Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

domingo, 15 de septiembre de 2013

da Rocha Lordelo




La Crisis en la Psicología:
Análisis de la Contribución Histórica y Epistemológica de L. S. Vygotskiy
Lia da Rocha Lordelo
Universidade Federal da Bahia
En: Psicologia: Teoria e Pesquisa, 2011, 27 (4): 537-544

Traducción: Efraín Aguilar

RESUMEN - Este artículo busca rescatar la importancia de L. S. Vygotskiy como historiador y epistemólogo de la psicología. Vygotskiy diagnosticó una crisis y fragmentación de la ciencia psicológica en los años 1920s, y destacó en el materialismo dialéctico una filosofia científica y una visión del mundo que podrían realizar la integración metodológica que él hallaba necesaria a la psicología, que tendría a la consciencia como objeto principal de estudio. Para esto, son analizados textos de cuño metodológico de Vygotskiy, en especial “El Significado Histórico de la Crisis en la Psicología”, de 1926. El análisis de la propuesta vygotskiana nos lleva a pensar en el sentido de la crisis y de la fragmentación que persiste en la psicología contemporánea, y a reflexionar más cuidadosamente sobre la pluralidad metodológica que caracteriza a nuestra ciencia.
Palabras-clave: Vygotskiy, psicología, epistemología.

Este artículo tiene como objeto de estudio la reflexión hecha por el psicólogo L. S. Vygotskiy a mediados de los años 20 del siglo pasado. Conocido en los medios académicos por la elaboración de su teoría histórico-cultural y por conceptos utilizados en la educación, por ejemplo la noción de Zona Pro­ximal de Desarrollo – ZPD, Vygotskiy dejó otro legado teórico importante, el cual se refiere al estudio de la historia de la psicología en cuanto ciencia y a la crítica de las ideas psicológicas en boga al inicio del siglo XX. Este trabajo busca mostrar que, a pesar del gran impacto de algunos conceptos vygotskianos en áreas como la educación y la psico­logía del desarrollo, el autor tuvo gran importancia como epistemólogo y metodólogo. En este artículo, esto se revela en el análisis de la psicología de las primeras décadas del siglo XX hecho por Vygotskiy.

La reflexión aquí presentada se refiere al artículo escrito por Vygotskiy, aproximadamente en 1926, titulado “El Sig­nificado Histórico de la Crisis en la Psicología: una investigación metodológica” (Vigotski, 1999a). En ese artículo el psicólogo emprende un análisis de la crisis que, a su modo de ver, se instalara en la psicología de inicios del siglo XX y propone las bases de una nueva psicología científica. Van der Veer y Valsiner (1996) afirman que, en el artículo, Vygotskiy habría desarrollado, en algunos aspectos, ideas parecidas a las de filósofos de la ciencia del siglo XX, por ejemplo de Kuhn, Popper, Lakatos, Hanson y Feyerabend. Los autores también localizan en este artículo el camino preparatorio a la concepción de la principal teoría de Vygotskiy, la teoría histórico-cultural.

En nuestra opinión, “El Significado Histórico de la Crisis …” (Vigotski, 1999a) constituye el texto más representativo de un Vygotskiy preocupado por los fundamentos de la ciencia psicológica. El escrito se sitúa, en palabras de Rivière (1985), en una postura intermedia entre sus primeros escritos y los trabajos donde ya formulaba más claramente los primeros postulados de una nueva teoría del origen social de las funciones psíquicas superiores. La representatividad de este artículo se evidencia, para nosotros, en el hecho de ser, entre los textos del autor dedi­cados al análisis de la psicología de inicios del siglo XX, el de mayor densidad teórica y el que aborda de modo más amplio los problemas metodológicos y filosóficos. También diversos autores (Davydov & Radzikhovskii, 1985; Rivière, 1985; y van der Veer & Valsiner, 1996), cuando buscan una reflexión teórica sobre las contribuciones de Vygotskiy y no solo utili­zan su referencia en una investigación empírica, sitúan “El Significado Histórico de la Crisis …” como un texto fundamental en el conjunto del pensamiento vygotskiano. Así, desde el punto de vista metodológico, este artículo constituye un estudio teórico que toma este escrito fundamental como prin­cipal objeto de análisis. La ruta analítica partirá de la crítica de la razón psicológica emprendida por Vygotskiy; se dedicará a la presencia del materialismo dialéctico y del marxismo en la con­cepción del método del autor y, entonces, a la proposición hecha por él de una psicología de orientación dialéctica, en la cual el concepto de consciencia es fundamental.
Crítica de la Razón Psicológica3
3 La expresión “crítica de la razón psicológica” es utilizada por Yaroshevskiy y Gurguenidze, en el epílogo de la compilación de textos de Vygotskiy Teoria e método em psicologia (1999b).

“El Significado Histórico …” fue terminado, según Valsiner y van der Veer (1996, pp. 25, 158) en el verano de 1926. Fue durante una de las épocas que Vygotskiy estaba encamado a causa de tuberculosis; consta inclusive que fue en el hospital que el psicólogo escribió el texto que, en la edición en portugués de la editora Martins Fontes, tiene aproximadamente 200 páginas. El escrito publicado por la editora consta de una colección de textos intitulada Teoria e Método em Psicologia (Vigotski 1999b), siendo “El Significado Histórico...” el mayor y tal vez el más importante de estos. Este fue uno de los escritos de Vygotskiy que más demoró para ser publicado oficialmente; aunque citado por psicólogos soviéticos en los años 1930s, el manuscrito fue perdido durante la II Guerra Mundial, encontrado en los años 1960s y publicado, finalmente, en 1982, en la entonces Unión Soviética.

