Una revisión de los momentos definitivos de la obra de Vygotski y sus implicaciones para la continuidad de su legado
Fernando González Rey
En Mind,
Culture, and Activity,
18: 257–275, 2011
Traducción: Efraín Aguilar
INTRODUCCIÓN
La obra de Vygotski se caracteriza por su gran creatividad
y productividad dentro de un corto lapso. Como la obra de Vygotski es rica y
hasta algo incompleta, no se la puede analizar lineal o monolíticamente. Durante
mi lectura de los textos de Vygotski percibí a un autor que generaba continuamente ideas nuevas que podían parecer contradictorias entre sí, incluso dentro
del mismo texto. Un análisis de la trayectoria intelectual de Vygotski en psicología
es difícil debido a la rapidez con que él desarrollaba ideas y la incongruencia
entre las fechas de sus manuscritos y las fechas de su publicación.
Es difícil separar temporalmente los diversos
momentos cualitativos de las ideas de Vygotski porque éstas se traslapan en
obras escritas en periodos similares. En este artículo intento ofrecer una revisión
de los diferentes énfasis teóricos en su obra de 1915 a 1934. Estos énfasis
emergen de sus enfoques teóricos y epistemológicos en varios temas. Al trazar
la emergencia de estas diversas tendencias, he identificado tres “momentos” en
sus obras, que son marcadamente diferentes uno de otro al intentar distinguir
los momentos de la trayectoria teórica de Vygotski. Sin embargo, mi análisis tiene
puntos de contacto importantes con la interpretación de A. A. Leóntiev del
último periodo de la obra de Vygotski.
Los momentos de la obra de Vygotski enumerados en
este artículo comprenden mezclas de ideas que podrían ser localizadas en un lapso
concreto. El problema es que él escribió simultáneamente obras muy diferentes
entre sí en sus ideas principales, como puede ser demostrado si comparamos Psicología del Arte (Vygotsky, 1965) con Psicología Pedagógica (Vygotsky, 2003).
Mi análisis de los diferentes momentos en la obra de
Vygotski no produce una secuencia ordenada y bien establecida orientada hacia
un final claro. Su obra representa un proceso tumultuoso lleno de contradicciones
e ideas inconclusas. A fin de cuentas, mi argumento es que esas ideas
produjeron muchos efectos colaterales de los cuales es posible hallar nuevas alternativas
en la interpretación de su legado. Los momentos aquí discutidos de la obra de Vygotski
son muy diferentes de otros intentos para delinear los momentos temporales de su
obra teórica (Minick, 1987; Van der Veer & Valsiner, 1991).
Los diferentes énfasis que caracterizan los momentos
de la obra de Vygotski no surgieron como resultado de intenciones claras. Estos
momentos también fueron influidos por los efectos de la época turbulenta durante
la cual sus escritos salieron a la luz, durante los cuales el mundo vio la
sucesión de la Revolución rusa, la primera guerra mundial y el ascenso de Stalin
hasta el máximo liderazgo de la política soviética.
Otra justificación para separar la carrera de
Vygotski en tres momentos es la emergencia de los conceptos sobre las funciones
mentales superiores que salieron durante el periodo en que él escribió, los
cuales enfatizaban las funciones cognitivas de la mediación del signo, las
herramientas y la internalización, y la influencia de su obras. Esta mezcla de
ideas ha sido identificada por otros autores como la teoría histórico-cultural
de Vygotski. De modo sorprendente, las críticas a Vygotski de la antigua
psicología soviética también se centraron en estos conceptos en una época que sobre
valoró la última teoría de la actividad histórico-cultural de Vygotski; esto
llevó a negar la riqueza del sistema de pensamiento de Vygotski tanto en la
psicología soviética como en el enfoque occidental de su obra.
EL PRIMER MOMENTO DE LA OBRA DE VYGOTSKI: SU ÉNFASIS EN EL CARÁCTER GENERADOR DE LA PSIQUE, LAS EMOCIONES Y LA FANTASÍA
Este primer momento estuvo caracterizado por varias publicaciones,
entre las cuales Psicología del Arte, Psicología Pedagógica, “La Consciencia como Problema de la Psicología de la Conducta” (Vygotsky, 1982a) y
sus primeras obras relacionadas con la defectología
son especialmente relevantes. Este momento coincide más o menos con los años
entre 1915 y 1927, durante los cuales “El significado histórico de la crisis en
psicología” (Vygotsky, 1982b) fue publicado —en el cual definió su programa para
el cambio radical del aparato teórico de la psicología moderna. Este programa
le guió a través de su obra. A diferencia de otros autores, considero Psicología del Arte como la obra más significativa de este momento
(Vygotsky, 1965). Este libro incluye sus primeras obras, escritas entre 1915 y
1922. Escritas antes del inicio de cualquier tipo de presión política o
institucional, éstas representan sus obras más espontáneas. Pocos autores han
analizado la relevancia de Psicología del Arte y su importancia para articular un entendimiento de la vida de Vygotski
y su obra (del Rio & Alvarez, 2007; Van der Veer & Valsiner, 1991).
En Psicología del Arte Vygotski construye una nueva conceptualización y un
modelo para entender la psicología como una ciencia. Por ejemplo, presenta
muchos de sus conceptos centrales, los que llevan al desarrollo de nuevas categorías
e ideas relacionadas con las cuestiones psicológicas del arte. El libro ofrece
nuevas miradas sobre varios temas en psicología que llaman a una reconstrucción
del campo.
El tema central del libro sugiere una psicología
orientada a las cuestiones humanas esenciales, irreductibles a la conducta o a
una visión objetivista de los seres humanos. (Es de interés que, en uno de sus
capítulos, Vygotski identificó la psicología marxista como parte de la
psicología objetiva, que también incluía otros enfoques teóricos tales como el
conductismo.) Aparte de etiquetas y categorías, en Psicología del Arte fue creada la base para una psicología capaz de
estudiar a la persona humana en toda su complejidad, como un individuo cuyos procesos psíquicos tienen
génesis histórico-cultural. Esta génesis histórico-cultural también fue un tema
complejo, el cual Vygotski abordó por diferentes vías en el curso de su obra.
Una consideración de estos puntos fue precisamente
la que llevó a algunos psicólogos soviéticos a considerar Psicología del Arte como producto de un periodo inmaduro de la vida de Vygotski;
sin embargo, las principales novedades de su obra habían sido mucho tiempo ocultadas
a la psicología soviética. En palabras de Puzyrei (2007),
De hecho, mientras que su [largo
ensayo sobre] Hamlet está permeado por una intensiva exploración del fenómenos de una persona dentro de las
situaciones límite de la existencia, y mientras la problemática de la dimensión
espiritual de la personalidad es tratada en muchos capítulos de “La Psicología
del Arte” y ocupa una porción significativa del último capítulo de Psicología Pedagógica;
en El Significado Histórico de la Crisis en Psicología la discusión de ese problema–set
[la cual es en extremo tersa, por decir lo menos] es pospuesta hasta la última
página, y en las últimas obras de Vygotski —las obras que presentan la versión canónica de la teoría
histórico-cultural— los problemas de la filosofía del hombre apenas se discuten
del todo en muchas de ellas, son “dejados de lado” y solo pueden ser extraídos indirectamente
de un análisis de la discusión de Vygotski sobre otros problemas en temas explícitamente
psicológicos. (pp. 28–29)
En mi opinión, fue el alejamiento de su agenda en Psicología del Arte lo que caracterizó el punto de transición entre el primero
y el segundo momentos de la obra de Vygotski. La declinación progresiva en las
obras de Vygotski entre 1927 y 1931 de los temas seminales introducidos en Psicología del Arte, tales como imaginación, fantasía, emociones y personalidad
—temas tradicionales en psicología que él comenzó a tratar de una manera
totalmente diferente— definió un momento cualitativo nuevo de su obra. Este
nuevo momento, que analizo en seguida, está más cercano a la idea del reflejo
como un principio general que al énfasis en el carácter generador de la psique tan
relevante en Psicología del Arte.1
1La relación entre los pioneros de la teoría de la actividad
y la teoría de Vygotski fue controversial; al inicio del periodo de Járkov,
ellos criticaron firmemente a Vygotski por su excesivo énfasis en el lenguaje y
el significado. Después de ese periodo, tomaron a Vygotski como su principal
fuente teórica.
