Relevancia
histórica de la obra de Vygotskiy: su significado para un abordaje nuevo del problema de la subjetividad en psicología
Fernando Luis González Rey
En: Outlines • No. 1 • 2009, 59-73
Traducción: Efraín Aguilar
Introducción
La teoría de Vygotskiy se ha
extendido en la psicología occidental, particularmente a través de las
traducciones e interpretaciones norteamericanas de sus obras. Entre los
académicos norteamericanos, sin embargo, existen dos puntos ciegos con relación
al legado de Vygotskiy: la relación de Vygotskiy con la psicología soviética y
el reconocimiento del primero y el último periodo de su obra. Esas lagunas en
la interpretación norteamericana han causado que las ideas de Vygotskiy
relacionadas con la representación de la psique como sistema y la unidad de los
procesos afectivos y cognitivos, hayan sido pasadas por alto – ambas fueron
enfatizadas por el autor, especialmente en el primero y el último periodos de
su obra (González Rey, 2008).
Con respecto a la separación de Vygotskiy
del desarrollo de la psicología soviética de aquel tiempo (González Rey, 2001,
2002), considero que, 1) los diferentes orígenes teóricos de los traductores de
Vygotskiy en la psicología occidental y, 2) la dificultad resultante para
entender el carácter sistémico de la obra de Vygotskiy pudieron haber contribuido a este problema. Ese mal entendido relacionado con el
carácter sistémico del trabajo de Vygotskiy se expresó de modo explícito en la no
consideración de algunos de los conceptos más integrativos de Vygotskiy, tales
como la personalidad, la situación social del desarrollo y el sentido. Sin
embargo, la historia siempre implica diferentes interpretaciones que son muy
dependientes de las posturas mismas de los intérpretes, así como del contexto
en el que se producen tales interpretaciones.
En relación al segundo punto
ciego, el énfasis de Vygotskiy sobre las emociones y su esfuerzo por
desarrollar una nueva unidad psicológica, capaz de integrar procesos cognitivos
y afectivos ha sido ignorado. Su ausencia de las interpretaciones vygotskianas
occidentales es extraña, pero más extraña es su ausencia en la misma psicología
soviética, donde la relevancia que le dio a las emociones y el complejo sistema
emocional como fuerzas motrices del desarrollo humano fueron ignoradas hasta
los años 1990s (Davydov, 1996; Leontiev, 1992, 2001). Las consecuencias de ignorar
esos conceptos para la psicología contemporánea permanecen, en mi opinión,
subestimadas.
En este artículo intento dirigirme
al primero y último periodos de la obra de Vygotskiy, en particular a sus ideas
relacionadas con la relevancia de las emociones y a la unidad de los procesos emocional
y cognitivo como generadores de fuerzas psíquicas, las que en la opinión de Vygotskiy
eran tan reales como cualquier otro fenómeno definido por su carácter concreto.
Con respecto a su último periodo, me centro en los conceptos de sentido y
situación social del desarrollo para presentar una alternativa diferente a la
interpretación de su legado: una teoría histórico-cultural de la subjetividad. Estoy
consciente de las dificultades de esta tarea dados los prejuicios contra este
concepto, que ha sido marcado por muchos autores de diferentes posturas
teóricas como un reducto de la tradición filosófica moderna basada en la idea
del sujeto racionalista.
Pero los conceptos no pueden ser
vistos como entidades congeladas. Sus significados no están fijados de modo
significativo. La relevancia tomada por los temas del lenguaje, la cultura y la
producción simbólica en la primera mitad del siglo XX creó nuevas condiciones
para el desarrollo del tema de la subjetividad sobre nuevas bases.
La evolución del
pensamiento de Vygotskiy
Dentro de la psicología soviética
Vygotskiy estaba orientado, prácticamente desde el inicio mismo de su obra, hacia
el desarrollo de un nuevo abordaje de la psicología basado en el marxismo, una
postura filosófica que llegaría a ser una fuente fundamental para los
científicos rusos después de la Revolución de Octubre. Aun cuando para Vygotskiy
solo una psicología objetiva podría seguir los principios del marxismo, él atribuyó
gran significado al aspecto subjetivo del fenómeno psíquico, particularmente en
el primero y último periodos de su obra. La tensión entre las comprensiones
subjetiva y objetiva de la mente humana es aparente a lo largo de su trabajo.
Los diferentes periodos de Vygotskiy,
más que estadios ordenados temporalmente, podrían ser considerados como una
diferente combinación de sus ideas a partir de su obra escrita en diferentes
momentos. A pesar de sus importantes reflexiones relacionadas con las
emociones, la personalidad, la fantasía y la capacidad generadora de la mente
en algunos de sus primeros trabajos, en el mismo periodo era posible hallar
ideas dirigidas en muy diferentes direcciones.
En “Psicología del Arte” y en sus
primeras publicaciones relacionadas con la defectología, Vygotskiy parecía
estar centrado en una comprensión más sistémica de la función mental humana.
Sin embargo, desde sus primeros trabajos, es posible identificar la tensión entre
el énfasis objetivo y el subjetivo de su comprensión de la psique. Cuando me
refiero al aspecto subjetivo de la psique en su obra, considero su énfasis en
el carácter generador de las emociones porque Vygotskiy, en ese momento, no
tenía clara consciencia de la especificidad ontológica del proceso subjetivo. Una
expresión muy característica de ese énfasis sobre el aspecto subjetivo del
fenómeno psíquico en el primer periodo de su trabajo aparece en “Psicología del
Arte”:
De este modo, toda nuestra fantástica e irreal “pieriezhivanie” [vivencia], en esencia ocurre sobre
una base emocional completamente real. Así, vemos que el sentimiento y la
fantasía no representan dos procesos separados, sino en esencia uno y el mismo
proceso. Observamos correctamente la fantasía como una expresión central de una
reacción emocional (Vygotsky, 1965, p. 272).