Así, a pesar de ser tardíamente descubierto, el texto es, de acuerdo con importantes comentaristas de Vygotskiy (van der Veer & Valsiner, 1996), una valiosa forma de acercarnos a la postura de nuestro autor en relación a los problemas filosóficos y epistemológicos que él consideraba relevantes para la psicologia de inicios del siglo XX. Es curioso saber que podemos delinear estas posiciones cuando conocemos el contenido del artículo: Vygotskiy procura, en “El Significado...”, diagnosticar la crisis que se instalara en la psicología de inicios del siglo y hace esto con el auxílio de la historia de esta ciencia.

La crisis que Vygotskiy identifica en la ciencia psicológica no es exactamente una novedad, dicen van der Veer y Valsiner (1996), si prestamos atención a la historia de la psicología y atendemos a los autores que, antes del psicólogo ruso, ya habían hecho tal diagnóstico. Específicamente un importan­te autor trató este tema en un momento muy próximo al período en que Vygotskiy elaboró el artículo: el alemán Karl Bühler publicó, en 1927, un libro llamado Die Krise der Psychologie [La Crisis de la Psicología]. También el pensador marxista Georges Politzer, muerto antes de terminar su proyecto de crítica de las tres principales escuelas psicológicas y de recons­trucción de la psicología, concluyendo solo el volumen de crítica al psicoanálisis (Politzer, 2004). Aunque nuestro psicólogo no había sido exactamente el pionero en el diagnóstico de una posible crisis en la psicología, Yarochevskiy y Gurguenidze (1999, p.497), en el epílogo a la publicación de los textos de carácter metodológico del autor afirman, sin embargo, que fue Vygotskiy quien probablemente contribuyó con el primer intento coherente de explicar la crisis de la ciencia psicológica desde el punto de vista del marxismo; ellos afirman que esto es, de hecho, una novedad. De cualquier forma, el hecho de diagnosticar una crisis en la psicología sugiere, mínimamente, que Vygotskiy era un científico preocupado por los orígenes y el futuro de su ciencia.

La teoría marxista está en la base tanto del diagnóstico que el autor hace de la crisis cuanto de su propuesta de unificar la ciencia de la psicología a través de una nueva metodología (marxista, a saber). También hablaremos un poco más sobre esta fuerte orientación marxista; lo que es importante en este momento, es comprender que Vygotskiy creía y defendía, en su artículo, que el estu­dio de la historia de la psicología en cuanto ciencia demostraría la necesidad de una nueva psicología, unificadora de una nueva metodología a ella integrada.

La comprensión de que el estudio de la historia de la ciencia estaría amparando una especie de diagnóstico metodológi­co se revela, en cierta medida, desde el principio del artículo. Allí Vygotskiy afirma que pretende hacer una investigación metodológica basada en el “estudio histórico de las formas con­cretas que la ciencia fue adoptando y en el análisis teórico de esas formas para llegar a principios generalizadores, comproba­dos y válidos” (1999a, p.210). Habla, además, de analizar la situación de los sistemas psicológicos de la época desde el punto de vista de la historia de la ciencia, es decir, pensando en estos sistemas “como acontecimientos concretos, históricamente vivos” (p.210). A partir de sus palabras, podemos ver que Vygotskiy de ningún modo consideraba la historia como una colección de hechos passados; su visión de la historia como algo vivo y en movimiento es no solo muy cara a los supuestos de su teoría histórico-cultural, como también declaradamente inspirada en supuestos marxistas. “(...) no reconocemos otra historia que no sea la marxista” (p. 415), afirma el psi­cólogo para, en seguida, ubicarse en cuanto a la relación entre la psicologia y el marxismo: “(...) no podemos decir: ‘psicología marxista’, en el sentido en que se dice: psicología asociativa, experimental, empírica, eidética. La psicología marxista no es una escuela entre otras, sino la única escuela verdadera como ciencia: otra psicologia, fuera de ella, no puede existir” (p.415).

El argumento inicial de Vygotskiy es que no existe aún una psicología general, unificada. En aquella época exis­tían, sí, muchas corrientes en psicología; y cada una de ellas elegía una categoría definida como su objeto de estudio. El psicólogo toma como ejemplos tres grandes escuelas psico­lógicas: la psicología subjetivista tradicional, la reflejología y el psicoanálisis. El fenómeno psíquico, el comportamiento y lo inconsciente serían, respectivamente, los objetos de estudio específicos de esas escuelas. En su opinión un hecho cualquiera sería expresado por cada uno de esos sistemas de forma tan di­ferente que implicaría, en verdad, hechos diferentes; ciertamente esto implicaría también diferentes métodos de investigación. De esta forma, el cúmulo de hechos en cada sistema daría origen, con el paso del tiempo, a tres genera­lizaciones y clasificaciones distintas; y gradualmente veríamos nacer tres ciencias diferentes (pp.213, 214) –un cuadro, a nuestro ver, de fragmentación de la psicología.