El punto de inflexión objetivista de Vygotski recibió
su máxima expresión en su definición del carácter instrumental y operacional de
las funciones psicológicas superiores. Estas funciones fueron por completo separadas
del sistema psicológico individual como un todo. Este momento fue reificado
como la emergencia de la “teoría histórico-cultural” e identificado con el “Vygotski
maduro”. La tergiversación de Puzyrei (2007) de Psicología del Arte es clara en la siguiente suposición: “Como sabemos, en
su Psicología del Arte, Vygotski tiene que ver con la ficción exclusivamente”
(p. 34). No era ficción; más bien era otra forma de presentar el tema de la subjetividad,
distorsionado en sentido metafísico por algunos
enfoques modernos en filosofía y psicología. El término subjetividad prácticamente desapareció del vocabulario de la
psicología soviética unos años después de la publicación de Psicología del Arte. La omisión del problema de la subjetividad en la
psicología soviética fue acompañada por una estrecha visión de la cultura y por
el desarrollo de un entendimiento estrecho e instrumental de los procesos
psicológicos.
El énfasis de Vygotski en las emociones y la
fantasía en el arte representa un intento de enfocar temas que, por sus
características psicológicas propias, abrieron un nuevo capítulo de la
psicología. En una discusión abierta con el psicoanálisis, Vygotski buscó
desarrollar esos temas dentro de un marco teórico por completo diferente, orientado
por una visión histórico-cultural de la psique. Vygotski se enfocó en aquellas
funciones no como procesos psicológicos aislados, sino como un intento para determinar
cómo ellas estaban ligadas una con la otra dentro del sistema psicológico.
Vygotski estaba firmemente interesado en una nueva definición ontológica de la
mente humana, hecho que ha sido omitido por la mayoría de sus intérpretes
occidentales. La orientación de Vygotski hacia el estudio de los sistemas
mentales complejos estuvo clara desde Psicología del Arte:
Nos percatamos de que ninguna
de las teorías existentes de la emoción estética puede explicar la conexión
íntima entre nuestros sentimientos y los objetos que percibimos. Para llegar a
esta explicación, debemos recurrir a los sistemas psicológicos basados en la
asociación entre fantasía y sentimiento. (Vygotsky, 1971, p. 209)
Vygotski estaba muy interesado en integrar los
procesos emocionales y cognitivos como parte de una representación sistémica de
la mente. Como se ha subrayado en una cita previa de Puzyrei, Vygotski progresivamente
abandonó este tema después de su reorientación al estudio de la mediación del
signo en el desarrollo de las funciones mentales superiores.
Es difícil cuestionar su orientación espontánea y
creativa hacia el marxismo en Psicología del Arte. El marxismo es muy relevante en su sensibilidad a los orígenes
sociales de la mente humana. Su visión clara acerca de la génesis social de la
psique individual se hizo evidente en este libro.
Nosotros vemos que la
psicología social no marxista tiene un enfoque empírico primitivo hacia la
entidad social, considerándola como una multitud, un colectivo, una entidad, una
relación entre los individuos o personas. La sociedad es tomada como una asociación
de gente y es considerada como una actividad accesoria de un individuo. Estos
psicólogos no admiten que en algún lugar, en un remoto e íntimo rincón de su
pensamiento, sus sentimientos, etc., la psique del individuo es social y socialmente
condicionada. Es fácil demostrar que el sujeto de la psicología social es
precisamente la psique del individuo aislado. . . En efecto, cómo podemos
distinguir la psicología social de la psicología individual si negamos la
existencia de un alma popular, un espíritu popular, etcétera. (Vygotsky, 1971,
pp. 14–15)
Vygotski hizo varias declaraciones notables en esta cita,
al incluir que la realidad social no significa “un agregado de personas” y que
no tiene una definición cruda empírica. La psicología social solo tomó nota
teórica de esas declaraciones muchos años después, en las obras de Tajfel
(1969) y Moscovici (1961). Vygotski no entendió los procesos psicológicos como simultáneamente
sociales e individuales, ideas imposibles de desarrollar en ese tiempo, pero remarcó
que podríamos estudiar la realidad social mediante el estudio de los individuos porque ellos están configurados
mediante su existencia social. Fue una idea nueva para el enfoque histórico-cultural
de la psique, pero nunca fue tomada por la psicología soviética.
En un esfuerzo por comprender el carácter social de
la mente humana, Vygotski trató evitar la reducción del fenómeno psíquico a un
aspecto ideológico:
Nadie tan claro como Plejánov
ha explicado la necesidad teórica y metodológica de la investigación
psicológica para la teoría marxista del arte. De acuerdo con él, “Todas las ideologías tienen una raíz común: la
psicología de una era dada” (p. 76; Vygotsky, 1971, p. 12).
El reconocimiento de los aspectos psicológicos de la
ideología, así como de sus esfuerzos para evitar un reduccionismo ideológico
del arte, fue la expresión de su orientación no dogmática y de su determinación
a evitar cualquier tipo de reduccionismo en la explicación del fenómeno
psicológico. Orientaciones similares habían sido completamente inviables en el
contexto soviético poco después que él sostuvo estas posiciones. La defensa de Vygotski
de la diferenciación ontológica de los procesos psicológicos relacionados con
otros tipos de fenómenos que involucran su compleja génesis histórico-cultural también
apareció en Psicología del Arte:
Este sistema sociológico, la
filosofía del materialismo histórico, desde luego es probable que no explique nada
con base en la psique humana como última causa. Pero tampoco es probable que
rechace o ignore la psique y el significado de su estudio como un mecanismo auxiliar que, junto con las relaciones económicas y el
régimen sociopolítico, genera ideologías. Cuando se investiga las formas
complejas del arte, esta teoría insiste en la necesidad de estudiar la mente, porque
la distancia entre las relaciones económicas y la forma ideológica crece
constantemente; de ahí el arte no puede ser explicado más como una consecuencia
directa de las relaciones económicas. (Vygotsky, 1971, pp. 12–13)
He decidido mantener esta cita completa debido a su importancia
para el desarrollo de un nuevo enfoque
en psicología. Vygotski rechazó cualquier determinismo lineal e inmediato entre
los hechos externos y la psique. Por vez primera en la historia de la
psicología, alguien defendió claramente la idea que los hechos sociales no
devienen de modo inmediato procesos psicológicos. ¡La realidad social se
expresaba en el arte solo a través de la mediación psicológica! Esto representaba
un paso fantástico hacia la representación de la subjetividad, al superar el
enfoque metafísico que caracterizaba al psicoanálisis. Sin embargo, la
importancia de esta aseveración ha sido ignorada por los psicólogos hasta hoy.