Este abordaje de la mente humana,
que subraya su función generadora como muy relacionada con el proceso emocional,
es particularmente distinto del libro en donde aparece. Esas ocurrencias
emocionalmente reales definen un tipo nuevo de realidad, uno emocional,
diferente de otras “realidades” basadas en diferentes atributos de inteligibilidad
como producciones de conocimiento. La idea que la fantasía es una expresión central
de la reacción emocional, de hecho llevó al reconocimiento de aquellos procesos
como parte de la realidad humana, una parte que hasta hoy ha sido casi siempre
reemplazada por las funciones cognitivas y las acciones en la psicología sociocultural
(Werstch, 1998; Bronckart, 2008; Rogoff, 1998, 2002). El tema ontológico
planteado por la naturaleza específica de
la psique humana no estuvo abierto a discusión en la psicología soviética hasta
la mitad de los setentas. Vygotskiy también evitó esa discusión. Al abundar en
el papel de las emociones, Vygotskiy declaró en el mismo libro:
Los casos patológicos de fobia, miedos obsesivos,
etc., directamente ligados con ciertas representaciones que casi
invariablemente son por completo falsas y distorsionan la realidad, hallan así sus
expresiones espirituales. Así, una persona enferma que sufrió miedo obsesivo es,
en esencia, un enfermo del sentimiento. Ellos sufren miedo sin causa objetiva, lo
cual es suficiente para sugerirles, en su fantasía, que todos le persiguen
(Vygotsky, 1965, p. 271).
Una vez más, el autor definió las
emociones como responsables de los estados humanos “sin alguna causa objetiva”.
Al hacer esto, reconoció el carácter generador de las emociones para la
conducta humana. La orientación de Vygotskiy hacia el arte indicó desde el
inicio de su trabajo no solo su interés por el arte sino su atracción por los
procesos afectivos complejos involucrados en la expresión artística. Basado en la
creación artística, Vygotskiy propuso un proyecto nuevo para el desarrollo de
la psicología como un todo, centrado en la representación de la psique orientada
en la relevancia de las emociones y sus procesos relacionados, particularmente
la fantasía y la imaginación, que fueron centrales en “Psicología del Arte”. La
fuerte inclinación de Vygotskiy a considerar el lado subjetivo de la psique
también se evidenció en sus primeros trabajos sobre defectología, que también
fueron escritos antes de 1927. En “Defecto y Compensación”, una de sus más relevantes
obras escritas en 1924 y publicada después de hacer algunas correcciones en 1925,
señaló:
“Los psicólogos que trabajaban con niños ciegos en
aquel tiempo pensaban que el desarrollo estaba centrado en la ceguera. La
psicología de la ceguera es esencialmente la psicología de la victoria sobre la
ceguera (Vygotsky, 1993, p. 57).
La psicología de la ceguera, para
él, no resultaba del estado objetivo de la ceguera; al contrario, ella
representaba una vía para superar las restricciones de la ceguera. Lo que está
implícito en la declaración de Vygotsky sobre la ceguera es que las condiciones
objetivas universales y compartidas reales no devienen fuerzas psicológicas por
sus consecuencias objetivas, ellas devienen fuerzas psicológicas como resultado
de alternativas psicológicas creadas por la gente ciega para enfrentar esas
consecuencias. Esas alternativas psíquicas deberían ser identificadas como
subjetivas porque resultan de la función de la mente como un todo. La
diferencia entre subjetividad y otras formas de objetividad es una diferencia
ontológica.
Aunque Vygotskiy estaba centrado
en la génesis sociocultural de la psique a través de su obra, nunca estuvo
claro en el curso de su obra cómo esas expresiones psicológicas humanas
complejas se organizan sobren una base social. Fue en “Psicología del Arte” donde
con más audacia abordó la génesis social de la psique humana:
Por lo tanto, la psicología social no marxista entiende
los fenómenos sociales como crudamente empíricos... como colectivos, como
relaciones con otras personas. En este sentido la sociedad es entendida como un
agregado de personas, como una condición complementaria de la actividad de la
persona. Estos psicólogos no admiten que en un ambiente más íntimo del movimiento
personal de las ideas, los sentimientos, etc., la psique individual es
completamente social y socialmente condicionada (Vygotsky, 1965, p. 20).
La génesis social de la mente humana
era clara en la obra inicial de Vygotskiy, pero en sus obras entre 1928 y 1931 lo
social fue reemplazado por relaciones y operaciones inmediatas externas que se
hacen internas mediante la interiorización. Su intento por hacer explícito el carácter
socio-cultural de la psique tomó otro significado en aquel segundo momento de
su obra. En ese momento, en vez de centrarse en el carácter social de la
psique, Vygotskiy se enfocó en su carácter objetivo basado en el concepto de
interiorización. La noción de interiorización estaba asociada con una
representación instrumental- operacional de las relaciones entre los humanos y
el mundo. La teoría de la actividad, definida típicamente como la continuación
del legado de Vygotskiy, puede ser asociada con esta parte de su trabajo. Bajo
la teoría de la actividad, la actividad basada en el dominio del objeto devino
el concepto central de la psicología. Muchos psicólogos y filósofos soviéticos
han criticado esta visión de la teoría de la actividad (Lomov, 1979; Mikjailov,
2006; Radzikhovskii, 1988; Orlov, 1990; y otros).
Al inicio de su carrera Vygotskiy
usó categorías como personalidad y motivación en su busca de unidades psíquicas
complejas que pudieran ser usadas como fuerzas motrices de la conducta humana. Estas
categorías también abordaron una comprensión sistemática de la psique. Sin
embargo, este esfuerzo fue ignorado por la interpretación occidental dominante
de sus trabajos. Como dice Chaiklin en relación a la personalidad dentro de la
investigación histórico-cultural: “¿Cómo un concepto puede ser tan importante y
recibir tan poca atención en la investigación actual?” (Chaiklin, 2001, p.
238).