Otros factores eran, aún, responsables de esa crisis y eso fue señalado no solo por Vygotskiy. Otro problema era que la psicología no parecía ajustarse al método de las ciencias naturales. Al contrario de estas últimas, la psicología era, todavía, una “pseudociencia” con corrientes de pensamiento diferentes que no dialogaban entre sí, y también no era posible aplicar um método de investigación heredero, en cierta medida, del positivismo, tradición importante al inicio del siglo XX. La objetividad y la neutralidad eran imprescindibles en ciencia, y la psicología parecía no lidiar con fenómenos que se sometiesen a estos criterios de cientificidad. Para Vygotskiy la tradicional dicotomía filosófica entre mente y cuerpo era grandemente responsable de este problema.

En este sentido, la crítica más severa de Vygotskiy en re­lación a la ciencia y la filosofía de la época era justamente su “herencia” cartesiana –o dualismo de substancia que, en su opinión, hacía que la ciencia psicológica se fragmentara en corrientes teórico-prácticas que poco dialogaban entre sí.4 Este dualismo era la perspectiva predominante en la ciencia y en la filosofía tradicionales en occidente. En palabras del propio autor (Vigotski, 1999a), la psicología había sido dividida entre una corriente científico-natural materialista (de la cual eran parte, entre otras corrientes, el conductismo y la reflejología) y una corriente espiritualista (por ejemplo, la psicología descriptiva de Dilthey y el psicoanálisis, que creían en la irreductibilidad del fenómeno psíquico). Esto significa que la división era, respectivamente, entre una corriente que negaba lo psíquico o subjetivo (de naturaleza no material) en favor de una supuesta neutralidad y objetividad, y otra corriente que, por creer en la existencia de una substan­cia no material (la subjetividad, lo inconsciente u otro fenómeno psíquico) no se sometía a los parámetros de una ciencia empírica, que lidiase con hechos reales de forma objetiva y pudiese medirlos y controlarlos. Para Vygotskiy, este era precisamente el cuadro de la crisis en la psicología de inicios del siglo XX.

4 A pesar de que Vygotskiy de alguna forma “responsabilizara” a la teoría de Des­cartes por los problemas diagnosticados en la crisis, es casi unánime entre psicólogos que fue a partir del paradigma cartesiano que la constitución del sujeto y, consecuentemente, del espacio psicológico (Figueiredo, 1996), fue posible. Tal vez sea el caso de un hechizo que se vuelve contra el hechicero cuando afirmamos que Descartes está en la raíz de los problemas de un campo científico que él mismo había ayudado a instaurar.

Sabemos que es extremadamente complicado juzgar un sistema filosófico de la magnitud del de René Descartes; lo que podemos hacer es, con cierto cuidado, lidiar con el aspecto de su pensamiento que es más comentado en la filo­sofía y en la ciencia occidentales hoy, ya que no es por nada que nos referimos a un “paradigma” cartesiano. Podríamos arriesgarnos a decir que la primera y segunda meditaciones de Descartes, provenientes de las “Meditaciones sobre la Filosofía Primera” (Descartes, 1988), instauran algunos de los pilares epistemológicos de la modernidad. Descartes argumenta, en sus meditaciones, en favor de la distinción entre cuerpo y alma y, en seguida, acerca de la naturaleza del espíritu humano, un “yo”, una instancia interior y privada que se conoce a sí misma a través de la introspección. La instalación de la interioridad es fundamental, epistemológicamente, para conectar la noción de conocimiento a la de subjetividad, y el filósofo francés es uno de los principales responsables de este enlace. Aquí nos interesa el aspecto de su doctrina que dicotomizaba mente y cuerpo atribuyendo, a cada una de estas substancias, naturalezas diferentes. Específicamente, en el artículo “El Significado His­tórico…”, Vygotskiy no responsabiliza a Descartes directamente por los problemas de la psicología, aunque el dualismo mente-cuerpo fuese un problema que le interesó bastante durante años (van der Veer & Valsiner, 1996, p. 157).

Después de este diagnóstico inicial, todavía en las primeras secciones del artículo, Vygotskiy hace algunas reflexiones en cuanto al propio funcionamiento de la ciencia. El psicólogo creía en el carácter dinámico del conocimiento científico, en la regula­ridad del cambio y el desarrollo de las ideas y también en la aparición y muerte de los conceptos (1999a, p.219). Eso es explicado científicamente si relacionamos la ciencia con algunos factores (p.219): (1) con el substrato socio-cultural de la época; (2) con las leyes y condiciones generales del conocimiento científico; (3) con las exigencias objetivas que la naturaleza de los fenómenos que son objeto de estudio, coloca al conocimiento científico en el estadio actual de la investigación.