En la cita mencionada antes, es interesante notar la
declaración de Vygotski sobre la importancia de la psique como mecanismo mediador
para la comprensión de cómo las relaciones económicas y la estructura socio-política
devienen ideología. Yo digo que en Psicología del Arte, más que en cualquier otra obra intelectual, Vygotski
estaba buscando vías a través de las cuales los complejos hechos sociales, económicos
y culturales devienen procesos psicológicos, y este interés fue el verdadero
inicio del enfoque histórico-cultural en psicología. En Psicología del Arte Vygotski comenzó un diálogo interdisciplinar con la
sociología, aunque no siguió esta discusión en sus obras posteriores.
Sin embargo, el enfoque teórico para el estudio de
la psique discutido por Vygotski en Psicología del Arte le llevó a una representación de la mente como un sistema
integral y dinámico en desarrollo. Le permitió establecer un diálogo con el
psicoanálisis que, en esa época, era el enfoque teórico prevaleciente más orientado
a la explicación de los complejos procesos emocionales y simbólicos
concernientes a la fantasía e imaginación humanas. En ese momento, Vygotski
defendía una representación integral de la mente humana de la cual él creó
cierta distancia en el segundo momento de su obra.
Fascinado por la riqueza creativa e imaginativa
responsable del arte como expresión humana, Vygotski fue sensible a las
construcciones creativas y audaces llevadas a cabo por el psicoanálisis en esta
materia. Este interés era evidente en su claro objetivo de entender el complejo
funcionamiento y organización de la mente humana. Al orientar este interés no
podía ser indiferente al tema de lo inconsciente, que fue desterrado poco
después por la literatura psicológica soviética.
Por lo tanto, lo inconsciente no
está separado de lo consciente por ninguna pared infranqueable. Los procesos que
inician como inconscientes con frecuencia tienen su continuación en lo
consciente y al contrario, muchos procesos conscientes son expulsados por
nosotros a la esfera subconsciente. Hay una permanente relación dinámica viva, que
no cesa un minuto, entre las esferas consciente e inconsciente. (Vygotsky,
1965, p. 94)2
2 Esta es traducción mía; me parece más precisa que
la versión al inglés de Psicología del Arte (1971, p. 72).
En esta cita es posible apreciar su enfoque dialéctico
de esta relación —una salida del enfoque metafísico freudiano basada en la sustanciación
de lo inconsciente, tratada en el psicoanálisis como una entidad. El énfasis de
Vygotski en el carácter procesal de la relación entre estas dos esferas le
permitió superar el determinismo mecánico apoyado por una representación unilateral de lo inconsciente como
el origen universal de cualquier conducta. Además de esto, Vygotski se oponía a
la representación naturalista de la sexualidad como la fuerza universal que organiza
lo inconsciente.
Finalmente, quiero regresar a mi discusión del
carácter generador de la psique el cual puede verse en Psicología del Arte. Este libro representa uno de los pocos momentos en
los cuales el autor supera su subordinación al principio del reflejo. Él
reconoció de nuevo el carácter generador de la psique en el último periodo de
su obra. Una de sus expresiones más claras relacionadas al carácter generador
de la psique humana fue establecida en Psicología del Arte:
Esto significa que, en esencia,
toda nuestra experiencia fantástica tiene lugar en una base emocional por
completo real. Vemos, por lo tanto, que la emoción y la imaginación no son dos
procesos separados; al contrario, ellas son el mismo proceso. Podemos
considerar una fantasía como la expresión central de una reacción emocional. (Vygotsky,
1971, p. 210)
Su reconocimiento de los fenómenos producidos
emocionalmente como realidad es claro. Estos fenómenos son subjetivos por naturaleza,
pero son objetivos como característica humana particular, tan real como
cualquier otra característica en la definición acerca de lo que constituye “el
ser humano”. Estos procesos basados emocionalmente podrían no ser identificados
por las relaciones lineales entre la realidad y la psique. El reconocimiento
del carácter generador de la psique como una característica real de la subjetividad
—como una cualidad real de los procesos humanos que da forma a una realidad tan
real como el mundo concreto— fue una crucial aseveración que llevó a avanzar
hacia una representación nueva de la subjetividad basada en una perspectiva
histórico-cultural.
La posición de Vygotski en términos del
entendimiento del lado subjetivo de los procesos psíquicos es revelada con
claridad en la siguiente cita:
Este nuevo enfoque puede ser
descrito aproximadamente como sigue: los psicólogos proceden de la irrefutable asociación
que existe entre emoción e imaginación. Sabemos que toda emoción tiene una
expresión psíquica además de una física. En otras palabras, un sentimiento “es incorporado,
fijado en una idea, tal como es evidenciado en casos de manía persecutoria, de acuerdo
con Ribot. En consecuencia, una emoción es expresada por la mímica, la pantomima, por respuestas secretoras
y somáticas de nuestro organismo. También requiere cierta expresión de nuestra
imaginación. Hallamos la mejor evidencia de esta visión entre las llamadas
emociones sin objeto. Las fobias patológicas, los miedos persistentes, etcétera,
están siempre asociados con ideas específicas, la mayoría de las cuales son absolutamente
falsas y distorsionan la realidad, pero al hacerlo hallan su expresión “psíquica”.
Un paciente que sufre de miedos obsesivos está emocionalmente enfermo, su miedo
es irracional; y para racionalizarlo, él imagina que todo el mundo le busca y
persigue. (Vygotsky, 1971, p. 209)
Los temas de las emociones, la personalidad, fantasía,
motivación, lo inconsciente y la imaginación permanecieron ignorados por completo
en el segundo momento de su obra teórica, la cual se concentró en el estudio de
las funciones psicológicas superiores.
Este primer momento bajo análisis también se
extiende para incluir sus obras relacionadas con la defectología. En “Defecto y
Compensación”, escrito por Vygotski en 1924 y corregida por él en 1925, todavía enfatizaba
la importancia de los hechos subjetivos en los problemas concernientes a los defectos.
En el último análisis, el
destino de la personalidad se decide no por la existencia de un defecto en sí mismo sino por sus consecuencias
sociales, por su realización socio-psicológica. En conexión con esto, viene a
ser necesario para la psicología entender cada acto psicológico no solo con
respecto al pasado, sino también junto con la dirección futura de la personalidad.
(Vygotsky, 1993, p. 55)
Dos páginas después prosigue de modo más incisivo
con la misma idea:
Ellos no entendieron [se
refiere a los psicólogos de la época] que un defecto no solo es un estado
psicológico empobrecido, sino también una fuente de salud, no solo una
debilidad sino una fuerza. Ellos pensaron que el desarrollo de un niño ciego se
centra en su ceguera. La psicología de la ceguera es la psicología de la
victoria sobre la ceguera. (Vygotsky, 1993, p. 57)
En este texto de nuevo valora la importancia de la subjetividad
cuando analiza los impactos psicológicos del defecto de una persona. Tomado
como un hecho objetivo, el defecto no implica cualquier tipo de consecuencia
psíquica universal. Vygotski también introdujo la idea “consecuencias sociales”,
que por desgracia no desarrolló como un marco teórico intencional para ser usado
en otros momentos de su obra. Al no basarse en el principio del reflejo, el desarrollo
de esta idea le pudo haber llevado a una nueva vía de análisis de la interacción
entre el mundo social y la psique.
La cita anterior termina con una aseveración
maravillosa y transcendente: “¡La psicología de la ceguera es en esencia la
psicología de la victoria sobre la ceguera!” En esta oración, Vygotski toca
brevemente uno de los principios más importantes de la nueva perspectiva
teórica sobre el tema de la subjetividad dentro del marco histórico-cultural: La
subjetividad representa una producción guiada para superar las barreras resultantes
de las condiciones objetivas; no es una reproducción externa de un orden objetivo
dado. Aún más, lo subjetivo es una vía humana particular de garantizar el
desarrollo humano frente a las condiciones objetivas adversas. En vez de
basarse en el reflejo las expresiones subjetivas representan una verdadera
nueva producción definida por la organización real de la subjetividad como
sistema.