En el primer momento de su obra
el interés en el tema de la personalidad fue recurrente a través de su trabajo;
en este momento de su obra se dirigió a su definición de la psique individual
como un sistema. Vygotskiy nunca hizo investigaciones empíricas orientadas a la
personalidad. Este concepto adquirió diferentes significados a lo largo de su
obra debido a los diferentes principios que dominaban sus diferentes momentos.
La intención de tomar la personalidad
como un concepto integral, como una nueva síntesis de otros hechos psicológicos
en vez de un agregado de elementos, fue clara en la siguiente cita de Vygotskiy:
Solo una salida vigorosa de los límites metodológicos
de la psicología infantil tradicional podría llevarnos a estudiar el desarrollo
de la síntesis psicológica superior que, con todas las bases, podría ser
definida como la personalidad infantil (Vygotsky, 1995, p. 45).
La personalidad representó su
interés en la función mental como un todo. A través de este concepto en el
primer periodo, Vygotskiy señaló una definición ontológica nueva de la psique
orientada hacia una nueva síntesis psicológica irreducible a las funciones. Ha
existido una fuerte tendencia a reificar el segundo momento de la obra de Vygotskiy,
al enfatizar la mediación semiótica, los signos, las herramientas y la
interiorización como los logros maduros de su trabajo, al ignorar la
participación de esos procesos y herramientas en el funcionamiento de los
sistemas psíquicos como un todo.
Algunos de los más importantes
semiólogos y filósofos rusos que fueron contemporáneos de Vygotskiy, como Bajtín
y Shpet, nunca separaron los signos de las complejas características subjetivas
del individuo, ni de los contextos sociales dentro de los que la acción tiene
lugar. Como decía Shpet: “...un signo material único, la palabra, encarna y
condensa la unidad del sentido cultural y los contenidos subjetivos” (Shpet,
1996, p. 245).
Sin embargo, el énfasis de Vygotskiy
en ese segundo momento de su obra sobre la mediación semiótica como una
característica esencial de las funciones psicológicas superiores, salió del
funcionamiento del sistema psicológico. Por lo tanto, los temas como las
emociones, la fantasía, la personalidad y la imaginación desaparecieron de
hecho de sus análisis sobre las funciones. Ese momento puede ser situado cronológicamente
entre 1928 y 1931.
Con respecto a la personalidad en
ese segundo momento, él declaró:
Se podría decir, por lo tanto, que nos convertimos
en nosotros mismos a través de los otros; esta regla no solo se refiere a la
personalidad como un todo, sino a la historia de cada función aislada. En ese
hecho se arraiga la esencia del problema cultural del desarrollo tomado en una
forma puramente lógica. La personalidad es en sí misma lo que es, basada en lo
que significa para los otros (Vygotsky, 1995, p. 149).
La personalidad está formada con
base en lo que significa para otros. Al comenzar con esta aseveración, Vygotskiy
entendía la génesis de la personalidad mecánicamente como un resultado de
influencias externas de las opiniones de los otros. Esta teoría de la génesis
de la personalidad ignora los efectos colaterales de las experiencias sociales sobre
la personalidad, volviendo su génesis en un proceso definido dese afuera. La personalidad
apareció como un efecto de causas externas.
El segundo momento de su carrera
puede ser pensado como “punto de inflexión objetivista” (González Rey, 2007,
2008). Las funciones psíquicas fueron entendidas como una interiorización de
procesos y operaciones previamente externos. Vygotskiy estaba más cerca de Piaget
que nunca en ese periodo:
El signo, al inicio, siempre es una vía de relación social,
una vía de influir sobre los otros, y solo después de cumplir esta función deviene
una vía para influir en mí mismo... Las reflexiones, decía
Piaget, podrían ser tomados como un debate interno. Debería
mencionarse, junto a esto, que el lenguaje es al inicio una vía de comunicación
con otros, y solo después como lenguaje interior deviene una vía de pensamiento
(Vygotsky, 1995, p. 146-147).
En ese tiempo 1 él
recalcó la importancia de las operaciones en el desarrollo psicológico y
entendió la unidad entre las operaciones externas y el fenómeno psíquico a
través del concepto de interiorización. Como Marx, quien atribuyó un papel decisivo
a las herramientas en las actividades laborales, Vygotskiy le dio un papel
central a las herramientas en su comprensión de la mediación de las actividades
psicológicas humanas. Las herramientas prácticas usadas en actividades concretas
tienen las mismas funciones como signos, los que representan las herramientas
de las funciones psicológicas. La herramienta más importante en el análisis de Vygotskiy
era el habla. A través del concepto de herramienta, Vygotskiy estableció una sucesión
directa entre las operaciones inter-mentales e intra-mentales. Con base en esto,
introdujo su concepto de funciones mentales superiores. De este periodo viene
una de sus declaraciones más conocida:
Cualquier función mental superior fue externa y
social antes de ser interna... Podemos formular la ley general del desarrollo cultural
del siguiente modo: Cualquier función del desarrollo cultural del niño aparece
dos veces o en dos planos... Aparece primero entre la gente como una categoría
intermental, y después dentro del niño como categoría intramental (Vygotsky,
1995, p. 197-
198).
1 No es mi intención establecer una periodización de la obra de Vygotskiy, pero es necesario avanzar en la interpretación de su pensamiento sin abordarlo como un corpus monolítico. Esa representación monolítica de su obra ha estado basada en los seguidores de Vygotskiy como enemigos que se han centrado esencialmente en el segundo periodo de su trabajo. En cada momento de la obra de Vygotskiy emergió una mezcla de ideas con diferentes significados teóricos (González Rey, 2008).
Vygotskiy explicó la transición de
lo intermental a lo intra-mental, un campo en especial psíquico, a través de la
interiorización, que aún representa un abordaje muy objetivista a la
comprensión de la psique. Esta comprensión de ese proceso no da un carácter generativo
a la mente como sistema, al reconocerla solo como una expresión interna de un
proceso antes inter-mental. Varios psicólogos soviéticos también criticaron el
concepto de interiorización durante diferentes periodos (Rubinstein, 1964;
Ananiev, 1977; Orlov, 1990; Brushlinsky, 1977; Abuljanova, 1973).