Van de Veer y Valsiner (1996, p.160) afirman que la visión de Vygotskiy de los determinantes de la ciencia sería una mezcla de internalismo y externalismo. Esas dos posturas filosóficas parecen,  por lo menos, coexistir, pues de hecho Vygotskiy llama la atención a la lógica interna de la ciencia y de las condiciones objetivas que ella nos impone en el proceso de investigación, mas también nos recuerda que la ciencia es una empresa que ocurre en el curso de la historia de la sociedad. Entre tanto, sa­bemos que algunas de sus posturas epistemológicas lo asocian directamente con algunos filósofos e historiadores de la ciencia. En “El Significado Histórico...” (1999a), Vygotskiy afirmará, un tanto genéricamente, que todo lo que es descrito como hecho ya es teoría y que, al mismo tiempo, por más abstracto que sea un concepto ya encierra, en sí, un grado de realidad. Él procurará, en este contexto, disolver y reubicar lo que veía como falsas anti­nomias, como el ejemplo de “concepto versus hecho” o “realidad versus pensamiento” (pp. 246-248). Ese tipo de reflexión epistemológica remite al filósofo de la ciencia Thomas Kuhn (1987). Éste intentó deshacer lo que él pensaba era una falsa oposición entre las nociones de descubrimiento (novedad de hechos) e invención (novedad conciernente a teorías). Invención y descubrimiento no serían eventos aislados porque el descubrimiento o asimilación de un hecho nuevo (en el caso del proceso de investigación científica) presupondría un ajuste de la teoría a éste, o sea, lo que tenemos como hecho es algo contingente a leyes y condiciones generales de conocimiento científico y también a valores históricos y culturales. Ciertamente, este pequeño punto de convergencia no es suficiente para trazarnos un paralelo significativo entre Vygotskiy y Kuhn. Sin embargo, para Yaroshevskiy y Gurguenidze (1999), esa aproximación se vería, principalmente, en la propia idea de la naturaleza de las crisis en la ciencia y el camino para solucionarlas. Vygotskiy decía: “La crisis es destructora, pero benéfica: en ella se oculta el auge de la ciencia, su enriquecimento, su fuerza, y no la impotencia y la quiebra” (p.324); para después añadir que “(...) la creación de la psicología general no es una cuestión de acuerdo, sino de ruptura” (p. 336). Se sabe que Kuhn, en su clásica teoría sobre los paradigmas científicos, creía que la transición entre un paradigma y otro se daría a través de una “revolución científica”, generada por fenómenos no explicados por el paradigma vigente –ocasionando una crisis. Es el concepto de paradigma y no el de crisis el que parece ser fundamental para Kuhn, mas no deja de haber entre él y Vygotskiy un punto de conexión. Angel Rivière (1985, p.34), a su vez, arriesga una comparación entre el psicólogo soviético y el filósofo de la ciencia Paul Feyerabend, cuando éste se refiere a sistemas científicos “inconmensurables” y lo que Vygotskiy decía de escuelas como el psicoanálisis y la reflejología. Es probable, sin embargo, que la semejanza termine ahí, ya que la “obsesión” de Vygotskiy por el método, dialogaría muy poco con el antimetodismo del filósofo austríaco. En su famoso Contra el método (Feyerabend, 1989), Feyerabend defendería justamente que la empresa científica es demasiado compleja para que fuese guiada por un conjunto de reglas metodológicas.

Específicamente, Vygotskiy buscaba reubicar las dicoto­mías a las que nos referimos en el parágrafo anterior defendiendo una relación de naturaleza dialéctica entre los términos. Eso nos remite a otra orientación teórico-metodológica fuertemente presente en su obra: el marxismo.

Aunque este sea un tópico polémico en las actuales reflexiones sobre la obra vygotskiana, la mayoría de los autores a los que hemos tenido aceso (Bakhurst, 1991; Blanck, 2002; Newman y Holzman, 2002; van der Veer & Valsiner, 1996; Wertsch, 1985) defienden una fuerte orientación marxista del psicólogo. En el artículo “El significado...”, Vygotskiy ya deja claro que la psicología general que él propone, en respuesta a la crisis por él diagnosticada, es una psicología dialéctica,5 antes de todo: “La dialéctica abarca la naturaleza, el pensamiento, la historia: es la cien­cia en general, universal al máximo. Esa teoría del marxismo psicológico o dialéctica de la psicología es lo que yo considero psicología general” (p. 393). La idea era que el método marxista subyaciese a esa nueva ciencia psicológica, rompiendo con el cuadro de fragmentación y crisis de la época.

5 La nomenclatura “psicología dialéctica” es utilizada, por lo que vimos, sólo en el texto “El Significado Histórico de la Crisis en la Psicología” (1999a); y pensamos que no era tan fundamental en cuanto a las reflexiones metodológicas que Vygotskiy trajo. Su objetivo no parecía ser fundar la Psicología Dialéctica, sino una ciencia psicológica conformada por las preocupaciones metodológicas traídas por el materialismo dialéctico.
Marxismo y Materialismo Dialéctico
Tenemos una idea del peso que hay simplemente en pronunciar la palabra “marxismo”. Este peso existe por muchas razones: por lo que la Historia en cuanto disciplina nos mostró a lo largo del siglo XX y por lo que nuestros propios ojos y oídos han sistemáticamente presenciado en tér­minos de ascensos y descensos, guerras, disputas e impases ético-políticos de un sinnúmero de sociedades y de sus específicos modos-de-produción –para utilizar un término mar­xista bastante familiar. Otra razón es los muchos sentidos, tendencias, contradicciones y disidencias que son abarcados por el propio término “marxismo”, que se torna impreciso justamente por la cantidad de significados que guarda. Por eso, es necesario aquí distinguir, entre tantos “marxismos”, aquél al cual nos estamos  refiriendo.