Este fue otro indicador de la importancia que
Vygotski atribuyó al carácter generador de la psique en este primer periodo de su
obra: el sistema psíquico es responsable de la producción psíquica. Ninguna
función psicológica podría ser directamente analizada por su relación directa con
alguna influencia “externa”. Su análisis de la ceguera y su impacto psicológico
tenía parecido con la formulación teórica de Maturana (1970) y de Maturana y
Varela (1980), muchos años después, del “acoplamiento estructural” que ellos usaron
para referirse a la conducta no instructiva entre un sistema operativo cerrado
y su medio ambiente o entre dos o más sistemas operativos cerrados.
Al resumir con brevedad este primer periodo de la
obra de Vygotski las siguientes cuestiones son centrales: el entendimiento de
la psique como sistema en desarrollo; la definición del carácter generador de
la psique, cuyas producciones no pueden ser reducidas al reflejo o a una internalización
de operaciones externas; la relevancia de procesos afectivos; su intento de representar
la organización psíquica mediante la unidad de los procesos cognitivos y afectivos;
y su clara orientación hacia una definición nueva ontológica de la psique como
tal.
En este momento de su obra, Vygotski pareció defender
la idea que los efectos psíquicos de las
experiencias vitales no resultan del impacto lineal y directo de alguna
influencia objetiva tomada de la
organización psíquica de una persona. Él enfatizaba el carácter generador de la
psique en vez de su condición refleja. La contradicción entre estas dos
visiones de la psique continuará a través de su obra.
Vygotski también desarrolló nuevos procedimientos
metodológicos para dar evidencia concreta
a los nuevos principios teóricos postulados en la investigación psicológica, pero
ese tema no se desarrolla en este artículo.
Otra idea importante concretizada en Psicología del Arte fue la definición de Vygotski sobre la persona como
el sujeto de la psicología social. Él nunca persiguió más ésta muy prometedora
idea, pero no se puede dejar de ver el valor de esta obra para un abordaje
histórico-cultural de la subjetividad. Con base en esta idea, habría sido posible
en ese tiempo superar la dicotomía entre los fenómenos psíquicos social e
individual: El conocimiento de la sociedad aparece a través de sus
consecuencias en los seres humanos.
Sin embargo, Vygotski no desarrollaría con éxito esa
idea en los periodos subsecuentes de su obra. Además, es difícil saber en qué
grado estaba consciente de la relevancia teórica de esa aseveración. En el segundo
momento de su obra no elaboró el tema. Desarrolló una opción teórica diferente dirigida
a la comprensión histórico-cultural de las funciones psicológicas superiores, tomando
en cuenta su carácter cognitivo. En su enfoque del estudio de esas funciones, sus
características histórico-culturales fueron entendidas en una versión instrumental
estrecha basada solo en la mediación del signo.
EL SEGUNDO MOMENTO DE LA OBRA DE VYGOTSKI: LA VUELTA OBJETIVISTA
E INSTRUMENTAL
Como se mencionó antes, el segundo momento de la
obra de Vygotski fue definido por un nuevo énfasis teórico, centrado en los signos,
la mediación semiótica, la cognición y la internalización. Este periodo puede
ser cronológicamente situado entre 1928 y 1931. En ese periodo, sus nuevas
ideas coexistieron de muchas formas con aquellas que desarrolló en el primer momento, pero el nuevo foco en el cual centró su
atención comenzó a ser evidente. En algunas obras de este periodo, particularmente
en “El Problema del Desarrollo Cultural del Niño” (Vygotsky, 1994), en “La
herramienta y el signo en el desarrollo del niño” (Vygotsky, 1984) y en “La
génesis de las funciones psicológicas superiores”, incluida como capítulo de La Historia del Desarrollo de las Funciones
psicológicas Superiores (Vygotsky,
1983), las principales ideas de su nueva orientación dejaron claro su punto de
inflexión objetivista.
El libro La herramienta y el signo en el desarrollo del niño fue escrito en 1930, a juzgar por los comentarios sobre su
primera publicación en el Volumen 6 de las Obras Escogidas de Vygotski. Como sabemos, las obras escogidas
fueron organizadas por el año en el cual cada capítulo fue escrito, no por el
año de su publicación. Pero si uno lee este libro con cuidado, tendrá
constantemente la sensación de que no expresa las ideas de Vygotski en 1930, sino
las de un momento previo, del periodo
histórico-cultural. (Leontiev, 2001, p. 81)
Leóntiev se percató de las dificultades para definir
cualquier secuencia temporal en la obra de Vygotski. En todo caso, Leontiev localiza
el momento histórico-cultural de la obra de Vygotski al final de los 1920s. Como
La Historia del Desarrollo de
las Funciones Psicológicas Superiores, donde apareció el capítulo mencionado arriba, hizo explícitos
los principios fundacionales principales de este periodo, considero que este momento
dura hasta 1931. La postura de Vygotski en esa época fue congruente con los
eventos históricos particulares que tenían lugar en ese momento.
Cuando se analiza la obra de Vygotski, uno debe considerar
los muchos eventos de represión en los
que el impacto del estalinismo fue por completo experimentado, los cuales
ocurrieron a fines de los 1920s e inicios de los 1930s. Sin embargo, si tomamos
en cuenta que Vygotski mantuvo el entusiasmo, la creatividad y la participación
personal que caracterizó su obra a
través de su vida, sería imposible decir que los cambios en su pensamiento
fueron resultado exclusivo de las presiones externas ejercidas durante ese
periodo. Aunque las condiciones externas afectaron su obra, también es importante
tomar en cuenta sus propias oscilaciones entre mantener una orientación objetiva
y subjetiva en su obra, una inconsistencia común en la psicología soviética. A
este respecto, por ejemplo, Radzijovski se propuso
revelar que toda la riqueza de
las ideas expresadas por los autores marxistas clásicos en relación a la
experiencia subjetiva no fue adecuadamente interpretada por los filósofos
soviéticos; no creamos una antropología filosófica marxista. (Por lo tanto) el
concepto de experiencia subjetiva no halló su lugar en el sistema de lenguaje
de nuestra filosofía. Precisamente por esta razón, la transición de la
filosofía marxista a la teoría psicológica fue muy compleja. (Radzijovsky,
1988, p. 126)
El modelo dialéctico permitió una nueva opción para
comprender la complejidad de la subjetividad. Permitió una visión divergente de
los procedimientos dicotómicos y momentos organizados de la psique (dominantes en
psicología), para ver el carácter complejo de la subjetividad como entrelazada
en sus momentos procesales y formativos. Sin embargo, el dogma materialista impuesto
por una errónea interpretación del marxismo en la psicología soviética no
permitió un uso apropiado del lado dialéctico de este enfoque para el
desarrollo del tema de la subjetividad.