Uno de los principales principios
asumidos por la psicología soviética fue la comprensión de los procesos mentales
como un reflejo del mundo real, lo cual estaba de moda en la filosofía marxista
soviética de ese tiempo y fue rígidamente asumida como un atributo de cualquier
construcción “marxista” relacionada con el fenómeno psicológico humano. Estaba
absolutamente impregnada en la imaginación de los psicólogos, y esta prevalencia
se convirtió en una de las más importantes barreras para el desarrollo del tema
de la subjetividad en psicología.
La relevancia del reflejo fue
central en las palabras de todos los fundadores de la psicología soviética. A.N.
Lieóntiev escribió:
Introducir el concepto de reflejo en la psicología
como un concepto básico sentó las bases para su desarrollo sobre una nueva base
teórica marxista-leninista. La psicología se había desarrollado por 50 años
desde aquel tiempo, y sus presentaciones científicas concretas se habían desarrollado
y cambiado; lo principal – el abordaje de la psique como una imagen subjetiva
de la realidad objetiva – ha permanecido sin cambios (Leontiev, 1978, p. 27).
El lugar central dado al principio
del reflejo llevó a Lieóntiev a identificar la psique como una imagen. La imagen,
tomada como una reproducción de un objeto externo dado, podría ser considerada
como subjetiva solo por su pertenencia al sujeto, pero, ontológicamente, no representa nada nuevo en relación con el
objeto. De cara al futuro en esta cuestión, Lieóntiev continuaba:
La teoría de Lenin sobre el reflejo considera las
imágenes sensoriales en la consciencia humana como impresiones, fotografías de
una realidad independientemente existente (Leontiev, 1978, p. 33).
Por lo tanto, la completa
identidad entre la imagen y el objeto se afirma pues se la considera como una
impresión.
Después, al intentar superar esa
visión mecanicista de la psique y del reflejo mismo, sobre la que se desarrolló
la teoría de la actividad, Lieóntiev afirmó:
Pero esto [la referencia previa relacionada con la
teoría de Lenin del reflejo] forma solo un lado de la caracterización del
reflejo psíquico; el otro lado consiste en el hecho que el reflejo psíquico, como
algo distinto del espejo y de otras formas de reflejo pasivo, es subjetivo, y
esto significa que no es pasivo, no está muerto, sino que es activo, que dentro
de su definición entra la vida y la práctica humana, y que está caracterizado
por el movimiento de un flujo constante, objetivo en subjetivo (Leontiev, 1978,
p. 33).
Ese estilo paradójico, en el cual
una declaración subrayada es contradicha unas páginas después, era característico
de los autores soviéticos que investigaban ciertos temas “calientes” de
carácter doctrinal, como fue el caso del reflejo en psicología. Lieóntiev voló
en “círculos” sobre la misma cuestión. Al hacerlo, trató de reconciliar el
carácter activo del reflejo con la representación de su génesis objetiva pero,
por error, redujo la comprensión de su génesis objetiva a una reproducción de una
realidad externa dada en un resultado psíquico, tomando la imagen como el
fenómeno psicológico más plausible para ilustrar ese proceso. Sobre esta base fue
desarrollada la teoría de la actividad; un fenómeno externo dado, en este caso
un objeto, devino la base para el carácter objetivo de la psique a través de su
reproducción como un proceso psíquico interno como resultado de la
interiorización. De esa suposición, la teoría de la actividad llevó
esencialmente a investigar los procesos cognitivo y sensorial sobre una base
metodológica experimental positivista.
Ese intento de desarrollar una
psicología objetiva también impactó a Rubinshtéin, quien puede ser considerado
como el psicólogo soviético que se ocupó a mayor profundidad de los cambios
teóricos resultantes de la relación entre filosofía y psicología. Sobre el
reflejo él escribió:
La teoría marxista del reflejo es una aplicación del
principio materialista dialectico del reflejo en el proceso del conocimiento, un
principio que estableció, como se vio arriba, que las condiciones externas actúan mediante las internas. Todo
proceso está determinado por condiciones objetivas externas y reflejadas
mediante leyes internas del proceso mismo (Rubinstein, 1965, p. 59-60).
Rubinshtéin hizo un esfuerzo
notable para salvar el carácter activo del reflejo, mucho antes del intento de Lieóntiev.
La discusión continuó en términos similares por más de 30 años; el texto
original de Rubinshtéin citado arriba data de los 1940s. Éste proporciona evidencia
de las dificultades enfrentadas por los psicólogos soviéticos relacionadas con
ese tema. A pesar del esfuerzo de Rubinshtéin en la defensa del carácter activo
del reflejo con base en la estructura psíquica interna actual, como mediadora
de las influencias externas, no podía superar la representación de un solo lado
del reflejo como un proceso que tiene lugar de lo externo a lo interno. Es curioso
que Rubinshtéin agrupara el reflejo con los procesos de conocimiento, no con las
funciones psíquicas. La diferencia terminológica pudo reflejar el intento de Rubinshtéin
para entender la génesis de otros procesos psíquicos basados en nuevos
principios. La idea del reflejo como fue entendida por los psicólogos soviéticos,
dio prioridad a los objetos externos dados, objetivos, procesos psíquicos reducidos
a un fenómeno interno, intrapsíquico. Esta postura fue muy paradójica
considerando la intención explícita de los psicólogos soviéticos de seguir
adelante con una definición histórico-cultural de la psique. La psicología
soviética solo revisa explícitamente el tema de la subjetividad y su carácter
generador en los 1970s, cuando la teoría de la actividad devino objeto de
muchas crítica.2
2 Para más información sobre este punto, consultar “Tesis y presentaciones del V Congreso de la Sociedad de Psicólogos de la Unión Soviética”, Moscú, 1977, cuyo tema central de discusión fue “El problema de la actividad en la psicología soviética”.