Cuando hablamos de la influencia o de la relación de Vygotskiy con el marxismo hablamos, primero, del marxismo tal como es interpretado por intelectuales soviéticos a finales del siglo XIX e inicios del XX. Graham (1993) nos recuerda dos grandes y diferentes interpretaciones de la escuela del pen­samiento fundada por Karl Marx: en occidente, habría sido interpretada genéricamente como una teoría de la economía y de la sociedad; en la Unión Soviética habría asumido dos sentidos complementarios: el materialismo histórico, que es considerado una teoría del desarrollo social, y el materialismo dialéctico, que sería, y es lo que nos interesa, una filosofía de la ciencia. Tal vez esta clasificación de Graham simplifique la presencia del marxismo en oriente y especialmente en occidente, donde autores de tradiciones distintas como Gramsci, Sartre, Benjamin y Lukács, por ejemplo, desarrollaron interpretaciones importantes del marxismo en el siglo XX. Sin embargo, tiene sentido decir que el materialismo dialéctico en cuanto una filosofía de la ciencia es una de las peculiaridades del marxismo ruso. El propio Vygotskiy, en su artículo de 1926, ya se ubicaba en cuanto a esos problemas: “No se debe llamar marxista todo lo que se relaciona con el marxismo y, de hecho, en la mayoría de los casos, así se entiende, sin más explicaciones” (1999a, p. 412). Sigue, en el mismo comentario, afirmando además que algunos psicólogos tienden, erróneamente, a asociar inmediatamente el marxismo al materialismo dialéctico.

Así, el marxismo al cual nos referimos tendrá, por tanto, en el materialismo dialéctico su punto de tensión y su relación estrecha con el trabajo metodológico de Vygotskiy. Aqui no lidiaremos con la doctrina materialista dialéctica posterior a la Revolución Rusa y al dominio stalinista en especial, ya que los textos de Vygotskiy a que hacemos referencia datan, en su mayoría, de hasta mediados los años 20s. Cuando hablamos de dialéctica en la tradición marxista, Bhaskar (1996) distingue tres sentidos básicos: el método, ilustrando una dialéctica episte­mológica; una dialéctica ontológica, o sea, un conjunto de leyes que gobierna una realidad; y una dialéctica referente al movimiento de la historia. A lo largo de nuestras reflexiones sobre Vygotskiy vislumbramos, en algunos momentos, trazos de esos tres sentidos; mas parece que el principal de ellos es el primero, el significado metodológico. En este sentido, el autor defiende, en “El Significado Histórico...”, que “el conocimiento de la metodologia e historia de las ciencias nos hace ver la ciencia como un sistema vivo, en constante evolución o avance, de datos demostrados, leyes, suposiciones, estructuras y conclusiones, que se completan sin parar, son criticados, comproba­dos, rechazados parcialmente, interpretados y organizados de nuevo” (1999a, p.318). Concluye  referiéndose constantemente a ésta como una comprensión dialéctica de la ciencia. Ahora, nos resta esclarecer mejor lo que entendemos por materialismo dialéctico.

El historiador Loren Graham (1987, pp. 62, 63; 1993, p. 102) sintetiza los preceptos de lo que representaría una filo­sofía natural para los rusos, y transcribimos6 aquí aquellos que se aproximan más a la discusión filosófica dirigida a la psicología vygotskiana: (1) El mundo es material; (2) El mundo material forma un todo interconectado; (3) El co­nocimiento del hombre deriva de la realidad natural y social de la existencia objetiva, y el ser determina la consciencia; (4) El mundo está en cambio constante; (5) Los cambios en la materia ocurren de acuerdo con determinadas leyes; (6) Las leyes del desarrollo de la materia ocurren a diferentes niveles correspondientes a las áreas de interés distintas en la ci­encia; esto significa que es imposible explicar un organismo biológico a partir, por ejemplo, de leyes físico-químicas; (7) El conocimiento del hombre aumenta con el tiempo y por cuenta de su utilización práctica, este “progreso”, sin embargo, ocurre a través de la acumulación de verdades relativas y no absolutas.

6 Transcribimos aquí los otros preceptos formulados por Graham (1993, p. 102), en libre traducción nuestra, para contextualizar mejor la filosofía del materialismo dialéctico. 1. El mundo es material y hecho de lo que la ciencia actual denominaría como materia-energía. 2. La materia es infinita en sus propiedades, y por lo tanto el conocimiento humano nunca estará completo. 3. El movimiento presente en el mundo es explicado por factores internos, y por tanto ningún agente externo es necesario para realizar este movimiento.

Esos postulados indicadores del conocimiento del mundo natural forman de modo simplificado la fase del materialismo dialéctico ruso, aunque muchos otros autores, afirma Graham (1993), utilizasen estos principios en occidente sin que se declararasen marxistas o materialistas dialécticos. Así, la creciente demanda soviética por una psicología de orien­tación marxista está íntimamente relacionada con el pensamiento filosófico-científico que acabamos de describir.