El segundo momento de su obra, identificado como
teoría histórico-cultural, fue quizá más representativo de la vía que conduce a su
definición de una psicología general más que una conclusión de su obra. Algunas de las
principales características de este segundo momento, considerado erróneamente
como teoría histórico-cultural, fueron sobrevaloradas por algunos seguidores
soviéticos de la teoría de la actividad como una vía para legitimar los
principios básicos de la Teoría de la Actividad, a expensas de avanzar un
estudio serio a profundidad del legado de Vygotski. La siguiente aseveración ilustra
este componente del segundo momento:
La esencia misma de la teoría
histórico-cultural de Vygotski es la doctrina de la organización semiótica particular,
específica, de todas las formas mentales humanas verdaderas (las que Vygotski mismo llamaba “las funciones
psicológicas superiores”), incluida la memoria humana. (Puzyrei, 2007, p. 58)
El intento de identificar este periodo como
histórico-cultural lleva a una sobre simplificación de la teoría de Vygotski
que no permite interpretaciones de su curso dinámico y complejo, cuya verdadera
esencia no fue la mediación semiótica sino el desarrollo de una teoría dialéctica
y compleja de la mente desde un punto de vista histórico-cultural. Esta sobre simplificación ha
sido criticada en tiempos recientes por algunos de los más prominentes defensores
de la teoría de la actividad, como Zinchenko (1997). En efecto, la orientación de Vygotski al estudio de las
funciones psicológicas superiores no explora su carácter emocional o su lugar orgánico
en el sistema psíquico del individuo. Estos temas fueron mencionados por Vygotski
en diferentes momentos de su obra, aunque de modo exclusivo en sus obras
tempranas y tardías.
Algunas declaraciones de Vygotski típicas de ese segundo
momento revelan con claridad su reduccionismo objetivista. La psique aparece en
su representación de aquel tiempo como una internalización de las operaciones
externas. La compleja cuestión de la relación de los procesos psíquicos con las
fuentes externas indirectas identificables que participan en su desarrollo fue
por completo evadida por Vygotski en ese tiempo. Entonces él estaba enfocado en un modelo
muy instrumental de la mediación semiótica.
Inicialmente el signo siempre es
un medio de conexión social, un medio para influir en los demás, y solo más
tarde viene a ser un medio para influir en uno mismo. . . Piaget dijo que el reflejo puede ser
considerado como argumento interno. Para que la aplicación de esta ley a la
historia del desarrollo cultural del niño sea en
absoluto clara, solo necesitamos recordar
que el habla es inicialmente un medio de socialización con aquellos que rodean
al niño, y solo después, en forma de habla interna, deviene un medio de
pensamiento. (Vygotsky, 1997, p. 103)
En este periodo de su agenda estaba más cerca de Piaget que
nunca antes. Las principales ideas de Vygotski en esa época enfatizaban la
relación inmediata entre el mundo y la acción en la vida social; él se centró
en los modos por las cuales las palabras y las funciones-acciones devienen
procesos psicológicos.
Si es cierto que el signo, al
inicio, es un medio de comunicación y solo después deviene un medio de conducta
personal, es por completo evidente que el desarrollo cultural, basado en el uso
de signos y la inclusión del signo en el sistema general de la conducta tiene
lugar al inicio de una manera social, externa. . . . Yo interactúo conmigo mismo como otros
interactúan conmigo. Como el pensamiento verbal es equivalente a la transferencia
de lenguaje hacia el lado interno del individuo, entonces el reflejo es la
internalización de la discusión. . . . La
psicología primaria de la función de la palabra es una psicología social y si queremos
saber cómo funciona la palabra en la conducta individual, deberíamos analizar, primero
y ante todo, su función previa en la conducta social de la persona. (Vygotsky,
1995, p. 147).3
3 Esta es mi traducción, que parece más precisa que
la versión al inglés de La Historia del Desarrollo de las Funciones Psicológicas Superiores (1971, p. 103).
Matiushkin también notó lo siguiente en
su epílogo a La
Historia de las Funciones Psicológicas Superiores publicado en ruso,
El
cambio fundamental producido en la estructura conductual significa el tránsito
de la forma inferior a la superior, al consistir en los hechos que los hombres introducen
a la situación compleja de estímulos un sistema nuevo de estímulo neutral capaz
de actuar como estímulo-medio . . . En este momento, ni siquiera Vygotski, a
pesar de rechazar el modelo E-R como
inadecuado, lo pudo superar completamente. (Matiushkin, 1995, p. 355)
La cita de Vygotski es clara evidencia de
su entendimiento conductual de la naturaleza de las funciones psicológicas y
hasta de la personalidad en ese momento. Su enfoque de la mediación semiótica
representa un abordaje conductual de la semiótica más simple y más concreto que
la asumida por los semióticos rusos clásicos. En ese tiempo Vygotski estaba más
cercano a Piaget y Mead que a sus contemporáneos semióticos rusos, como Shpet y
Bajtín.
Ni Shpet ni Bajtín reemplazaron los
procesos subjetivos complejos por operaciones semióticas como hizo Vygotski en alguna
de sus obras relevantes del segundo momento. Esto se hace evidente al comparar
las declaraciones antes mencionadas de Vygotski y algunas citas de Shpet y Bajtín.
“Un signo material único, la palabra, incorpora y condensa la unidad del
sentido cultural y los contenidos subjetivos” (Shpet, 1996, p. 245). En Shpet, como
en Bajtín, la relación orgánica entre los signos y el mundo siempre fue tomad
en cuenta. Para ambos, la psique humana no se reduce a un sistema semiótico. Las
palabras, los signos y el lenguaje nunca flotaron en el flujo contextual sin
ser articulados dentro de organizaciones más complejas en las cuales los seres humanos
interactúan uno con otro en el mundo social. “El mundo, donde el acto tiene
lugar es un mundo único e integral, concretamente sentido (experimentado):
visible, audible, palpable, perceptible y pensable, todo ello penetrado por un
tono volitivo-emocional” (pp. 124–125; Bajtín, citado en Leontiev, 2001, p.
66).
En la tradición semiótica rusa, los signos
están muy entrelazados con la práctica humana, la subjetividad humana y la
complejidad del mundo dentro del cual tienen lugar las acciones humanas. La semiótica
da un apoyo ontológico que no puede ser reducido a juegos simbólicos caracterizados
solo por sus lados práctico y contextual. Los sistemas y fenómenos semióticos son
inseparables de los procesos subjetivos. Bajtín reconoció también la
configuración subjetiva de la acción humana, no solo en sus aspectos sensorial–cognitivos,
sino también en su expresión emocional-volitiva, esto es, en su lado subjetivo.
En “Marxismo y Filosofía del Lenguaje” Bajtín dijo, “Cualquier signo ideológico
no solo es un reflejo, una sombra de la palabra real, sino también es parte material
de la palabra muy real” (en Leontiev, 2001, p. 67). Un signo es no solo un
reflejo sino un elemento en realidad productivo, generador. Esta capacidad generadora
es la base de la subjetividad humana, sin la cual sería imposible hablar de
cultura.
El sentido
es potencialmente infinito, pero solo se le puede actualizar en contacto con
los otros (diferentes) sentidos. . . El
sentido real no pertenece a un sentido [idéntico], sino solo a la relación
entre dos sentidos que se encuentran uno al otro, poniéndose en contacto. . . . no podrían ser ni el primero, ni el
último sentido; existe siempre entre los sentidos, como el eslabón de una
cadena de sentidos. . . . En la vida histórica,
se desarrolla esta cadena infinita. (Bakhtin, 1997, p. 350)
El modo como se desarrolla el sentido en
lingüística podría llevar a un método nuevo para la construcción de sus
categorías en psicología, al considerar la psique en su doble condición de
proceso y configuración. Estos dos lados del fenómeno psíquico podrían ser observados
en su infinitud y movimiento entrelazado. Vygotski parece haber intentado
incluir la consideración de esta qualia del fenómeno psíquico en su definición
de sentido en el último periodo de su obra. Sin embargo, él nunca se refirió explícitamente
a Bajtín. Comenzó a discutir su enfoque de la materia del sentido al citar al
psicólogo francés Paulhan.
