pedazos y
luego «pinchan los frutos que llevan el sello del rey», luego «martillan clavos
con el microscopio» y luego «disparan a los gorriones con un cañón».7
Pero esto es otro tema.
7 Se
llega hasta el ridículo. Un muy conocido y respetado investigador de esta
comunidad aseguró con seriedad al autor de estas líneas, que la teoría
histórico-cultural no existe y que yo la había inventado. Digo esto no por
malicia o resentimiento, sino para constatar que yo no estaba feliz.
Y sorprende que hasta hoy ninguno de los principales
representantes de la llamada «escuela de
Vygotskiy» — sea en nuestro país o en el extranjero — haya planteado la
necesidad de crear un libro académico sobre la teoría histórico-cultural,8
ya no digamos que finalmente hayan sido formulados los requisitos para organizar
un sistema de estudios específico basado en el principio del método
genético-experimental. Parece que tal situación se aplica a todos. Pero, que me
disculpe el lector, tal situación no se aplica a mí, autor de estas líneas. Y
no escribiría este artículo si en él no intentara introducir un sistema de
requisitos básicos para organizar y realizar un estudio experimental con base
en los principios del método genético-experimental, como parte integral de la
teoría histórico-cultural del origen y desarrollo de las FMS.
De esto hablaremos en la segunda parte del artículo.
8 Sin
embargo, no es del todo exacto. Las pausadas conversaciones sobre este tema se
dieron por mucho tiempo, pero no se llegó a nada. Y aquí, en la Universidad estatal
psicopedagógica de Moscú inició el trabajo colectivo para crear el primer libro
en el mundo sobre la teoría histórico-cultural. Por fin se rompió el hielo.
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1, Moscú: Piedagóguika, 1982. 486 p.
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3, Moscú: Piedagóguika, 1983. 365 p.
4. Vygotski L.S. Sobranie sochiniénii [Obras escogidas en 6 tomos]. Tomo.
4, Moscú.: Piedagóguika, 1984. 432 p.
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5, Moscú: Piedagóguika, 1984. 367 p.
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