La fragilidad de esa representación
se centró en la comprensión del reflejo como la transición de los hechos y operaciones externas
a las operaciones y procesos internos; esta transición contribuyó a mantener el concepto
de “influencias externas”, que podría ser considerado un remanente del
determinismo mecanicista. Tal término indicaba una representación contextual de
la realidad que se desarrolla a través de influencias concretas y fragmentarias.
Este esquema implicó de modo inevitable la preservación de una dicotomía mecánica
sujeto-objeto dentro de la cual el objeto es considerado como primario y el
sujeto como secundario, un efecto de las influencias del objeto. Tal abordaje
era mecánico en tanto opuesto a la dialéctica. Las realidades sociales e
históricas dentro de las cuales las personas crecen e interactúan, deberían ser
entendidas como una red de hechos y consecuencias en curso que se desarrollan
en la producción subjetiva de mucha gente. La subjetividad no es un efecto; es
una compleja producción humana dentro de la cual efectos colaterales, consecuencias,
hechos y configuraciones subjetivas del individuo y de aquellos espacios
sociales dentro de los cuales viven, se combinan en una recurrente y compleja
red subjetiva.
La ausencia de una clara postura
ontológica relacionada con la psique humana en la psicología soviética, llevó a
Vygotskiy a identificar la psique con algo diferente, en este caso, con una
operación inter mental o externa. Al hacer esto, no se adicionó nada nuevo
cualitativamente a la operación externa después de volverse interna. La psique,
desde este punto de vista, no difiere de la acción, si es operacional o
comunicativa: es el sistema de las acciones interiorizadas.
Vygotskiy se caracterizó a sí
mismo como en una corriente permanente de pensamiento. Su último periodo fue rico
y contradictorio en particular, pero desafortunadamente no tuvo tiempo para
desarrollar a profundidad sus ideas de aquel periodo. Regresó en aquel tiempo a
muchos de los temas desarrollados durante su primer periodo. Un concepto nuevo
al que se dirigió fue el sentido, que de modo efímero apareció en algunos de
sus últimos trabajos, al sacar a la luz diferentes alternativas para el
desarrollo de las cuestiones que permanecieron sin respuesta después de sus
primeros escritos.
La categoría de
sentido y su importancia en la obra de Vygotskiy
En “La imaginación y su
desarrollo en la infancia”, una de las obras de su periodo último escrita en 1932,
Vygotskiy comenzó a representar la imaginación, no como una función sino como
un sistema, dando un paso importante en la representación de la psique humana
como un sistema complejo. En este texto Vygotskiy escribió:
Así, interconectados en este solo nudo, hallamos
tres grandes problemas de la psicología contemporánea y de la psicología infantil
contemporánea en particular: El problema del pensamiento, el problema de la imaginación
y el problema de la voluntad (Vygotsky, 1987b, p. 349).
La voluntad está muy
interconectada con los procesos afectivos. En esa conferencia, Vygotskiy dio un
importante paso al considerar la estrecha relación entre los tres procesos
mencionados. Sin embargo, no pudo avanzar en la idea relacionada con la
definición de una nueva unidad cualitativa de la psique.
El concepto de sentido era
prometedor por su maleabilidad, y el movimiento lo convirtió en significado
teórico interesante para entender la cambiante y compleja producción psíquica, de tal modo que sería posible dar sentido a
los procesos subjetivos. Tradicionalmente, las categorías psicológicas estaban
basadas en el concreto e invariable contenido conductual considerado inherente
a ciertas pautas psíquicas individuales. A partir de esta representación sería imposible
seguir el proceso por el cual las configuraciones individuales subjetivas se desarrollan
en los seres humanos. Sin embargo, el sentido, tal como fue presentado antes de
Vygotskiy por Bajtín y Shpet, estaba orientado hacia procesos relacionados con
y en el movimiento. El sentido tenía un potencial heurístico para devenir una síntesis
psicológica nueva entre los procesos externos e internos.
Esta suposición estaba
justificada por la siguiente observación de Vygotskiy:
El sentido de una palabra es el agregado de todos
los hechos psicológicos que surgen de nuestra consciencia como resultado de la
palabra. El sentido es una formación dinámica, fluida y compleja que tiene
varias zonas que varían en su estabilidad. El significado solo es una de esas zonas
del sentido que la palabra adquiere en el contexto del habla (Vygotsky, 1987a,
p. 275- 276).
Vygotskiy mantuvo la definición de
sentido asociada con la palabra, como lo hizo Paulhan. La representación de
sentido en Vygotskiy como el "agregado de todos los hechos psicológicos
que surgen de nuestra consciencia como resultado de la palabra" le permitió
integrar esa categoría en un todo psíquico irreducible a una palabra. Al
hacerlo, por primera vez definió una categoría capaz de integrar diferentes
funciones y procesos psicológicos en cada expresión concreta de la persona. El sentido
pareció representar una producción psicológica involucrada en el flujo del
lenguaje, no de modo determinista, sino como una cadena psíquica de eventos capaz
de hallar nuevos valores psicológicos a través del proceso en curso de la
acción. En la misma página de la cita de arriba estableció:
La palabra es una fuente incansable de nuevos
problemas. Su sentido nunca está completo. A fin de cuentas, el sentido de la
palabra depende del propio entendimiento de la palabra como un todo y de la
estructura interna de la personalidad (Vygotsky, 1987a, p. 276).
Al incluir la personalidad en la
definición de sentido, Vygotskiy la hace más psicológica que la definición de Paulhan.