A partir de ese pensamiento, Vygotskiy propone una especie de síntesis con la intención de articular un camino metodológico a seguir por la psicología, nuevamente en el texto en cuestión (Vigotski, 1999a).
Marxismo, Vygotskiy y el Método
Al afirmar la existencia de una crisis en la psicología Vy­gotskiy decía, además, que ese diagnóstico era solo el inicio de un camino metodológico, y era extremadamente crítico de los psicólogos que intentaban crear una psicología directamente a partir de los supuestos filosóficos marxistas.

Uno de los argumentos de nuestro autor era justamente ese: que la psicología de orientación marxista que ellos de­fendían no disponía aún de su propia metodología, y querer encontrar en determinadas obras una fórmula pronta de la psique sería como exigir “a la ciencia antes de a la propia ciencia” (1999a, p. 358). Vygotskiy afirmaba, sobre marxistas como Plejánov, 7 por ejemplo, que ellos “no sólo no disponen de una metodología acabada, sino ni del mismo germen de ella: esos autores no plantearon ese problema, y sus manifestaciones sobre el tema tienen antes que nada un carácter no psicológico (...)” (p. 359). Vemos entonces, que es a partir de los años 30s que Vygotskiy fue blanco de críticas por supues­tamente no adecuarse a las necesidades del régimen soviético. Tal vez esto ocurriese justamente por negarse a hacer “ciencia antes de la propia ciencia”.

7 Guieórguiy Plejánov (1856-1918) fue un pensador considerado el “padre” del marxismo ruso; fue inclusive el responsable de acuñar el término materialismo dialéctico.

En lugar de eso Vygotskiy propone, a partir de su diag­nóstico de la crisis, la elaboración de una psicología general. La existencia de varias escuelas psicológicas daba origen, como dijimos al  inicio, a una lucha no entre tendencias dentro de una misma ciencia, sino entre ciencias distintas, que se excluían mutuamente. Esas escuelas, al intentar definir una psicología general, tendían a “crear una sola psicología” (p. 326), o sea, a unificar la ciencia psicológica desde el punto de vista exclusivo de su propio sistema teórico; y esto defini­tivamente no era la salida para solucionar la crisis. Así, la psicología o metodología general surgiría de la necesidad de dar coherencia al conocimiento científico, y no de escoger uno u otro determinado sistema teórico. Una primera clave comprensiva de esa afirmación es que Vygotskiy dejaba claro, en su artículo, que el análisis de la crisis psicológica tenía un papel fundamental en la busca de esa psicología general.

El nuevo modelo de ciencia propuesto por Vygotskiy es una especie de anticipador de su principal teoría, la teoría histórico-cultural. De cierta forma, es como si la teoría que él estaba gestando fuese la respuesta para los problemas que veía en la psicología. En el artículo “Vigotski´s Uses of History”, Sylvia Scribner (1985) afirma que Vygotskiy explora nuevas formas de trazar una perspectiva histórica para el estudio de la naturaleza humana. Scribner (1985, p. 120) incluso afirma que el análisis histórico es la clave del sistema vygotskiano. Estudiar algo historicamente es, argumenta la autora, justamen­te la esencia del abordaje dialéctico –en este caso, la dialéctica marxista. Ella trae (1985, p.122) una afirmación fundamental de Vygotskiy: que los procesos psicológicos superiores no pueden ser explicados por leyes de la naturaleza ni por leyes del espíritu (subjetivas, podría decirse también), sino que sus raíces deben ser buscadas en las regularidades de las leyes de la historia. Cuando él dice “leyes de la historia”, estaría re­firiéndose, en realidad, a la historia materialista de Marx y Engels. Diversos autores a los que nos referimos resaltan el método de Vygotskiy como el más marxista entre sus contribuiciones científicas (Newman & Holzman, 2002; van der Veer & Valsiner, 1996; Wertsch, 1985).

Es también por esa razón que seguimos a e­sos autores y enfatizamos el papel que Vygotskiy daba al método: el sentido de creación de la psicología general estaba en la metodología. Veía como una cuestión de ca­rácter metodológico la posibilidad de la psicología en cuanto ciencia. Vygotskiy afirmaba, además, que la ciencia era filo­sófica hasta sus últimos elementos y estaba impregnada de metodología. Él partía del supuesto de Marx y princi­palmente Engels (el cual dejó inacabada una de las obras más representativas de la aplicación del marxismo a la filosofía de la ciencia, Dialética da Natureza, Engels 1985) de en­tender la dialéctica como una teoría de la ciencia general, abarcando la naturaleza, el pensamiento y la historia. De esa forma, el psicólogo ruso consideraba como psicología general precisamente la dialéctica de la psicología, una “ciencia de las formas más generales del devenir tal como se manifiesta en el comportamiento y en los procesos de conocimiento” (1999a, p.247). Ciertamente, no se trataba de crear una psicología que simplemente respondiese al marxismo; la cuestión era más bien compleja, decía el:

(...) el análisis de la crisis y de la estructura de la psicología testimonia indiscutiblemente que ningún sistema filosófico puede dominar directamente la psicología como ciencia sin la ayuda de la metodo­logía, o sea, sin crear una ciencia general: que la única aplicación legítima del marxismo en psicología sería la creación de una psicología general cuyos conceptos se formulen en dependencia directa de la dialéctica general, porque esa psicología nada sería más allá de la psicología dialéctica; toda aplicación del marxismo a la psicología por otras vías, o a partir de otros supuestos, fuera de esa formulación, conducirá inevitablemente a construcciones escolásticas o verbalistas y a disolver la dialéctica en pesquisas y pruebas; (...) a una revolución simplemente terminológica. En resumen, a una tosca deformación del marxismo y de la psicología. (Vigotski 1999a, p. 392).