Los conceptos acerca del sentido podrían
traer a la luz un método nuevo de construcción teórica en psicología, pero la forma como fue conceptualizada
en lingüística podría no ser importada de modo mecánico al estudio de los
procesos psíquicos. El sentido no debería ser revisado para ser usado como
categoría psicológica. Fue algo que Vygotski parece haber intentado en el último
periodo de su obra, pero que, en mi opinión, no podría haberlo hecho
apropiadamente. En su segundo momento, Vygotski no le dio atención alguna a la
comprensión del sentido como una nueva forma posible para el desarrollo de la
psicología histórico-cultural. Por qué Vygotski nunca citó a Shpet o Bajtín en
su obra es una verdadera duda histórica, en particular cuando señaló que A. N.
Leóntiev (2001) apreciaba mucho la obra de Shpet.4
4 Shpet fue arrestado en 1929 y retirado
de sus actividades docentes en la universidad. En 1937, después de ser
arrestado de nuevo, fue fusilado.
En una expresión más de la dependencia
lineal entre procesos externos e internos dentro del entendimiento de Vygotski
sobre la determinación social de la psique, dijo,
Es posible
decir que nos hacemos a nosotros mismos a través de los otros; esta regla no
solo es aplicable a la personalidad como un todo, sino a la historia de cada
función psicológica. Este postulado expresa la esencia del proceso del desarrollo
cultural entendido de una forma puramente lógica. La personalidad es en sí
misma lo que es en realidad, a través de lo que significa para los otros. Este
es el proceso de la formación de la personalidad. Por primera vez la cuestión de
la correlación entre las funciones psíquicas externas e internas es puesta en
psicología en toda su importancia. (Vygotsky, 1995, p. 149).5
5 Traducción mía al inglés de la versión
al español de La
Historia del Desarrollo de las Funciones Psicológicas Superiores. En inglés esta obra de Vygotski
aparece en The
Collected Works of L.S.Vygotsky: The History of the Development of the Higher
Psychological Functions (Vol. 4).
En esta cita, la personalidad aparece como
expresión directa de lo que somos para los demás. Por lo tanto, la personalidad
parece estar organizada con base en la evaluación de los otros, meramente como
un almacén de opiniones externas. En este periodo, Vygotski estaba cerrado a la
posición de Mead, en la cual todo acto individual era definido con base en una conducta
simbólica directa externa. Este enfoque del tema de la personalidad está de
acuerdo por completo con el principio dominante del reflejo; el carácter productivo,
generador de la personalidad está omitido por completo.
En suma, este segundo momento de la obra
de Vygotski fue un periodo en el cual sus referencias a las emociones, fantasía e
imaginación —que eran extensivas al primer momento de su obra— desaparecieron. Declaraciones
como “la realidad de las emociones” nunc aparecieron durante este periodo
histórico-cultural.
La personalidad fue entendida como resultante
de la percepción de otros sobre nosotros. Vygotski no consideró más la personalidad
y su papel activo en el tratamiento de los defectos físicos en este segundo
periodo. Su entendimiento de las funciones psicológicas superiores se enfocó en
el carácter cognitivo de estas funciones y en su mediación semiótica (entendiendo
esto último de un modo muy instrumental y objetivo). Cualquier relación entre funciones psicológicas y
sistemas psicológicos individuales fue por completo ignorada.
Los procesos sociales fueron
esencialmente entendidos como funciones operativas a través de una relación directa
con la conducta social. Los procesos macrosociales fueron omitidos por completo,
en tanto que institucionales. Uno podría decir que su comprensión de los
fenómenos sociales durante el segundo momento estuvo centrada en los procesos microsociales
concernientes a las conductas sociales. Además de las limitaciones de este
periodo concreto antes mencionado, vale la pena reconocer su importancia como
una “zona de sentido” para el desarrollo de la psicología (González Rey, 1997).
Por primera vez en la historia de la psicología, se hizo un intento de explicar
el carácter cultural y social de las funciones psicológicas superiores, al marcar
las bases para una distinción cualitativa entre la psique animal y la humana.
EL TERCER Y FINAL PERIODO DE LA OBRA DE VYGOTSKI: SU
REGRESO A LA COMPLEJIDAD HUMANA ESPIRITUAL
Es
paradójico que todavía no haya una biografía científica completa, bien argumentada,
de L. S. Vygotski. Es realmente muy impresionante
que la literatura sobre él en ruso y otros idiomas tiende a enfocarse exclusivamente
en las ideas de solo un periodo de su vida, ideas que él mismo superó más tarde.
Estas fueron las ideas de la “teoría histórico-cultural”. Pero los Vygotski de 1925,
1930 y el de 1933–34 no son los mismos. (Leontiev, 1992, p. 41)
Es increíble lo escasamente conocida que
permanece la extensa obra teórica de Vygotski. Leóntiev (1992), en la cita
anterior, también se refiere a los tres momentos de la obra de Vygotski pero nunca lo explicó en detalle. En esa
publicación citada, él se extendió en el tercer momento. Las principales
diferencias entre mi postura y la de Leóntiev incluyen el papel que él da a la
actividad en la obra de Vygotski y la importancia que yo tribuyo al primer periodo
de la obra de Vygotski.
El filósofo ruso F. T. Mijáilov también
ha discutido la falta de familiaridad con el carácter de la obra de Vygotski dentro
de la psicología soviética y después en la psicología rusa. Él estaba
particularmente interesado en los enfoques Vygotski–Leóntiev y críticamente compartió
muchas de las posturas de estos dos enfoques.
Aquí
tenemos una lógica del auto desarrollo de la vida y no una reacción a los
estímulos externos. No es por nada que hoy nadie sabe todo completa y
cuidadosamente (yo enfatizo ¡todo!) acerca de la obra de Vygotski. Yo podría
demostrar a mis pocos lectores el profundo y sorprendente conocimiento filosófico
del autor. Pero esto ya no incide más en el mito de la psicología histórico-cultural.
(Mikhailov, 2006, p. 41)
La reificación de la teoría histórico-cultural
y la escasez de conocimientos acerca del propio sistema de pensamiento de
Vygotski fueron dos preocupaciones centrales de este autor. El intento de
rescatar, mediante un análisis de su obra, la visión teórica unificada de Vygotski
con sus complejas articulaciones y desarrollos, ha venido a ser una
preocupación muy reciente y de muy pocos autores (por ej., A. A. Leóntiev,
Zinchenko y Mijáilov entre otros). Esta tendencia no ha aparecido en las
interpretaciones dominantes más extendidas y tradicionales de la obra de Vygotski
hasta hoy.
En mi opinión, la obra de Vygotski en su
primer y último momentos ha sido igualmente ignorada. En el último periodo, de
1932 y 1934, Vygotsky reconsideró muchas de sus ideas del primer momento, en particular su
interés por la unidad cognitivo–emocional de la psique y el funcionamiento de
la psique como un todo. Es curioso que fue precisamente en una obra orientada al
arte, “Sobre el problema de la psicología del actor creativo” (Vygotsky, 1984),
escrita en 1932, que Vygotski una vez más reconoció una importante idea que
había abandonado desde Psicología del Arte, esto es, el carácter generador
y activo de la psique. En la explicación de este carácter generador de la
psique, las emociones juegan un papel esencial. Quizá esta obra marcó una línea
más clara entre el segundo y tercer momentos de su obra.