Las consecuencias de esa inclusión fueron muy importantes porque le permitieron
comenzar a entender el sentido como una unidad psicológica. Entender el sentido
como influido por la personalidad le permitió, de hecho, integrar la ‘palabra’ en
el dominio de la personalidad y la personalidad en el dominio de la acción. Sin
embargo, Vygotskiy no podía ir más allá en la completa reformulación de sus
categorías psicológicas con base en este concepto, ni hacer incluso explícitas
sus posibles consecuencias para la reformulación de la psicología. El sentido
permaneció inacabado e incompleto en su obra, y no estoy seguro si el mismo Vygotskiy
entendió claramente el potencial de ese concepto en el desarrollo de la
psicología.
Un momento nuevo y decisivo en el
entendimiento de la unidad afectiva-cognitiva en Vygotskiy fue expresado en su
artículo "Sobre el problema de la psicología del artista creativo", escrito
en 1932. En ese artículo, también perteneciente al periodo final de su obra, afirmó:
En el proceso de la vida social, los sentimientos se
desarrollan y los sistemas previos de las relaciones se desintegran (dentro de
los cuales ellos existen como resultado de la organización biológica de la
psique); las emociones establecen nuevas relaciones con otros elementos de la
vida psíquica, aparece un sistema nuevo, combinaciones nuevas de funciones
psíquicas; emergen unidades de orden superior, gobernadas por leyes especiales,
dependencias mutuas, y formas especiales de conexión y movimiento (Vygotsky,
1984, p. 328).
No es una coincidencia que en
esta cita él no mencionara el sentido. En esta cita, el
autor apoya la idea de la
integración de diferentes elementos de la vida psíquica alrededor de nuevas
relaciones definidas por las emociones, pero esta vez sin referencia alguna a las
palabras o al mundo. Este fue un momento importante porque representaba de
nuevo el reconocimiento de Vygotskiy de la capacidad generadora de las
emociones, lo que enfatizó en su primer periodo. Su permanente referencia a los
temas del afecto y el conocimiento y su
preocupación histórica por la unidad sistémica de la psique, apoyada en la idea
que la unidad entre los procesos cognitivo y afectivo era central, dejó abierta
una alternativa para avanzar hacia una representación nueva de la psique como
un sistema complejo.
A.A.Leontiev al intentar definir
un nuevo periodo de Vygotskiy en la
representación de la psique con base en el sentido dijo:
Con relación a Vygotskiy, nos hemos acostumbrado a
hablar de una síntesis o unidad del intelecto y el afecto. Pero ¿no sería más
correcto decir –de nuevo en su terminología- que él estaba ocupado en la
relación entre intelecto (pensamiento) y sentido? La principal tesis de Vygotskiy
(resumiendo las diferentes formulaciones halladas en sus obras) sería entonces
ésta: Existe un complicado sistema dinámico de sentidos que incluye un lado
motivacional (afectivo), así como la voluntad, la dinámica de la acción y la
dinámica del pensamiento. Ellos pueden asumir varias relaciones entre sí y
formar diversas "redes". El intelecto, como todas las funciones
psíquicas superiores, está subordinado a
este sistema. Esta es, entonces, la psique humana dinámica, auto desarrollada en
su verdadera plenitud y determinación social. Si Vygotskiy hubiera vivido solo
unos cuantos años más, con seguridad él habría concentrado su esfuerzo en el análisis
de este sistema (Leontiev, 1992, p. 43).
Concuerdo de todo corazón con A.
A. Lieóntiev. El estudio de las consecuencias del concepto de sentido podría
ser esencial para una nueva definición ontológica de la psique humana. Me
gustaría enfatizar a partir de la cita de la idea de Lieóntiev que “el intelecto,
como todas las funciones psíquicas, está subordinado a este sistema”. Ese
complejo sistema dinámico de sentidos aparece como un momento inseparable de
cualquier experiencia vital, se convierte en el lado vivo, subjetivo de esa experiencia.
Esta idea crucial, central solo fue mencionada en la obra de Vygotskiy referida
arriba (1984); no aparece en otro lado de sus obras posteriores. Aun cuando Lieóntiev
en la cita comentada antes estableció que “él (en referencia a Vygotskiy) estaba
ocupado en la relación entre intelecto (pensamiento) y afecto”, redujo el
concepto de sentido al afecto. Al hacerlo, el autor olvidó la idea de sentido
como unidad de la psique, tal como apareció en la referencia de Vygotskiy al
sentido. Contrario a lo que dice Lieóntiev, yo considero que una de las
consecuencias del sentido sería la consideración de las funciones psíquicas
como funciones del sentido, lo que podría superar la restricción involucrada en
la definición estricta del pensamiento como un proceso cognitivo. Ya que la
fantasía y la imaginación son inseparables del pensamiento, tenemos algo más complejo que la mera cognición.
Sin embargo, esas ideas que caracterizan
el último periodo de la obra de Vygotskiy fueron ignoradas por el grupo de Járkov, liderado por
A. N. Lieóntiev e integrado por los compañeros de Vygotskiy: Luria, Zaporózhets,
Bozhóvich, Elkonin y Galpierin, entre otros. A. A. Leontiev escribió:
Hay muchas ideas teóricas en estos trabajos; sin
embargo, no fueron recogidas por el grupo de Járkov o solo fueron parcialmente
aceptadas. Estas apenas fueron notadas por los historiógrafos de Vygotskiy y fueron deliberadamente ignoradas por
sus críticos. La más importante de esas ideas fue la de “sentido” o “campo de
sentido… Solo muchos años después A. N. Lieóntiev habla en público del “sentido
personal” (con más claridad en su obra de 1974, “El problema psicológico de la
consciencia del aprendizaje”). Parece haber una brecha entre el “sentido personal”
de Lieóntiev y el “campo de sentido” de Vygotskiy, pero en realidad no es el
caso” (Leontiev, 1992, p. 41).