En esta otra declaración fundamental, Vygotskiy reitera el contenido de la anterior y termina con una frase ya bastante famosa, citada por diversos teóricos en psicología:

Pero es preciso saber lo que se puede y lo que se debe buscar en el marxismo. No se trata de adaptar el individuo al sábado, sino el sábado al individuo; lo que precisamos encontrar en nuestros autores es una teoría que ayude a conocer la psique, pero de ningún modo la solución del problema de la psique, la fórmula que contenga y resuma la totalidad de la verdad científica. (...) Lo que sí puede ser buscado previamente en los maestros del marxismo no es la solución de la cuestión, y tampoco una hipótesis de trabajo (porque estas son obtenidas sobre la base de la propia ciencia), sino el método de construcción (...). No quiero quedar inmóvil, tomando aquí y allá algunas citas, lo que es la psique, lo que deseo es aprender en su totalidad [énfasis del autor] del método de Marx cómo construir la ciencia, cómo enfocar el análisis de la psique. (Vigotski, 1999a p. 395)

En síntesis, era preciso un método, y el materialismo dialéctico (tal como lo circunscribimos aquí) daría la metodología más integral y adecuada a la psicología general. Aunque los libros de psicología dialéctica todavía no hubiesen sido escritos, era este el camino de salida a la crisis en la ciencia psicológica.
La Psicología de Orientación Dialéctica y la Posibilidad de la Consciencia
“Cómo enfocar el análisis de la psique” (p. 395): este era uno de los desafíos fundamentales dentro de la psicología de orientación metodológica marxista para Vygotskiy. Él sabía y declaraba, inclusive, que el objeto de la psicología -la psique, la consciencia- era lo más difícil del mundo y lo que menos se dejaba estudiar (p. 390). Esto ayudaba a instaurar el problema que caracterizaba la crisis: el fenómeno psicológico estaba en la encruzijada de la batalla entre las dos corrientes psicológicas que describimos en la sección anterior de este artículo, caracteri­zando la crisis en la psicología: si una tendencia recurría a un polo científico-naturalista y rechazaba la idea de un fenómeno psíquico irreductible a lo físico en términos de propiedades y substancias, la otra se ubicaba en el polo opuesto: afirmaba la existencia de un fenómeno psíquico formado por una substancia propia, y esto dificultaba su sujeción a métodos de entendimiento y análisis rigurosamente científicos. En palabras más simples, el dilema era la existencia de una cien­cia que negaba lo subjetivo o la existencia de una psicología que, aceptando el fenómeno psíquico, dejaba de ser ciencia.8

8 El ya citado libro de Luís Cláudio Figueiredo (1996, p. 22) también localiza este dilema de forma bastante semejante. El autor declara que, para instituir la ciencia psicológica, la psicología se ve obligada, al mismo tiempo, a reconocer y desconocer su objeto. Si no lo reconoce, no se legitima como ciencia independiente, pudiendo ser anexada a otras ciencias, como la medicina, la pedagogía, etc. Si lo reconoce, no se legitima  como ciencia, ya que no es capaz de formular leyes generales con carácter predictivo.

Vygotskiy defiende la idea de una psicología objetiva que tiene la consciencia como objeto primero de estudio no solo en “El Significado Histórico …”; en verdad, esta es una discusión que se encuentra de cierta forma “pulverizada” a lo largo del artículo, en la medida que es parte del argumento acerca del dualismo en la ciencia psicológica y de la proposición de la psicología de orientación marxista.

Algunas claves de comprensión del concepto de consci­encia9 para Vygotskiy son el tipo de substancia de que ella estaría hecha (en más de una referencia al materialismo dialéctico) y la idea de que el desarrollo de esta consciencia sería, de acuerdo con el filósofo David Bakhurst (1991) entre muchos otros teóricos, constantemente mediada y transformada por las relaciones entre el niño y el ambiente social (p. 78). El legado de Vygotskiy más difundido en occidente es, sin duda, su teoría histórico-cultural y algunos conceptos aplicables, sobre ­todo, al desarrollo y educación infantiles (o de la zona de desarrollo proximal, por ejemplo); entre tanto, algunos de los autores en occidente que se dedican a un estudio de carácter teórico de la obra vygotskiana (Bakhurst, 1991, Robbins, 2001; Rivière, 1985; Wertsch, 1985), muchos de los cuales están presen­tes en este trabajo, colocan como prácticamente indiscutible la centralidad del concepto de consciencia. Esa afirmación es importante, sobre todo cuando es oriunda de autores formados en la tradición soviética y que desarrollaron sus programas de investigación en una especie de desdoblamiento del sistema de pensamiento vygotskiano (Davydov & Radzikhovskii, 1985; Zinchenko, 1985, 1998; Iarochevski & Gurguenidze, 1999). Para esos autores, Vygotskiy defendería que el problema de la consciencia es un problema real y que, para ser estudiado, el concepto debería ser elevado a un estatus metodológico di­ferente, colocado como un objeto de estudio independiente (Davydov & Radzikhovskii, 1985, p. 46). Zinchenko (1985, p. 99) llega a afirmar que la importancia de la consciencia era tanta para Vygotskiy que este acostumbraba avalar una teoría psicológica particular en términos de su contribuición al estudio de este fenómeno; para Zinchenko, la consciencia siempre fue el mayor objeto de estudio en la investigación del psicólogo.