En “Sobre el problema de la psicología
del actor creativo” la posición esencial sostenida por Vygotski era la
siguiente:
En el
proceso de la vida social. . . las emociones entran en una nueva relación con
los otros elementos de la vida psíquica, aparecen nuevos sistemas, nuevas
combinaciones de funciones psíquicas; emergen unidades de un orden superior, gobernadas
por leyes especiales, dependencias mutuas y formas especiales de conexiones y
movimiento. (Vygotsky, 1984, p. 328)
En esta cita, Vygotski enfatizó el
movimiento interno de las emociones dentro de los sistemas psíquicos, provocando
un proceso infinito dentro del cual podrían emerger nuevas combinaciones de
funciones psíquicas y nuevas unidades de orden superior. Este movimiento de la
psique responsable de la emergencia de nuevos fenómenos psíquicos y unidades es
una expresión de su carácter generador. La mención de unidades de orden
superior nunca fue explicada teóricamente por Vygotski, pero este término era un
claro anuncio de la emergencia de un
nuevo nivel cualitativo en su representación de la psique.
Esta representación no fue desarrollada
por él pero en ese último momento, Vygotski entró en una fuerte contradicción con
el principio del reflejo que gobernó la psicología soviética de ese tiempo.
Al reafirmar el carácter contradictorio
de este periodo en relación con el histórico- cultural, A. A. Leóntiev escribió,
Vygotski
desarrolla la noción de que no solo las propias funciones psicológicas más
superiores, no solo la consciencia, poseen naturaleza social, cultural. Es importante
ver que la personalidad es social tanto de origen como por naturaleza, y que la
consciencia y los procesos psíquicos particulares devienen subordinados a ella.
También es importante ver qué tanto se diferencia este entendimiento de la
concepción “clásica” histórico-cultural. (Leontiev, 1992, p. 42)
A. A. Leontiev no se refirió a Psicología del Arte en sus obras, la pieza en la
cual yo encontré muchas de las ideas que Vygotski amplificó bastante en el
momento previo. En la cita anterior, Leóntiev aclara la idea de la personalidad
como un sistema de psique individual al cual los procesos psíquicos y la
consciencia están subordinados, lo que significa decir que la consciencia está
subordinada a los procesos inconscientes y a las unidades de la personalidad. Esta
idea, como reconoció Leóntiev, era por completo externa a lo que es reconocido
como el “momento histórico-cultural” de la teoría de Vygotski. Este momento
teórico representaba un nuevo momento cualitativo en el desarrollo del enfoque
histórico-cultural. Desafortunadamente, este momento no fue teóricamente
seguido por Vygotski o por la psicología
soviética. En otra de las publicaciones importantes de Vygotski (1987) en el
tercer momento, Pensamiento
y Habla, que
también fue una compilación de
diferentes obras escritas en diferentes momentos (algunas de las cuales fueron
escritas antes de este último momento de su obra), hallamos cambios radicales
de sus posiciones dominantes del segundo momento de su trayectoria teórica,
particularmente en el primero y último capítulos. En el primer capítulo de Pensamiento y Habla coexisten ideas del segundo
periodo con las nuevas ideas muy relacionadas con aquellas puestas en Psicología del Arte. En este primer capítulo, cuya
verdadera fecha no está clara, Vygotski aún comparte una visión muy
racionalista de la función psíquica repetidas veces criticada por diferentes autores.
Este racionalismo es muy claro en la siguiente cita:
La
interacción social, basada en el entendimiento racional de la transmisión intencional
de la experiencia y los pensamientos, requiere algún sistema de significados. . . . Las interacciones sociales presuponen la
generalización y el desarrollo del significado verbal; la generalización deviene
posible solo con el desarrollo de la interacción social. Las formas superiores
de la interacción social mental que son tan importantes características del
hombre son posibles solo porque —por el pensamiento— el hombre refleja la realidad
de un modo generalizado. (Vygotsky, 1987b, pp. 48–49)
Esta cita destaca dos características
del razonamiento de Vygotski que son halladas con frecuencia a lo largo de su
obra: (a) Su preferencia por referirse a los procesos cognitivos en las
interacciones sociales, esto es, exponer empíricamente la relevancia de lo
social en la psique, y (b) la importancia que él atribuía a la comprensión y a la
generalización para explicar los procesos que no están directamente asociados
con ellas, tales como la “perezhivanie”. Estas características están en abierta
contradicción con su énfasis en el carácter generador de la psique. Ambas
tendencias se traslaparon en diferentes periodos de su obra. Los hechos arriba
mencionados no son coherentes con su visión dominante de este tercer periodo, lo
cual es una razón por la que yo dudo de la fecha verdadera en que fue escrito
ese capítulo. Sin embargo, al contradecir las ideas antes ejemplificadas, en este
mismo capítulo afirma con claridad lo siguiente:
El
primer aspecto que emerge de este primer capítulo, cuando consideramos la relación
entre pensamiento y habla con los otros aspectos de la vida de la consciencia, concierne
a la conexión entre intelecto y afecto. Entre los defectos más básicos de los
enfoques tradicionales del estudio de la psicología ha sido el aislamiento de
lo intelectual de los aspectos volitivo y afectivo de la consciencia. La
consecuencia inevitable del aislamiento de estas funciones ha sido la
transformación del pensamiento en una
corriente autónoma. El pensamiento en sí devino el pensador de los pensamientos.
El pensamiento se divorció de la vitalidad
total de la vida, de los motivos, intereses e inclinaciones del pensamiento individual.
(Vygotsky, 1987b, p. 50)
Vygotski argumentó contra la separación de
los procesos cognitivo y afectivo en el estudio del pensamiento, y criticó el
aislamiento del pensamiento del individuo activo, vivo y concreto que piensa. Su
conceptualización del pensador de pensamientos como una persona viva y activa moldeada
por la subjetividad incluye todos los conceptos mencionados por Vygotski de antemano, pero hasta este punto, él
nunca los había integrado. Dejó las consecuencias teóricas de esas ideas sin
explorar y siguen siendo un reto para el desarrollo del legado de Vygotski, que
está lejos de ser usado por las interpretaciones dominantes de su obra en curso.
El pensamiento aparecía en ese capítulo de Pensamiento y Habla como una función individual,
basada en motivos, intereses e inclinaciones individuales. El pensamiento,
entendido de ese modo, no es visto como una función puramente cognitiva. Ello
marcó el inicio de un nuevo énfasis en sus representaciones teóricas en comparación
al segundo periodo de su obra.
Por último, me centro en uno de los conceptos
importantes desarrollado por Vygotski en este último periodo de su vida: el
concepto de sentido. En otros de mis trabajos, he hecho el intento de entender
el sentido como el nuevo tipo de unidad mencionado por Vygotski en la cita
previa, como la “emergencia de las unidades psicológicas de orden superior con
base en las nuevas relaciones dentro de las cuales las emociones se involucran
en sus movimientos desplegados en el curso del desarrollo psicológico”
(Vygotsky, 1984, p. 328). Al tomar esta suposición junto con otras expresiones concernientes
a las emociones en este periodo, así
como su reconocimiento del sentido como un sistema y una formación psicológica puesta
por delante en el capítulo de Pensamiento y Habla titulado “Pensamiento y
Palabra”, y al intentar integrar la palabra expresión con todos los hechos
psicológicos que emergían de la consciencia en ese momento; me llevó a suponer
que el sentido incorporó esta nueva unidad psicológica a la cual Vygotski se
refería en la cita previa (González Rey,
2004).