El concepto de sentido ha permanecido
mal tratado hasta hoy, en particular en el análisis de sus consecuencias para
el desarrollo de nuevas tendencias en el pensamiento psicológico. A pesar de
que Vygotskiy explícitamente nunca desarrolla algunas consecuencias del
concepto de sentido, es posible leer en su corto uso de este concepto que el sentido
“es el agregado de todos los hechos psicológicos que surgen de nuestra
consciencia como resultado de la palabra”, como lo estableció Vygotskiy en una
cita mencionada arriba; es posible concluir que entre los agregados también
están las emociones. Así, el sentido representa una unidad cognitiva –afectiva
configurada en la acción humana, porque las palabras son una parte permanente
de las expresiones humanas.
Relevancia de la
“situación social del desarrollo” y la “pieriezhivanie” para entender la
subjetividad desde la óptica histórico-cultural
Después de sus escritos sobre el
sentido, Vygotskiy, en una de sus últimas conferencias titulada por Van deer
Veer & Valsiner (1994) como “El problema del medio ambiente”, introdujo el concepto
de ‘pieriezhivanie’ (experiencia emocional, vivencia) cuyo objetivo parece muy
cercano al enunciado por Vygotskiy cuando se refería a los sistemas dinámicos
de los sentidos. En relación a la ‘pieriezhivanie’ Vygotskiy escribió en esa conferencia:
La experiencia emocional [pieriezhivanie] que surge
de cualquier situación o de cualquier aspecto del medio ambiente, determina qué
tipo de influencia tendrá esta situación o este medio ambiente sobre el niño. Por
lo tanto, no es cualquiera de los factores en sí mismos (si son tomados sin referencia al niño) lo que determina cómo
ellos van a influir en el curso futuro de su desarrollo, sino los mismos factores
refractados a través del prisma de la ‘pieriezhivanie’(Vygotsky, 1994, p.
339-340).
Vygotskiy no usó el concepto de
sentido en su análisis de la influencia que tendrá el medio ambiente en el niño,
al usar en su lugar la ‘pieriezhivanie’ para explicar una dinámica que podía
ser explicada mediante el concepto de sentido. Dada la suposición de Lieóntiev
y mi particular interpretación sobre esa categoría, Vygotskiy tal vez usó el
sentido para explicar cómo el medio ambiente influye el desarrollo del niño. En
la conferencia mencionada Vygotskiy buscó transcender la relación mecánica entre
lo externo y lo interno, en un esfuerzo por de nuevo reforzar la idea de la
mente como una producción y no como internalización.
El término ‘refracción’, usado por
él en lugar del término reflexión, tiene importantes implicaciones para pensar la psique no como un
efecto; esta idea es crucial para el desarrollo del tema de la subjetividad
desde este enfoque. El término producción, como yo lo uso aquí, no significa
cualquier producción trascendental o innata, sino una subjetiva; significa la
emergencia de estados emocionales que no son comprensibles solo por las
circunstancias objetivas que influyen a la persona desde afuera. La ‘refracción’
implica un reconocimiento de que el efecto de cualquier evento externo en la
situación o proceso de la persona podría depender de la organización y acción psíquica
del individuo en el proceso en curso de una experiencia vital.
La distancia tomada por Vygotskiy
de la determinación objetiva de la psique también fue explícitamente defendida por
él en el siguiente párrafo:
Al mismo tiempo el medio ambiente no debería ser
considerado como una condición del desarrollo que solo determina objetivamente
el desarrollo de un niño en virtud del hecho que contiene ciertas cualidades o
características, sino que uno debería abordar el medio ambiente siempre desde
el punto de vista de la relación que existe entre el niño y su medio ambiente
en un estadio dado de su desarrollo (Vygotsky, 1994, p. 338)
El medio ambiente social no es
considerado por él como algo dado, sino como algo organizado en el curso de las
relaciones humanas. Los hechos sociales no son ‘entidades’ objetivas dadas que
influyen el desarrollo como influencias objetivas; ellos tomarán diferentes
valores emocionales para el desarrollo como resultado de la organización
psíquica real de la persona. Los hechos sociales devienen relevantes para el
desarrollo por sus transformaciones en estados emocionales, un proceso que
tiene lugar por su refracción a través de la organización psíquica de la persona.
Las ideas desarrolladas por Vygotskiy
en esa conferencia, que es central para entender la vía de su pensamiento en
ese último periodo de su vida, fueron muy similares a las discutidas por él en otras conferencias
dirigidas a estudiantes de medicina en la Universidad de Moscú en 1934.3
En esas conferencias, de acuerdo con Bozhóvich (1981), Vygotskiy sostenía que
el medio ambiente no debería ser estudiado como una “situación social del
desarrollo” dada, que es determinada por su propia definición objetiva del
desarrollo del niño. Al tomar otra posición relacionada con el carácter social del
desarrollo humano, Vygotskiy introdujo el importante concepto de “situación social
del desarrollo” que, de acuerdo con Bozhóvich (1981), fue definida como la
combinación de las características personales del niño con aquellas condiciones
externas bajo las cuales tiene lugar la experiencia del niño.
3 Esta referencia fue tomada de Bozhóvich (1981), una de sus discípulas que más tarde se integró al grupo de Járkov, al que dejó por sus diferencias con A. N. Lieóntiev debido a la definición de motivo. De acuerdo con ella, esas conferencias dictadas por él en 1934 no fueron publicadas hasta 1968, año en el que apareció el original en ruso de la obra de Bozhóvich, de la cual se tomó esta información.
Vygotskiy discutió la “situación social
del desarrollo”, mediante su definición de la
‘pieriezhivanie’, como la unidad
psicológica que aparece como resultado de la relación entre las características
situacionales y personales de cada persona en cada estadio del desarrollo. En “Psicología
del desarrollo” escribió:
“Así, en una experiencia emocional [pieriezhivanie] siempre
tenemos qué ver con una indivisible unidad de características personales y situacionales,
que están representadas en la ‘pieriezhivanie’ ” (Vygotsky, 1994, p. 342).