9 Una discusión más profunda acerca del concepto de consciencia fue hecha por nosotros en el artículo “A consciência na obra de L. S. Vigotski: análise do conceito e implicações para a Psicologia e a Educação” (Lordelo & Tenório, 2010).
Consideraciones Finales

Una reflexión importante y que debemos hacer en los días de hoy es acerca de la crisis diagnosticada por Vygotskiy en los años 20s del siglo pasado. Pensamos que su “diagnóstico” tenía razón de ser; prueba de ello es que Vygotskiy no estaba solo en su argumento, habiendo seguido el camino de algunos otros pensadores –de la psicología y fuera de ella, por ejemplo de Georges Politzer (2004) y Karl Buhler (1927). Pero lo curioso es que ese problema de fragmentación y falta de consenso parece acompañar a la psicologia hasta hoy. Giorgi, en su texto que discute la articulación de la psicología como una ciencia coherente, afirma que la crisis no es contemporánea, sino perenne (Giorgi, 1985). La crisis permanente de la psicología es también un argumento de lo ya citado por Luís Cláudio Figueiredo en Matrizes do Pensamento Psicológico (1996); y Thomas Kuhn habría acusado a la psicología de ser una ciencia pre­-paradigmática, ya que no poseía un paradigma con el cual la comunidad psicológica científica estuviese de acuerdo10 (Kuhn, 1987). De hecho, en pleno siglo XXI, no tenemos un paradigma, para usar el término acuñado por Kuhn, dominante o consensual.

10 Es verdad que las ideas de Kuhn fueron sufriendo transformaciones con­siderables desde la década de los sesenta, y la propia idea de paradigma no es la excepción. Los psicólogos están especialmente desa­ctualizados sobre esas transformaciones del pensamiento de Kuhn.

Entre tanto, si la crisis es de hecho permanente o perenne, algo bueno ha de existir en eso. Fourez (2003), al discutir la crisis en la enseñanza de las ciencias, nos recuerda que la palabra crisis, en idioma chino, está escrita como la unión de dos ide­ogramas: uno que significa “peligro” y otro que quiere decir “posibilidad” u “oportunidad”. Si tal integración entre corrientes psicológicas planeada por Vygotskiy (y ciertamente por muchos otros psicólogos) no se realizó, tal vez esta no sea una prescripción adecuada para la psicología del siglo XXI. La socióloga de la ciencia Karin Knorr Cetina (1997) nos alerta de que la idea de una unidad metodoló­gica en la ciencia es una exigencia típica de las ciencias naturales; una exigencia con la cual, sin embargo, ni esas mismas ciencias pueden permitirse. Esta dificultad hace doblemente problemática la creencia que las ciencias humanas deben guiarse por los mismos parámetros metodológicos que las ciencias naturales; primero, porque las ciencias humanas poseen, sí, necesidades y características singulares; y segundo porque, para Knorr Cetina, dentro de las diferentes ciencias naturales hay también lo que ella nombra diferentes “culturas epistémicas”, es decir, diferentes estrategias para crear y legitimar conocimiento (1997, p. 260).

Relacionada con esta cuestión está la importancia metodológica de la reflexión de Vygotskiy y su intención de integrar la psicologia a las ciencias naturales (Vigotski, 1999a). Él cuida, sin embargo, aclarar que no debemos confundir las cien­cias naturales con las ciencias biológicas, estrictamente hablando; en el concepto de natural, entra también la naturaleza social y consciente. Propone, en seguida, que ampliemos el uso del término natural “a todo lo que existe en la realidad” (Vigotski 1999a, p. 389). En otras palabras, la división tradicional entre ciencias humanas y naturales no tendría sentido, pues todo el conocimiento producido por la ciencia pertenecería a la naturaleza.

Como ya dijimos aquí, auxiliados por las afirmaciones de Knorr Cetina (1997), la integración metodológica que Vygotskiy propuso tal vez no tiene tanto sentido hoy. La crisis y la fragmentación epistemológicas que han caracterizado a la psicología se encaminan a un cuadro no de unificación, sino de pluralidad metodológica, o de convivencia entre diferentes culturas epistémicas, tales como las definidas por la autora (Knorr Cetina, 1997, p. 260).

De todos modos, la pluralidad metodológica a que nos re­ferimos requiere cuidado y precisión, en especial en lo que atañe a la relación entre la naturaleza del objeto de estudio y los modos de emprender el análisis de éste. Si, conforme a Rogoff y Chavajay (1995), es preciso antes de todo formular una pregunta, el trabajo del investigador no termina ahí; al contrario, está apenas comenzando. Una larga historia se inicia cuando percibimos un fenómeno y nos proponemos la investigación. Si el esfuerzo teórico de este trabajo todavía no ilustra bien el carácter de esa reflexión, creemos que la mirada de Vygotskiy sobre el método y sobre la ciencia psicológica es un ejemplo muy bueno de ello.
Referencias
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