En una definición de sentido basada en las
ideas de Paulhan, Vygotki estableció,
Paulhan
de modo significativo avanzó el análisis psicológico del habla al introducir la
distinción entre el sentido y el
significado de una palabra. El sentido de una palabra es el agregado de todos los hechos psicológicos que
surgen de nuestra consciencia como resultado de la palabra. El sentido es una
formación dinámica, fluida y compleja que tiene varias zonas que varían en su
estabilidad. El significado solo es una de esas zonas del sentido que adquiere
la palabra en el contexto del habla. . .
. Por último, el sentido real de la palabra está determinado por todo en la
consciencia que se relaciona con lo que la palabra expresa. . . . Finalmente, el sentido de una palabra
depende del entendimiento que uno tenga de la palabra como un todo y de la
estructura interna de la personalidad. (Vygotsky, 1987b, p. 276)
La diferencia entre significado y
sentido es clara de la lectura de este extracto, lo que ha sido bastante
ignorado en las interpretaciones de su obra. También es clara la comprensión
progresiva y rápida del autor en su reconocimiento del valor psicológico del
sentido. Su aseveración de que el sentido “es el agregado de todos los hechos
psicológicos que surgen de nuestra consciencia como resultado de la palabra” lo
convirtió en una categoría psicológica, auto organizada dentro de todo el
sistema psicológico. Esta interpretación apareció con claridad cuando Vygotski
relacionó el sentido con la estructura interna de la personalidad.
Fueron precisamente las ideas arriba
mencionadas las que me llevaron a pensar el sentido como un momento cualitativo
nuevo en su desarrollo teórico. En realidad fue el inicio de un momento nuevo
en su razonamiento, pero ese momento no llevaba la consciencia teórica que yo
suponía tenía para él. Vygotski nunca usó el sentido en sus últimos análisis
concernientes a las funciones psicológicas, como está claro en sus “Lecciones
acerca de la imaginación y su desarrollo en la infancia”, que fue parte de
varias lecciones que llevó a cabo en marzo y abril de 1932. En todo caso, el
uso del sentido como categoría psicológica, en el cual es difícil conocer la
novedad de Vygotski relativa a la posición de Paulhan, representa un punto de
partida importante en la búsqueda de nuevas alternativas dentro de una nueva
unidad psicológica de las ideas que Vygotski dio a luz en el periodo final de
su vida. Ahora creo que la entusiasta recepción del sentido en mi obra, como en
el artículo de A. A. Leóntiev enfocado al periodo final de la vida de Vygotski,
fue más una construcción específica nueva apoyada en su legado que una verdadera
obra concreta de Vygotski en el periodo final de su vida.
Habiendo hecho esto, reconozco que el concepto
de sentido en el fondo de las ideas de Vygotski me inspiró a tomar nuevas vías
teóricas que nunca habían sido representadas por Vygotski. En ese momento me
percaté de que alrededor del concepto de sentido nuevas ideas demandaban
urgente investigación para llenar la brecha que Vygotski dejó respecto a la
fusión de los procesos afectivos y cognitivos en nuevas unidades psicológicas. En
mi obra, he introducido la categoría de sentido subjetivo como una nueva
construcción teórica que me ha permitido avanzar para llenar la brecha.
Llegué a estar convencido que un estudio
sistemático de los procesos y configuraciones que organizan la experiencia vital como producción
subjetiva quedó incompleto. De cara a la necesidad de desarrollo nuevos
conceptos para contender con problemas nuevos que en definitiva no habían sido
resueltos por Vygotski, dirigí mi atención hacia las unidades subjetivas formadas por aquellas emociones y
procesos simbólicos que se evocan unos a otros como expresión de cualquier
experiencia humana vital. La evolución de esa idea me llevó a definir el concepto
de “sentido subjetivo” como “la unidad incorporada en las relaciones dinámicas
y recursivas entre emociones y procesos simbólicos dentro de las cuales uno emerge como resultado del otro sin llegar
a ser su causa” (González Rey, 2003, p. 113). El sentido subjetivo, en otras
palabras, resulta del proceso de conformación de un sistema vivo de acciones, como
en la producción subjetiva.
En palabras del A. A. Leóntiev:
Si Vygotski
hubiera vivido solo unos pocos años más, con seguridad habría concentrado sus
esfuerzos al análisis de este sistema [el autor se refiere al sistema del
sentido]. Y esto inevitablemente habría llevado a lo que ya soñaba en su “Sentido
histórico de la crisis psicológica,. . . una revisión completa de todo el
aparato conceptual de la psicología moderna. . . . No un simple movimiento continuo, sino
una dinámica complicada de los sentidos. Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad
de hacerlo. (Leontiev, 1992, p. 43)
Estoy de acuerdo con este autor cuando
llega a la hipótesis de qué habría hecho Vygotski con más años de vida. De modo
paradójico, esta idea central del sistema de sentidos ha sido por completo ignorada
hasta hoy por los seguidores de Vygotski. Esa idea representaba no solo la introducción
de un concepto más, sino una completa “revisión de todo el aparato conceptual de la moderna psicología”, como se afirma
de modo acertado en la cita previa.
ALGUNAS OBSERVACIONES FINALES
La obra de Vygotski no representa un continuum
o una secuencia bien organizada de momentos enlazados progresivamente. Al
contrario, su obra está marcada por cambios y
contradicciones. El principal legado de Vygotski es una obra inconclusa
llena de brillantes ideas, muchas de las cuales permanecieron sin mayor
ampliación dentro de nuevos modelos teóricos.
La contradicción entre una noción
mecánica de la psique —entendida como reflejo— y su idea original del carácter
generador de la psique es evidente desde el mismo inicio de su obra en Psicología del Arte. Al seguir el principio del
reflejo, se enfocó en una representación fragmentada y cognitiva de las
funciones psicológicas superiores, haciéndolas
conceptos clave de su obra en el segundo periodo.
El énfasis de Vygotski en las emociones,
la fantasía y la imaginación respecto al arte es un indicador de qué tan motivado
estaba en el estudio de los procesos psíquicos complejos evolucionando en actividades humanas naturalmente
complejas y muy subjetivas. Sin embargo nunca desarrolló esas ideas relativas
al carácter generador de la psique, como era evidente al tratar conceptos como “perezhivanie”,
personalidad, imaginación y creatividad.
En el primer periodo de su obra,
particularmente en Psicología
del Arte así
como en algunos trabajos dedicados a la defectología, su énfasis teórico se
dirigió a temas de carácter claramente subjetivo, tales como personalidad,
fantasía, imaginación, inconsciente, emociones, etcétera. Esta agenda fue abandonada
en el segundo periodo de su obra dirigida al estudio del carácter social de las
funciones mentales superiores, que a su vez fue un estudio restringido al
análisis del uso de los signos, herramientas y operaciones. Este fue el periodo en el cual reorientó su obra en una
dirección objetivista e instrumental.
Es asombroso que el primero y último periodos
de su obra fueran largamente ignorados, no solo por sus intérpretes
occidentales sino hasta por los psicólogos soviéticos. Es necesario ir más allá
de las interpretaciones dominantes y de moda del legado de Vygotski para
descubrir y elaborar nuevas vías de su legado.
La psicología histórico-cultural tiene
la oportunidad de ir más allá con la representación de la psique humana como
formada dentro de los complejos hechos entretejidos de naturaleza histórica, cultural y social. Esta posición
caracterizó una serie de tendencias principales dentro de la psicología
soviética, que incluyeron a Vygotski. La llamada teoría histórico-cultural del
modo como aparece en la psicología de hoy, como sinónimo de un momento concreto
de su obra y asociado con categorías y problemas particulares concretos, ha sido
una interpretación de la obra de Vygotski más que el propósito verdadero de Vygotski.
El considerar ese momento particular como la “teoría vygotskiana” representa
una sobre simplificación de su obra.
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