Cada evento externo deviene
psicológico solo como un resultado de esa experiencia emocional [pieriezhivanie] que a su vez resultó
de su relevancia para la estructura psíquica actual del niño. Así la ‘pieriezhivanie’
es singular e impredecible; es una verdadera producción psíquica.
Al enfatizar el carácter singular
de la ‘pieriezhivanie’, Vygotsky estableció:
Por lo tanto, es obvio que si tenemos dos personas
con diferentes tipos de características constitucionales, entonces uno y el
mismo evento es probable que produzca una experiencia emocional diferente [pieriezhivanie]
en cada una de ellas. En consecuencia, la característica constitucional de la persona
y en general las características personales de los niños son, por así decirlo,
mobilizadas por una experiencia emocional dada [pieriezhivanie], se establecen,
devienen cristalizadas dentro de una experiencia emocional dada [pieriezhivanie]
pero, al mismo tiempo, esta experiencia no solo representa el agregado de las
características personales del niño que determinan cómo el niño experimentó
este evento particular emocionalmente, sino que diferentes eventos también
producen diferentes experiencias emocionales [pieriezhivanie] en el niño
(Vygotsky, 1994, p. 342-343).
Vygotskiy hizo un esfuerzo por
entender la ‘pieriezhivanie’ no como “encapsulada” en sí misma, contenido que
se convierte en la “causa” de la conducta, sino como la producción que tiene
lugar mediante el curso continuo del desarrollo. Como dijo Vygotskiy arriba, “eventos
diferentes evocan diferentes ‘pieriezhivanie’ en el niño”.
En este momento de la evolución de
su obra, desde la muy dinámica y compleja representación de la psique emergió
una nueva definición de la mente humana como un sistema subjetivo configurado mediante
estados emocionales [pieriezhivanie]. Sin embargo, similar a la relación con la
categoría de sentido, Vygotskiy no pudo en consecuencia desarrollar el
concepto del momento emocional ‘pieriezhivanie’.
Al final de “Psicología del medio ambiente” escribió:
Creo que estarán de acuerdo conmigo cuando digo que
cualquier evento o situación, en el medio ambiente de un niño, tendrá un efecto
diferente sobre él dependiendo en qué medida el niño entiende este sentido y significado (Vygotsky, 1994, p.
343).
Tal como Bozhóvich escribió:
Si el concepto ‘pieriezhivanie’ desarrollado por él (se
refiere a Vygotskiy) nos acercó a la interpretación de las causas reales del
desarrollo del niño, la última búsqueda del enlace que define el desarrollo y
que concluye en el concepto de generalización, nos regresa a una posición intelectualista
(Bozhovich, 1991, p. 125).
Al seguir la trayectoria del
pensamiento de Vygotskiy es posible apreciar su esfuerzo hacia una comprensión
de la psique humana como un sistema en el que las emociones son tan importantes como los significados y
representaciones intelectuales. Solo a través de conceptos como ‘pieriezhivanie’
y sentido, Vygotskiy procuró definir las unidades psíquicas capaces de revelar
la indisoluble relación entre procesos cognitivos y afectivos. Estos conceptos
revelaron su preocupación sobre la dominante posición determinista que prevalecía en aquel tiempo en la psicología
soviética en relación con la génesis de la psique basada en los reflejos. El
enunciado de conceptos por Vygotskiy tales como refracción, el carácter generador
y activo de las emociones y el carácter singular resultante del impacto de las circunstancias
sobre el desarrollo psíquico, abrió un nuevo reto para la comprensión de la
psique humana; ésta apareció como un sistema complejo imposible de ser reducido
a la asimilación de los hechos y procesos involucrados en su desarrollo. Las
premisas para una nueva definición de la subjetividad desde un punto de vista
histórico- cultural quedaron establecidas. Ahora es necesario tomar esas premisas
y avanzar sobre los nuevos cambios que ellas abrieron para las siguientes
generaciones.
Observaciones finales
La obra de Vygotskiy debería ser
entendida como un sistema con varios momentos que se contradicen uno al otro en
ciertos momentos concretos, y no puede ser tomada como un conjunto de
principios concretos de principio a fin. Sus categorías concretas deberían ser
localizadas dentro del sistema como un todo, evitando el uso de ellas de modo separado,
lo que llevaría a la banalización de su teoría.
• El primero y último periodos de
la obra de Vygotskiy han sido mal entendidos en sus consecuencias para el
desarrollo de la psicología. Los conceptos de sentido, ‘pieriezhivanie’ y “situación
social del desarrollo” introducidos por él en el último periodo de su carrera
fueron coherentes con sus múltiples intentos para definir unidades de la vida
psíquica, lo cual es una fuerte evidencia de la importancia que le dio a la comprensión
de la psique como sistema.
• Los conceptos de sentido y ‘pieriezhivanie’
representaron un importante punto de inflexión en la obra de Vygotskiy. Con
base en esos conceptos, Vygotskiy reconoció de modo implícito el carácter generador
de la mente humana. Este reconocimiento es importante para desarrollar el concepto
de subjetividad basado en nuevos principios, que superan la representación de
la psique humana como reflejo, lo que fue mucho tiempo dominante en la psicología soviética.
• Sentido y ‘pieriezhivanie’ aparecen
no como “entidades”, sino como unidades organizadas sobre la experiencia en
curso del sujeto; ambos conceptos subrayan la relevancia de las emociones para
entender la mente humana. Esta relevancia dada a las emociones implica un
reconocimiento de los estados humanos como producciones subjetivas verdaderas. Ellas
no resultan de una mera asimilación de influencias externas.
• La obra de Vygotskiy abrió el
camino para avanzar en el tema de la subjetividad como una producción continua
de configuraciones simbólicas–emocionales que resultarían de las alternativas
complejas generadas entre el entretejido movimiento dominante al inicio de
cualquier sistema de relaciones de acción o configuraciones subjetivas, y
aquellas nuevas configuraciones que aparecen en el proceso en curso del
desarrollo. Los conceptos y procesos de
este orden complejo deberían ser elaborados.
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